Los conflictos y rencillas no son extraños en las familias, e incluso suelen ser normales porque todas las personas tienen puntos de vista diferentes.
Lo que no es correcto es que estas circunstancias de enfrentamiento se prolonguen por mucho tiempo y lleven a padres, hermanos, primos o tíos a dejarse de hablar y vivir disgustados todo el tiempo.
La psicoterapeuta de Vascusalud, Judith Tipismana, explica que tales situaciones son típicas en las familias y que el conflicto no debe verse como algo negativo, sino como una oportunidad para entender que todos somos diferentes.
“Estas situaciones, siempre y cuando sean respetuosas, sirven para que los miembros de la familia se sigan conociendo más y para trabajar la empatía”, indica la experta.
Además, nos brinda unos tips para hacerle frente:
1. Tener una actitud abierta y flexible para entender la postura de la otra persona.
2. Escuchar activamente para comprender lo que verdaderamente quiere decir el otro.
3. No interrumpir cuando el otro habla porque lo sentirá como un desaire.
4. Conversar sin criticar porque eso solo llevará a una actitud defensiva.
5. Enfocarse en el presente y no mencionar problemas pasados.
6. También es importante diferenciar a las personas tóxicas, así sean de la familia, a fin de ponerles un límite.
“De lo contrario se desgastarán al intentar solucionar un conflicto con una persona que no quiere hacerlo o que solo busca generar más conflicto”, afirma el experto.
Controlar las emociones
Aunque ya sepas lo que vas a hacer o decir, llegado el momento, las emociones pueden superarte. Maneja bien tus reacciones y transmite autocontrol a la familia.
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