Los casos de intoxicación registrados por alcohol metílico, que han dejado 22 personas muertas solo en Lima, llevó al Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CDC Perú) a emitir, el pasado 30 de setiembre, una alerta epidemiológica a todos los centros de salud del país. Y a las personas, se les exhortó a evitar comprar bebidas alcohólicas adulteradas con metanol para prevenir más daños y muertes.
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Ante esta alerta, explicamos cuál es la diferencia entre alcohol etílico (etanol) y alcohol metílico (metanol) y cuáles son las consecuencias por su ingesta.
El etanol, también denominado alcohol etílico, es un líquido transparente e incoloro que está presente en bebidas alcohólicas, como la cerveza, el vino o el brandi. Puede obtenerse a través de dos procesos de elaboración: la fermentación, o descomposición de los azúcares contenidos en distintas frutas, y la destilación, consistente en la depuración de las bebidas fermentadas.
De acuerdo a la bebida alcohólica que lo posea, el etanol estará acompañado de diferentes sustancias químicas que le aportarán color, olor y sabor.
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Existen otros procesos para obtener un etanol libre de agua, es decir alcohol puro. En este caso se aplica una mezcla con benceno o ciclohexano. El etanol no solo se emplea como bebida alcohólica, también se usa en el sector farmacéutico (desinfectantes) y en el sector de la cosmética (perfumes).
El exceso de consumo por etanol produce, generalmente, mareos, náuseas, vómitos, sed, dolores de cabeza y pérdida de la conciencia o sueño. Las molestias desaparecen, en promedio, en 24 horas. El consumo crónico de bebidas alcohólicas lleva a diferentes enfermedades, como el cáncer.
El metanol o alcohol metílico se obtiene por destilación de la madera, aunque se puede conseguir igualmente por síntesis, a partir del monóxido de carbono o del metano, mediante un procedimiento de cloración e hidrólisis posterior.
El emergenciólogo y especialista en Toxicología de la Red de Clínicas San Pablo Moisés Torres señaló que el metanol no es apto para consumo humano y se emplea en gran medida para la producción de pinturas, adhesivos y esmaltes, entre otros productos. “Sin embargo, muchas personas inescrupulosas usan este producto para adulterar las bebidas alcohólicas ya que suele tener un precio menor en comparación al etanol”.
El alcohol metílico es peligroso, sobre todo por los efectos de un producto de su degradación en el organismo humano que se llama ácido fórmico. Una parte del metanol es eliminado directamente por los pulmones y los riñones, pero el resto se difunde en el cuerpo y se concentra en los tejidos ricos en agua, como los ojos, donde ataca específicamente al nervio óptico.
Los síntomas de intoxicación por metanol son muchos, pero destacan entre ellos: náuseas, vómitos, dolor abdominal y convulsiones. “Si bien no todos los casos derivan en muerte, los pacientes pueden quedar con alguna morbilidad de por vida como ceguera y demencia, entre otros males”, advirtió el especialista.
Si una persona sospecha de haber ingerido metanol o que alguna persona cercana esté intoxicada, debe acudir inmediatamente a un centro de salud dando a conocer los detalles de su caso, a fin de obtener la atención médica correspondiente.
Torres exhortó a la población a tener cuidado con las bebidas que consumen y tener en cuenta algunas pautas al realizar la compra de bebidas alcohólicas:
• Revisar detalladamente las etiquetas o sellos de seguridad.
• Revisar los hologramas de autenticidad del producto.
• Desconfiar de las ofertas excesivas en comercios no autorizados.
• Presencia de etiquetas superpuestas.
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