¿Has notado en la piel de tu bebé pequeños puntos rojos, similares a unas ampollitas? Es posible que se trate de un sarpullido.
El calor y el exceso de abrigo hacen que el menor transpire más de lo normal en ciertas áreas de su cuerpo (axilas, entrepierna, pecho, cuello y cabeza) y esto provoca la aparición de esas erupciones.
El sarpullido, afirma el pediatra Max Zaidman, no causa dolor, pero sí picazón. “Los padres deben pasarles, en las zonas afectadas, pañitos humedecidos en infusión de manzanilla, ponerles ropa ligera (no lana) y mantener la habitación ventilada para que, poco a poco, los granitos vayan desapareciendo”, aconseja.
PREVENCIÓN
El menor debe usar ropa suelta y de algodón. Nada de prendas ceñidas ni de material sintético.
Dependiendo de la edad, báñalo dos veces al día y/o refréscalo con un paño húmedo.
Mantén secas las zonas de mayor sudoración (pliegues en brazos, piernas y cuello). Puedes usar talco.
El ambiente donde esté debe ser fresco y ventilado.
PRESTA ATENCIÓN
Córtale las uñas a tu bebé porque al rascarse puede lastimarse y contraer una infección.
Si hay mucho escozor, pídele al doctor algún medicamento para calmar ese síntoma.