
Para muchas personas, la Navidad es más que una fecha: es un ritual de adornos, villancicos y transformar la casa en un espacio mágico. Pero ¿qué pasa cuando uno la disfruta como un niño emocionado y el otro siente que todo es ruido, gastos y estrés? Esa diferencia, más común de lo que parece, puede generar conflictos si no se maneja con calma y comunicación.
El psicólogo familiar Daniel Trujillo brinda cinco consejos para vivir la Navidad desde el equilibrio y el respeto mutuo:

1. CONVERSEN SIN PRESIÓN. Averigua qué le molesta realmente de estas fechas. Quizás se debe a experiencias previas incómodas.
2. NO TODO TIENE QUE SER COMPARTIDO. Si a ti te encanta decorar u organizar, la otra persona puede estar solo en momentos puntuales. No tienen que hacer todo juntos para que sea significativo.
3. NEGOCIAR, NO OBLIGAR. Tu ilusión no debe apagarse, pero su incomodidad tampoco debe ignorarse. No se trata de que uno ceda del todo, sino de que ambos se sientan considerados.
4. ACUERDOS CONCRETOS. ¿Cuánta decoración? ¿Cuántas reuniones? ¿Qué eventos son imprescindibles? Definirlo antes evita peleas y administra expectativas.
5. SIN RESENTIMIENTOS. El hecho de que no celebre la Navidad como tú quieres no significa que no le importes. Son diferencias que pueden convivir si se gestionan con respeto, empatía y diálogo.
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