La rutina y el estrés hacen que terminemos el día agotados y con ganas de tirarnos a la cama, pero si de verdad deseas relajarte, un buen baño puede hacer que te desconectes del mundo por un rato, despejes tu mente y tengas un sueño placentero.
1. Temperatura del agua. El agua tibia relaja el cuerpo y lo prepara para el descanso. Regula la temperatura, no debe ser muy caliente y, si deseas, puedes agregar sales de baño (sus aromas activarán tus sentidos). Sumérgete en el agua unos 15 o 20 minutos.
2. Los complementos. Usa un cepillo de cerdas suaves para la espalda y una esponja de baño para las demás zonas. Los masajes que realices con estos instrumentos te relajarán bastante y te harán olvidar tus tensiones. Saldrás renovada.
3. Exfolia tu cuerpo. Puedes hacerlo con lociones o jabones exfoliantes, aplícate un poco y expande sobre la piel con movimientos circulares. Tu piel lucirá tersa y radiante. Esto solo se hace una vez a la semana.
4. Despeja tu mente. Puedes acompañar tu baño con una melodía suave, de preferencia instrumental. Evita los discos que te sepas de memoria, la idea es que te transportes a otro mundo.
5. Piel suave. Al terminar el baño, puedes untar la crema hidratante de tu preferencia sobre tu piel. Ahora sí, métete a la cama y descansa. Al día siguiente, te levantarás renovada y lista para iniciar un nuevo día de estudio o trabajo.