Trátate con cariño y autocompasión. Foto: Istock
Trátate con cariño y autocompasión. Foto: Istock

La niñez suele ser una de las mejores etapas de la vida: es cuando uno se siente capaz de todo, orgulloso de quién es y conectado con su esencia; sin embargo, en algún punto esto se quiebra y la ilusión, así como el , empieza a desmoronarse. Aparece una voz interna que critica sin descanso y la autopresión se vuelve parte de la rutina.

Mira también:

Hoy, cada vez más personas son extremadamente duras consigo mismas. Esto suele nacer de la inseguridad y de expectativas poco realistas, lo que termina afectando la autoestima y fomentando comportamientos autodestructivos.

Trátate con cariño y autocompasión. Foto: Istock
Trátate con cariño y autocompasión. Foto: Istock

Para cambiar esta forma de relacionarse con uno mismo, es necesario practicar la autocompasión: tratarse con la misma amabilidad que se ofrecería a un amigo o a un familiar. También es fundamental reconocer los logros y esfuerzos diarios, y construir una red de apoyo para sostenerse en los momentos difíciles.

En este proceso, es clave entender que los errores no disminuyen la grandeza de nadie. Todos avanzan con imperfecciones y están en constante crecimiento.

Otra parte esencial es dejar de culparse por lo que no salió bien en el pasado, perdonarse y seguir adelante, valorando el esfuerzo cotidiano por ser mejores personas. Nombrar las emociones también ayuda a reconocer lo que uno siente sin juzgarse.

TE VA A INTERESAR:

Contenido sugerido

Contenido GEC