Los chicles refrescan nuestra boca, nos entretienen y pueden acabar con el hambre, ya que el hecho de estar masticando hace que nuestro cerebro lo perciba como consumo de alimento. Sin embargo, esta práctica muy placentera para muchos también tiene su lado no muy amable.
La doctora del Servicio de Urgencias de la Clínica Anglo Americana, Sussy Gutiérrez, explica que el chicle no es un alimento, por lo que no aporta ningún nutriente al organismo, por el contrario, advierte que engañar al sistema digestivo con mucho tiempo de masticación es perjudicial para nuestra salud.
Señala que el proceso de digestión comienza con la masticación y al hacerlo con el chicle, estimulamos al cuerpo permitiendo que este crea que recibirá comida. Entonces el estómago segrega jugos gástricos, pero al no recibir alimento generará los siguientes problemas:
* Ardor e irritación intestinal
* Gases
* Acidez
* Gastritis
“Masticar chicle hace que consumas una cantidad excesiva de aire, lo que podría causar dolor abdominal e hinchazón, al igual que otros problemas gastrointestinales”, insiste la experta.
Agrega que si se mastica durante el ayuno, se experimentará una sensación de acidez. “Esto no se nota mucho durante el día, porque en la tarde el estómago ya tiene comida sobre la cual trabajar”, aclara.
+datos
Los chicles, sobre todo los que tienen azúcar, producen caries y favorecen el aumento de peso.
Sabía que...
Si te comes la goma de mascar no se te pega en las tripas, como dicen las madres, en realidad van a dar a los intestinos y terminan en el wáter.
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