Al nacer, el niño varón debe tener los dos testículos en la bolsa escrotal, pero a veces por prematuridad, inmadurez, bajo peso o por razones mecánicas, uno o los dos testículos no están en la bolsa escrotal al momento del nacimiento. A esta falta de descenso testicular se le llama criptorquidia.
El descenso testicular del abdomen a la zona inguinal y luego a la bolsa escrotal debe darse en el niño durante la etapa fetal, es decir, cuando está en el vientre materno. Uno puede esperar hasta el año de edad para que el o los testículos desciendan espontáneamente al escroto.
Por eso, es importante el examen genital del niño desde el nacimiento por parte de los padres, pediatra y urólogo.
Si el o los testículos no han bajado hasta el primer año de vida, puede intentarse un tratamiento hormonal y si aun así no bajan, debe realizarse un tratamiento quirúrgico para fijar el testículo a la bolsa escrotal. Hay estudios que demuestran que lo ideal es actuar antes de los 3 años de edad.