Por querer lucir un cuerpo de infarto, al mismo estilo de un chico reality, muchos hombres utilizan anabólicos en inyectables, cremas y pastillas para aumentar el tamaño de sus músculos. Lo que no saben es que estas hormonas sintéticas lejos de darles la anatomía deseada, ocasionan alteraciones en el hígado, aumento en el tamaño de la próstata y disfunción eréctil, al ser consumidas sin prescripción médica.
Jorge Fernandini, urólogo y andrólogo de ProCrear, explica que los anabólicos fueron creados para personas de talla baja, con trastornos endocrinos. Sin embargo, fisicoculturistas y levantadores de pesas difundieron su uso sin evaluación médica previa.
“En la actualidad, se podría decir que existe un abuso de su consumo. Eso preocupa, porque los anabólicos aumentan la producción de testosterona en el organismo a niveles elevados. Al principio parece que el cuerpo asimila correctamente estas hormonas, pero luego estas bloquean la producción natural de espermatozoides, afectando el desempeño sexual”, sostiene.
Y a medida que los músculos crecen, la cantidad de grasa en el torrente sanguíneo también se incrementa, provocando que la sangre se coagule.Fernandini exhorta a tener cuidado con estos componentes químicos que prometen una mejor apariencia física, pero perjudican la salud.
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