Las adolescentes suelen ser intensas cuando se enamoran y muchas veces no saben canalizar ese sentimiento, lo que afecta sus actividades diarias. “Por lo general, se quedan hasta altas horas de la noche conversando con el chico que les gusta y piden salir más, ya sea con un grupo de amigos o solo con el enamorado”, señala Manuel Saravia, psicólogo y psicoterapeuta del Instituto Guestalt de Lima.
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A esto se suma que, en ocasiones, el enamoramiento tiene un impacto negativo en las chicas. Esto sucede cuando viven un amor no correspondido o se dan cuenta de que la relación no está yendo por buen camino.
Por ello, es importante que los padres conversen mucho con sus hijas y eviten las prohibiciones (quitarles el celular o negarles los permisos), las amenazas (si hablas hasta muy tarde, te quitaré el Internet) y la violencia.
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BUENOS CONSEJOS
El especialista recomienda lo siguiente:
♦Decirle a la adolescente que puede conversar con el chico luego de cumplir con sus actividades y por un tiempo prudente. Para esto establece algunas reglas.
♦Reforzar la autoestima de tu hija, así podrá manejar mejor una relación amorosa y no caer en la dependencia.
♦Escuchar sus dudas e inquietudes. Ella necesita comprensión, saber que estarás ahí para guiarla y apoyarla.
SABÍAS QUE...
Sería bueno contarle cómo fueron tus experiencias amorosas durante la adolescencia y cómo resolviste ciertas situaciones.
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Evita gritarle y no le digas que es ‘malo’, habla con él y demuéstrale tu cariño. Los padres deben prender a manejar este tipo de situaciones y tratar de reforzar los lazos efectivos entre hermanos.
Has notado que tu hijo le pellizca o le da manotazos a su hermano menor? Esto no lo hace porque no lo ame o porque sea un ‘niño malo’. “A veces los chicos utilizan la agresividad como una forma de llamar la atención de sus padres y también como una herramienta para manejar su frustración, tristeza o miedo. Por eso, papá y mamá deben comprender qué se esconde tras este comportamiento y no recurrir a las sanciones, gritos o golpes para ‘solucionar’ el problema”, indica el psicólogo y psicoterapeuta Walter Hinojosa.
1. Ayúdalo a identificar sus sentimientos
Habla solo con él. Para ello, ponte a su altura, míralo a los ojos y pregúntale qué siente, qué lo está afectando, por qué se comporta así con su hermanito. No lo interrogues, hazlo pausadamente.
2. Muéstrale tu cariño
Es muy importante que el niño sepa que lo quieres. Todos los días abrázalo, dale un beso, habla con él sobre aquello que le guste, por ejemplo, un programa de televisión o un juego. Él también necesita tu atención.
3. Fomenta la conexión entre hermanos
Fomenta actividades donde tus hijos pueden interactuar juntos. La idea es que tu retoño perciba a su hermano menor como su aliado y no como un oponente. Sé muy prudente con los elogios, ya que podrías provocar celos, envidia o resentimiento entre ellos.
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