A causa de la pandemia por la , el 69.2 % de los niños y adolescentes peruanos padecen de trastornos en la conducta y de estrés, según el Colegio de Psicólogos del Perú. Estos problemas se reflejan en los cambios de humor, debido a que aún no pueden asistir a la escuela ni salir a jugar con sus amigos, o han perdido a algún familiar.

Consecuencias

Para Carmen Solís, psicóloga infantil, para jugar al aire libre representan un retroceso en el aprendizaje de los niños. “Por ejemplo, algunos se han vuelto a orinarse en la cama o tienen miedo de dormir solos. También buscan que sus padres les presten más atención; de lo contrario, empiezan los problemas de conducta”, menciona.

La directora de ReCreo Ludoteca añade que la rutina prepandemia de los menores se ha alterado, ya que sus actividades principales, como ir al colegio, ahora se realizan desde casa. En algunos casos, no tienen una hora fija para dormir, por lo que levantarse temprano es más difícil.

Además, debido a ello, se conectan a sus clases mientras desayunan o tienen el pijama puesta. A ello se suman la falta de sociabilización, por el distanciamiento con sus amigos y familiares.

Cómo enfrentarlos

Solís explica que los desbordes emocionales, conocidos como, son comunes en niños de alrededor de los 2 años, porque a esta edad el cerebro aún no está formado completamente. “Ellos están aprendiendo que son seres independientes, pero todavía tienen limitaciones, como en su lenguaje, porque aún no saben cómo expresarse cuando sienten emociones muy intensas”, aclara.

En el caso de los infantes menores de 1 año, la especialista señala que es importante recordar que ellos no hacen pataletas, sino que lloran porque es la única manera que tienen de comunicarse. Por lo tanto, los padres deben atender las necesidades de sus hijos de inmediato, para que los menores se sientan acompañados y apoyados.

Si estas frustraciones, que terminan expresándose en rabietas, persisten en los niños de 5 o 6 años, los tutores deben estar más alertas para ayudarles a gestionar sus emociones de manera adecuada. Deben entender que sus actos tienen consecuencias, enseñarles a guardar la calma cuando se sientan estresados o frustrados, e impulsarlos a desarrollar su empatía.

Clases virtuales

Los padres también deben prestar mucha atención al desempeño de sus hijos durante las . Es importante fijarse en cómo se relacionan con sus amigos y en su rendimiento general. Deben asegurase de que disfrutan sus clases y son felices.

Para complementar su formación integral y mejorar su calidad de vida, pueden considerar los espacios de juego. “Es importante que el niño conserve una rutina, porque le generará la sensación de control sobre lo que suceda a corto plazo. De lo contrario, la incertidumbre le ocasionará más estrés”, alerta Solís.

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