En el afán por conseguir un bonito bronceado, es posible terminar con quemaduras en la piel. Alex Jaymez, médico internista de la Clínica Internacional, explica que durante la sobreexposición al sol, la piel empieza a engrosarse y pigmentarse como respuesta protectora frente a los rayos ultravioleta.
“Cuando solo hay enrojecimiento, la quemadura es de grado 1. En cambio, cuando se visualiza inflamación y formación de ampollas, es de segundo grado”, explica.
MEDIDAS INMEDIATAS
En ambos casos es importante bajar la temperatura de la piel a través de la ingesta de abundante agua. También es recomendable aplicarse compresas de agua fría y crema humectante. Si se han hecho ampollas, es preferible dejarlas intactas o protegerlas con gasa si se han abierto, a fin de que no se contaminen. Es primordial evitar echarse vaselina. Este producto graso mantiene el calor y es capaz de producir una infección.
LUEGO DE UNOS DÍAS
Una vez que se inicia el proceso de descamación, es aconsejable no rascar ni pelar la piel porque en el futuro quedarán manchas difíciles de desaparecer.