Ya sea por el incansable deseo de tener un cuerpo de ensueño o prejuicios que rondan por ahí,

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La psicóloga Juliana Sequera revela que esta obsesión, que para algunos podría parecer inofensiva, en realidad es un trastorno llamado dismorfofobia o trastorno dismórfico corporal. “La adicción a los ‘retoquitos’ se da por la falta de aceptación, amor propio y bajísima autoestima. Critican su físico constantemente y jamás se conformarán con sus cirugías porque los defectos que ven son irreales, en la mayoría de casos”, comenta.

Indica también que hay una necesidad evidente de encajar en los cuerpos perfectos que se ven en redes sociales y terror a envejecer. “Las cirugías también sirven para fortalecer la autoestima, pero sin caer en la obsesión. El problema viene cuando miran su cuerpo desde la crítica y no desde la admiración”, asegura Sequera.

¿Cómo o por qué se origina este trastorno?

Detrás de la dismorfofobia hay muchos complejos formados en la niñez, críticas, burlas y hasta bullying por amigos y familiares. “Hay algunos elementos psicológicos y sociales que influyen en el origen de este trastorno, uno de ellos es la baja autoestima, pero el entorno familiar y amical también tienen mucho que ver”, comenta Sequera.

Las frases como ‘Ay estás gordita’, ‘Tienes que cuidarte más’, ‘Mira cómo estás’, ese tipo de adjetivos calificativos pueden dañar muchísimo el autoestima de las personas y hacen que se obsesionen por sus cuerpos, sobre todo si las han escuchado siendo adolescentes o niños. “Las redes sociales también influyen bastante, los jóvenes quieren tener el cuerpo de moda. Las redes son un gran tóxico emocional en estos momentos”, agrega Sequera.

DATITO A TENER EN CUENTA:

Una persona con dismorfofobia exagera esos pequeños defectos corporales o simplemente los imagina. No están contentas con su cuerpo y quieren cambiarlo a toda costa.

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