Lo hacemos prácticamente todos los días... Pero, aunque nos parezca fácil, no todas sabemos lavar el de forma adecuada e incluso podemos estar dañándolo sin saberlo. Si aprendes las técnicas correctas, notarás una gran diferencia en la salud, brillo y consistencia de tu cabello.

LAVADO

Desenrédalo cuidadosamente con un peine de dientes anchos, empezando siempre por las puntas. El agua debe estar tibia o templada, pero nunca muy caliente porque puede dañar el cabello.
Pon una pequeña cantidad de champú en la mano (3 centímetros de diámetro para el pelo largo y dos centímetros para el corto).

Frota ligeramente tus manos y aplícatelo por todo el cuero cabelludo, distribuyendo bien.

Masajea con la punta de los dedos para eliminar mejor la suciedad y estimular la circulación sanguínea. No olvides la zona de las entradas y de la base del cuello, donde más grasa se acumula.

ENJUAGUE

No mantenga el champú demasiado tiempo en el pelo: basta con los minutos que tarde en emulsionar el producto con todo el conjunto de la. Es importante enjuagar en dirección descendente y con abundante agua para evitar que queden restos de champú. Ello puede provocar que el cabello se quede sin volumen y muestre un aspecto mate y apagado. 


​REACONDICIONAMIENTO

Usar un reacondicionar capilar sirve para proteger el cabello y facilitar el desenredado. Adquiere uno que se adecúe a tu tipo de cabello. Extiéndalo con suavidad, aplicándolo con especial insistencia en las puntas.

Use un anchas para desenredar el cabello, aprovechando para realizar un pequeño masaje que ayude a que el producto penetre mejor. Déjelo actuar el tiempo recomendado y enjuague minuciosamente.

Un último chorro con agua fría es ideal para cerrar las escamas.

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