
Vivimos en un mundo tan acelerado, que no tenemos tiempo para descansar como se debe. Estamos agobiados por el trabajo, los estudios y las responsabilidades del hogar que nos quitan el sueño. Son más las personas que tienen insomnio y se levantan agotadas para empezar un nuevo día lleno de tareas. A la larga, la salud se verá afectada y será muy tarde.
El médico, experto en medicina preventiva, Rodolfo Barillas, comenta que durante sus guardias médicas, sentía el peso de esta realidad. La falta de sueño le provocaba agotamiento físico y mental, incapacidad para concentrarse profundamente y un juicio deteriorado.
“Aunque nos entrenábamos para ello, la falta de claridad mental, podía poner en riesgo mis decisiones con los pacientes. Mi experiencia era un reflejo extremo que muchas personas enfrentan en su día a día: un sistema que exige más de lo que podemos dar”, relata.
Nuestra sociedad ha normalizado el agotamiento
- El impacto de la pérdida de sueño es devastador (1, 2, 3, 4):
-Mayor probabilidad de morir.
- Menor capacidad de concentración, creatividad y memoria.
-Aumento del riesgo de enfermedades no transmisibles como obesidad, diabetes e hipertensión.
- Disminución de la capacidad de juicio y toma de decisiones, debido a una baja eficiencia energética en la corteza prefrontal.
-Alteraciones en la limpieza cerebral: cuando no dormimos adecuadamente, el líquido cerebroespinal no puede eliminar de manera eficiente los desechos, afectando nuestra claridad mental.
Vivimos en un sistema de alto consumo, el descanso se percibe como un lujo, y el agotamiento crónico se ha normalizado.
TIPS PARA RECUPERAR EL SUEÑO Y LA ENERGÍA
1.- ESTABLECE RITMOS CONSISTENTES Y REDUCIDOS: Activa tu sistema de recompensas
Disminuye la alternancia constante entre actividades. Evitar la multitarea mejora la calidad de sueño y optimiza tus recursos cognitivos.
Programa bloques de trabajo sin interrupciones y descansa entre tareas importantes.
2.- DESCONÉCTATE DE LAS PANTALLAS ANTES DE DORMIR:
Dejas la pantalla al menos dos horas antes de acostarte reduce la exposición a la luz azul, incrementa la producción de melatonina y mejora tu ciclo circadiano.
Lee un libro físico o realiza ejercicios de relación antes de acostarse.
3.- ENFÓCATE EN ACTIVIDADES CON PROPÓSITO
Realizar tareas significativamente y enfocadas promueve la claridad mental y facilita el descanso profundo.
Dedica tiempo a proyectos que te apasionen en lugar de dispersar tu atención en múltiples tareas triviales.
4.- CREA UN ENTORNO PROPICIO PARA EL SUEÑO
Diseña tu habitación para que sea un refugio de descanso. Oscuridad, silencio y temperatura adecuada son esenciales para un descanso reparador.
Usa cortinas oscuras, tapones para los oídos o ruido blanco si es necesario.
5.- ESTABLECE UNA RUTINA DE SUEÑO INTENCIONAL
crear un ritual nocturno que prepare a tu mente y cuerpo para descansar es fundamental.
Realizar ejercicios de respiración o meditación antes de dormir para relajar tu sistema nervioso.
TAMBIÉN PUEDES LEER: