Se dice que la disciplina y el amor no pueden ir de la mano. No es cierto. Los que reciben ambas enseñanzas son más tolerantes a la frustración, desarrollan mejor su capacidad de independencia, respetan a sus semejantes y son más seguros de sí mismos.

Para el psicoterapeuta Walter Hinojosa, muchos padres no imparten disciplina a sus hijos porque piensan que así no les están demostrando su amor.

Lo que no saben es que a la larga esto traerá consecuencias negativas para el menor, pues nunca tendrá límites y querrá que todos sus caprichos sean concedidos. “Al no conseguir lo que desea, en vez de seguir luchando se frustrará y pensará que no puede hacer nada”, agrega.

¿CÓMO DISCIPLINAR CON AMOR?

Dile a tus hijos que deben asumir las consecuencias de sus actos, les guste o no. Por eso, explícales que antes de tomar una decisión o realizar una acción, deben analizarla con cuidado.

No los amenaces con abandonar o retirar el afecto cuando cometan una falta. Más bien hazles ver su error para que no lo vuelvan a cometer.

Cumple con tus promesas. De esta forma los niños confiarán en tu palabra.

No los castigues física ni psicológicamente, esto solo hará que escondan sus sentimientos y su rabia.

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