Uno de los grandes detalles para que los diversos tratamientos de belleza que usamos funcionen de forma ideal es aplicarlos sobre la piel limpia. De esta manera, vamos a aprovechar al máximo los beneficios de todo aquello que usamos para cuidar nuestro rostro.
Así lo explica, Rocío Escalante, titular de Arbosana Farmacia y experta en dermofarmacia en una extensa entrevista a la página web de la revista Vogue España, donde nos recuerda la importancia de elegir un buen limpiador para nuestro tipo de piel.
“La limpieza facial es el paso más olvidado de las rutinas cosméticas, nos centramos en usar activos súper potentes sin tener en cuenta que el primer paso para que una rutina funcione es tener la piel limpia”, señala Rocío Escalante.
Antes de enumerar los errores comunes que cometemos al realizar la limpieza facial, la experta en dermofarmacia presenta una guía para escoger el adecuado limpiador de belleza con el fin de obtener el mejor proceso. Esto dependerá de tu tipo de piel y de lo que recomiende tu médico especialista.
Pieles grasas o mixtas: Buscar limpiadores con activos seborreguladores, como el ácido salicílico, antibacterianos, el aceite de árbol de té y antiinflamatorios, la niacinamida, el té verde.
Pieles sensibles: Estos limpiadores deben contener ingredientes calmantes, descongestivos o antirrojeces, como la alantoína, el aloe vera, la niacinamida, el té verde, la cúrcuma o la centella asiática.
Pieles secas: En estos casos se buscará reforzar la barrera protectora con sustancias humectantes: pantenol, glicoles, urea, alantoína, algunos hidroxiácidos (ácido láctico) y ácido hialurónico. A este tipo de piel le va bien las sustancias emolientes como los aceites.
Pieles normales: Este tipo de piel es equilibrada y versátiles, por eso pueden usar cualquier limpiador que sea para piel normal y que mantenga ese equilibrio.
Ojo con el agua micelar: Según Rocío Escalante no es recomendable para “desmaquillar a diario ni como limpiador de base”. Pero aclara que sí se puede usar por las mañanas. Además, advierte que el cepillo de limpieza tampoco es “una buena opción para desmaquillar, sino que debemos emplearlos siempre con la piel ya desmaquillada”. Por eso recomienda realizar la doble limpieza: desmaquillar y limpiar. A continuación lo explica en un video publicado en su cuenta de Instagram.
Con el limpiador adecuado ideal para tu piel, previa consulta a tu dermatóloga (o) si tienes dudas, y vistas las advertencias, pasamos a los errores que se cometen durante la limpieza facial. Según Rocío Escalante, experta en dermofarmacia, es todo lo que debemos evitar:
- Aplicar toallitas: No son un limpiador porque no limpian el rostro a profundidad, no podemos convertirlas en nuestro limpiador de cabecera. Solos sirven como soluciones para momentos puntuales.
- Usar limpiadores en vez de desmaquillantes cuando usas SPF y maquillaje: Un limpiador no va a eliminar los restos de maquillaje de forma adecuada por eso es necesario la doble limpieza: Desmaquillarte y luego realizar la limpieza.
- Usar productos muy astringentes: Debemos estar atentos en los casos de pieles mixtas o grasas, debido a que si elegimos un limpiador muy astringente estamos retirando los lípidos de la piel.
- Aclarar con agua muy fría o caliente: Recordemos siempre usar agua tibia.
- Secar la piel de forma brusca o con una toalla sucia: Mucho cuidado con este paso, al secarnos la cara, hacerlo en toques y usar una toalla limpia exclusiva para el rostro.
- Olvidar el tónico: En pieles sensibles es esencial para equilibrarlas después de la limpieza. Y en pieles grasas vienen muy bien al ser seborreguladores. Para otro tipo de pieles es opcional.