Se acerca el verano y muchas las personas quieren lo antes posible y se someten a dietas rigurosas que las matan de hambre y dañan su salud, pues consumen alimentos que no tienen los nutrientes necesarios que le permitan desarrollar sus actividades diarias. Es importante acudir a una nutricionista si desean perder peso, ya que son los indicados en el caso de crear planes para cada objetivo, ya que cada organismo es diferente.

La nutrióloga Mauret Rojas de Lavit nos comenta que a diario llegan a su consultorio, personas que dicen haber hecho de todo para perder peso. La experta nos da los cinco errores más comunes en el que fallan muchas.

1.- En el tema de las calorías, se debe una noción general de cuál es nuestro gasto energético. Sin embargo, contar las calorías de cada alimento puede llevarnos a comportamientos obsesivos y desencadenar algún trastorno alimenticio. Es mejor guiarnos por las porciones que se miden con las manos o las herramientas o báscula.

2.- Si tu rutina dura más de 60 minutos o es de alta intensidad, se recomienda comer. Por eso, a la hora de diseñar el plan de actividad física es importante distinguir si la meta es mejorar la performance o la pérdida de peso.

3.- Los edulcorantes artificiales dañan nuestra microbiota y pudieran ser la razón detrás de tu constante inflamación y malestar del intestino.

4.- Muchas personas no reportan en consulta la constipación, crees que es normal ir una vez cada 2 días o cada 3. Parte de la meta debe ser mejorar el ritmo de tus evacuaciones para que así te sientas más ligera.

5.- Las personas creen que con la dieta es suficiente. La alimentación es importante durante la pérdida de peso, por lo vital es mantener la salud de nuestro cuerpo y sus tejidos. Conforme pasan los años, el cuerpo va debilitando la masa muscular, por eso, es importante trabajarla.

Tener buena masa muscular nos ayuda a tener un mejor metabolismo, composición corporal y estéticamente ayuda en el resultado.

¿Cuáles son esos errores que cometemos al querer bajar de peso?

CONTROLAR LAS CALORÍAS

Contar las calorías genera ansiedad y contínuos pensamientos sobre la comida a lo largo del día. Se le asocia a síntomas de desorden alimenticio y comportamiento de purga.

Lo mejor que puedes hacer es medir tus porciones con herramientas como tazas o básculas, apegarse a una dieta balanceada y escuchar las señales de saciedad de tu cuerpo.

COMER ANTES DE HACER EJERCICIO CARDIOVASCULAR

Si tu intención es bajar de peso, comer antes de hacer cardio previene la utilización de las reservas de grasa en el cuerpo.

Al llevar horas de ayunas, hacemos que el cuerpo no depende de la energía de los alimentos que acabas de comer sino de su propio combustible: el glucógeno y la grasa almacenada.

Estudios estiman un 20% de aumento en la oxidación de grasas con el ejercicio en ayunas.

COMER ALIMENTOS QUE DICEN ‘SUGAR FREE’

La comida sugar free normalmente contiene edulcorantes artificiales que dañan la microbiota intestinal, dificultan la pérdida de peso, alteran las hormonas gastrointestinales, inflama el abdomen y estimulan el apetito.

Además, los productos sugar free suelen ser altos en grasas y contienen aditivos para conservar la textura, color, olor y sabor del producto.

NO PONER ATENCIÓN A TU RITMO EN EVACUACIONES

Entre más tiempo pasa la materia fecal en el intestino, se produce mayor inflamación debido a que las bacterias tienen más tiempo para fermentar produciendo así más gases. La distensión abdominal puede disfrazar nuestros resultados e impide que veamos progreso en esa zona.

La constipación crónica puede provocar estragos en nuestro balance hormonal e inflamación crónica de bajo grado.

Lo ideal es tener por lo menos una evacuación diaria.

HACER DIETA PERO NO EJERCICIO

Hay dos formas en las que el ejercicio ayuda en la pérdida de peso:

1. Aumenta nuestro requerimiento energético total por actividad.

2. Ayuda a aumentar la masa muscular, incrementa la cantidad de calorías que el cuerpo usa en reposo.

El ejercicio ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina, reduce la grasa visceral y subcutánea, produce endorfinas que nos hacen sentir bien, reduce la ansiedad entre otros beneficios.

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