El cigarro es un gran enemigo de la salud pública porque propicia la aparición de enfermedades cardiovasculares, males pulmonares, debilita al sistema inmune y puede generar cerca de catorce tipos de cáncer. En el contexto de la pandemia del nuevo coronavirus donde el SARS-Cov-2 ataca a los órganos, en especial a los pulmones, hace de los fumadores un grupo que puede padecer estados graves de COVID-19.
Así lo explica el médico Manuel Villarán, especialista en salud pública e investigador de Auna Ideas- Oncosalud. El especialista indica que fumar deteriora la función pulmonar y las defensas naturales de los pulmones, lo que dificulta que el cuerpo luche contra la COVID-19 y otras enfermedades.
“Se ha establecido que el receptor principal que permite el ingreso de la COVID-19 a las células es el ACE2 (abundante en el tejido respiratorio). La información que se tiene es que aquellas personas que alguna vez fumaron o que son fumadores tienen una expresión más alta de ACE2 comparado con personas que nunca fumaron”, expresa el especialista en salud pública.
Impacto negativo en el sistema inmune
El ingreso del virus al organismo causa la llamada “tormenta de citoquinas”, que es el ataque de las células inmunes a los pulmones, la coagulación de la sangre y el fallo de diferentes órganos del cuerpo. “El mal hábito de fumar puede condicionar la producción excesiva de sustancias proinflamatorias pudiendo desencadenar el desarrollo de una enfermedad severa”, indica Villarán.
¿Qué pasa con los vapeadores?
Las personas que usan el cigarrillo electrónico están en mayor riesgo de hacer el síndrome de distrés respiratorio agudo (ARDS – siglas en inglés), cuadro que se presenta durante la infección de la COVID-19.
El investigador de Auna Ideas- Oncosalud reitera que “vapear” productos que contienen nicotina muy probablemente tiene un impacto importante sobre los receptores usados por el SARS-CoV-2 para ingresar a nuestras células.
Beneficios de dejar de fumar
El doctor Manuel Villarán, en el marco de Día Mundial del No Fumador que es el 31 de mayo, recomienda dejar de fumar porque ayudará a que los pulmones y el corazón funcionen mejor desde el momento en que se deje de hacer.
- A los 20 minutos de dejar de fumar, la frecuencia cardíaca y la presión arterial se elevan.
- Después de 12 horas, el nivel de monóxido de carbono en el torrente sanguíneo se normaliza.
- De 2 a 12 semanas, mejora la circulación y aumenta la función pulmonar. Después de 1 a 9 meses, la tos y la dificultad para respirar disminuyen.