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Buceadores

Para Segundo Fernández (67) el mar es como su segundo hogar. Él aprendió a sumergirse en las profundidades desde muy joven para cazar las riquezas de la fauna marina. Su hijo, José Fernández (40), ha seguido sus pasos y ahora ambos sueñan con convertir esta actividad en una tradición familiar.

¿Cómo empieza esta tradición?
Segundo: Yo he sido pescador desde los 12 años, crecí en el mar. Por eso aprendí a bucear a pulmón (sin tanque de oxígeno) y cazar mis pescados y cangrejos. Lo hacía para tener qué vender y poder llevar algo a casa.
José: Yo crecí viendo a mi papá hacer esto. Siempre me pareció fascinante, mis hermanos y yo hemos nadado desde que tenemos memoria. Pero yo fui el único que le siguió los pasos.

¿Es difícil?
Segundo: Es cuestión de práctica y de una buena condición física. A mí se me dificulta un poco por la edad, pero sigo metiéndome a pescar con mi arpón. Es mi hábitat.
José: Es cierto, nosotros ya estamos acostumbrados, yo no estoy flaco, pero sigo resistiendo bien debajo del agua.

¿Qué animales son los que suelen cazar?
José: Pescados como cabrilla o cachema, también cangrejos y pulpos.
Segundo: Lo que el mar nos regale, en realidad.

¿Cuál de ellos no se deja cazar fácilmente?
Segundo: Definitivamente, el pulpo. Es peligroso.
José: El pulpo está acostumbrado a meterse en cualquier lugar, por más pequeño que sea.

¿Y es fácil nadar ahora que el mar está bien movido?
José: No, se necesita más fuerza. Nosotros usamos unas barras de plomo que nos ayudan a hundirnos. Con el mar así es más difícil.
Segundo: Claro, debemos tener cuidado que no nos bote contra las rocas.

¿Piensan seguir esta tradición?
José: Esa es la idea, mis hijos aprendieron a nadar y están interesados en bucear. De hecho, me gustaría que buceen, sería genial

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