Las verduras son los alimentos más recomendados para grandes y chicos, sobre todo, en verano, que es cuando se nos antoja ingerir preparaciones frescas para aplacar el intenso calor.
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Sin embargo, por las altas temperaturas muchas tienden a malograrse con mayor facilidad, peor aún si no se las congela. La coordinadora de calidad de Indurama, Lesly Fajardo, brinda algunos tips para hacerlo sin que los vegetales pierdan sus propiedades.
ELIGE BIEN. Todas las verduras se pueden congelar, excepto las que contienen mucha agua, como el apio, lechuga o pepinos, ya que forman hielo que cambia la textura del producto al descongelarlo.
TEMPERATURA. Lo ideal es tenerlas congeladas a -18 °C. Evita estar modificando el control de temperatura de tu refrigeradora porque podría reducirse la capacidad de enfriamiento y los vegetales se echarían a perder.
BUENA DESINFECCIÓN. Hierve las verduras durante unos minutos, así se destruyen las bacterias. Luego, sécalas muy bien antes de meterlas a la ‘refri’, de lo contrario perderán su sabor, color o se endurecerán.
ENVASE. Puedes usar bolsas o táperes herméticos. De esta forma te durarán varios meses.
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PORCIONES. Si congelas las zanahorias, brócoli o arvejas, hazlo en pequeñas porciones para que al momento de usarlas no descongeles todo, sino solo lo que usarás.
Una vez guardado el alimento en su táper, coloca sus datos: nombre y fecha de envasado. Así llevarás un control y sabrás cuál consumir primero.
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Las verduras son parte esencial de una alimentación balanceada. Los nutricionistas aconsejan consumir al menos 5 porciones de verduras y frutas al día, sin embargo, muchas veces el estilo de vida moderno y la falta de tiempo para organizar debidamente las comidas, hacen que cumplir con este requerimiento pueda resultar complicado.
Para ayudarte a consumir más verduras y poder aprovechar sus beneficios al máximo, la nutricionista Sylvia Rodríguez de Healthy Pleasure Blog brinda cinco consejos, dentro de una alimentación consciente, que te ayudarán a ver las verduras con otros ojos.
1. Inicia con un buen desayuno.
Incorporar verduras dentro de la primera comida del día te ayudará a poner en marcha tu metabolismo y a asimilar mejor las vitaminas que estos alimentos aportan a tu dieta. Una tostada con palta, tomate y germinados, acompañado de un jugo o smoothie de frutas y verduras puede ser una buena alternativa para iniciar el día.
2. Las verduras también pueden ser snacks prácticos y saciantes.
Si durante el día te provoca algo entre comidas, unos bastones de apio y zanahoria con hummus o unos chips horneados de kale (vegetal) pueden ser tu solución.
3. Elige un día libre de carne.
No necesariamente tienen que ser los lunes como regla básica, pero el tener que reemplazar este elemento, será un método infalible que te ayudará a consumir más verduras durante el día. Un cebiche de champiñones durante el verano o una crema de verduras con croutones en invierno, serán buenas opciones para reivindicar a este grupo de alimentos.
4. La organización es clave.
Muchas personas dicen no consumir suficientes verduras durante el día por falta de tiempo para lavarlas, pelarlas y cortarlas o no las eligen en sus compras porque al ser un alimento fresco, dura poco tiempo en la refrigeradora. La mejor alternativa para estas personas podría ser dedicar una o dos horas a organizar las comidas de la semana, prepararlas y congelarlas para ser consumidas en los próximos días.
5. Pon a prueba tu creatividad.
Existe otro grupo de personas que no consume verduras habitualmente porque no les agrada el sabor o nos les parecen alimentos suficientemente atractivos. Para ellos, será importante recordar que las verduras no solo pueden consumirse en ensaladas, sino también en un sinfín de preparaciones como salsas, cremas, a la parrilla, en smoothies, salteadas, en sopas, aliños, entre otros.