La microbiota de la mujer, especialmente la vaginal, es un ecosistema de microorganismos (principalmente lactobacilos) que protege la salud íntima.
La microbiota de la mujer, especialmente la vaginal, es un ecosistema de microorganismos (principalmente lactobacilos) que protege la salud íntima.

Una persona tiene en su cuerpo casi dos kilos de microorganismos —bacterias, hongos y otros— que desempeñan funciones indispensables y están desde antes de nacer y se van modificando a lo largo de la vida.

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En la mujer, uno de los principales asientos de estos microorganismos es la vagina, cuyo componente central es el lactobacilo acidófilo, que, cuando disminuye su nivel, causa la aparición de infecciones por bacterias (vaginosis), parásitos (trichomoniasis) y micosis (candidiasis) a nivel vaginal, pero también puede provocar infecciones de las vías urinarias.

Esta microbiota desempeña un papel importante en el nacimiento, ya que su diversidad futura cambia dependiendo de si el parto fue por vía vaginal o cesárea.

Para recuperar la microbiota, es importante adoptar una dieta rica en fibra y alimentos fermentados. Foto: Istock
Para recuperar la microbiota, es importante adoptar una dieta rica en fibra y alimentos fermentados. Foto: Istock

La microbiota disminuye durante la menstruación, frente a la presencia de semen, por la depilación, uso de ropa muy ceñida, de tampones, dispositivos intrauterinos, antibióticos por infección o la higiene excesiva, sobre todo con jabones inadecuados. También se reduce ante la falta de estrógenos, lo que ocurre en la infancia y en la menopausia. Todo esto nos hará más propensas a infecciones.

Debemos reponer la microbiota con la dieta (consumo de prebióticos, probióticos y posbióticos en alimentos que contienen almidón) o tomando estos elementos en cápsulas o usándolas por vía vaginal (óvulos) para evitar la alteración del equilibrio vaginal.

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