Las pestañas cumplen dos funciones: la protectora (evitan que objetos externos y la luz solar dañen los ojos) y la estética (al rizarlas y aplicarles rímel profundizan más la mirada). Pese a ello, muchas mujeres no le dan la importancia debida y se van a dormir sin retirar el producto que han puesto sobre ellas. ¿Qué puede provocar este descuido?
Las especialistas en belleza señalan que dormir con el rímel debilita las pestañas y hace que poco a poco se vayan cayendo; oscurece y envejece con mayor rapidez la zona de las ojeras; irrita los globos oculares, ya que puede entrar restos del producto y, en casos más severos, genera tics nerviosos en los párpados móviles porque las pestañas, al estar separadas y alargadas, no pueden entrecruzarse y estar ligeras al momento de cerrar los ojos.
Por eso es fundamental que todos los días separes unos minutos de tiempo en la noche para desmaquillar tus pestañas.
Recuerda que una vez abierta, la máscara de pestañas caduca de 6 a 12 meses. No es aconsejable usarla después de este periodo.