Xoana González no necesita ser presentada, es uno de los personajes más queridos de Chollywood. Y su columna semanal XOANA LOVE, ya en su cuarta entrega, tampoco. Por cierto, esta es la , la  y la  (¡tienes que verlas!). Esta vez Xoana echa mano del sarcasmo y el humor para explicar el arte de la manipulación en una pareja. Ellos salen perdiendo, dice  :D Xoana, dale play: 

"Amor, vení solo quiero hablar, no estoy enojada" es una gran trampa. Sí, como muchas trampas femeninas, como "si me decís la verdad, te puedo perdonar". ¡Puffffffff! Es decir, me va a molestar de todas maneras, nada más que, por lo menos, no voy a sentirme paranoica y tendré razón. Aunque mientras más años tengo, menos quiero tener razón y más quiero creer en las mentiras que nos dicen.

Esto es porque, ahí va mi teoría, de chiquitas a las mujeres nos dan muñecas. A eso súmenle que estamos en el medio de las charlas de las abuelas, ese curso intensivo de rajes contra los hombres y aquellos ejemplares hembras despreciados por ese consejo de mujeres sabias de la manada. A todo ello agréguenle que ya empezamos a practicar lo que es esto de relaciones con Barbie y Ken como protagonistas.

Sí, básicamente los vemos como un accesorio más, como el auto de la Barbie y el caballo con su hermoso y largo pelo. Por cierto, no sé por qué siempre le bajé los pantalones al Ken y ¿saben lo que había? La nada misma. Pero volvamos a las muñecas: ahí estás por años, jugando a la convivencia de Barbie y Ken, mientras los boludos de los hombres están jugando a la pelota (al menos en mi infancia era así, ahora están jugando a esas ruletas de perreo intenso, ¡cómo me gustaría haber nacido en esta generación!).

Vamos creciendo y nos vimos todas las novelas de Thalía, Natalia Oreiro, Rubi, Rebelde Way. En tanto, ellos se nutren de , Caballeros del Zodiaco y los Power Rangers. Nos leímos todas las revistas de Cosmopolitan y todas esas donde te dan respuestas a planteamientos del sexo opuesto.

Y así es como desarrollamos el sexto sentido de volver locos a los hombres. Y para cuando llega nuestro primer noviazgo de convivencia incluida ya somos unas expertas en manipulación. Sépanlo, hombres: les llevamos una década de ventaja, nunca podrán igualarnos en eso. Pero, en el fondo, soy buena. Acá les traigo la receta mágica para una pareja duradera⁠⁠⁠⁠.


¡UNO! No pretendas subir una foto con otra chica y seguir con vida.

¡DOS! Si en el dice que me tenés que confesar algo, empieza a hablar, baboso.

¡TRES! Tengo el derecho de borrar los contactos de mujeres de tu celular. Todos.

¡CUATRO! Debes jugar al fotógrafo y esperar a que de las 100 fotos me guste por lo menos una. Y no podrás hacer ni una mueca.

¡CINCO! Si yo no tengo wi-fi o batería, no podes usar el celular. No hay más ciencia que esta: si yo no puedo, nadie puede.


¡SEIS! Si te pregunto del 1 al 10 si te parece linda otra mujer, la única respuesta correcta es "ni la miré, la mujer más linda del mundo para mí sos vos". Cualquier otra respuesta será incorrecta y será motivo de nuestra arma mortal: la cara de culo.

¡SIETE! Enviar, sin tu permiso, un 'inbox' a la mujer que te acosaba en tu red social debe ser tomado como un acto de amor. Y se debe agradecer y todo.

¡OCHO! El que paga el alquiler tiene derecho a ir al baño con la puerta abierta.

¡NUEVE! Nadie puede enojarse conmigo en esta sociedad de a dos. No importa lógica ni razón. Siempre será así. Tenga o no la razón. Las únicas palabras mágicas son: "perdóname, no lo voy a hacer más" (aunque ni siquiera sepa por qué estoy enojada ni qué es lo que no deberías hacer más).

¡DIEZ! Si algún ejemplar femenino de los homo sapiens sapiens me cae mal, también tiene que caerte mal. Así seremos como una especie de mafia y jamás la deberás saludar, mucho menos en mi ausencia.


¡ONCE! No vale farfullar en voz baja, murmurar. Cuando preguntamos "¿qué dijiste?" no es porque no hayamos escuchado, es para ver si tenés el valor de decirlo de frente. Y ojo con que contestes otra cosa que no sea "No dije nada, bebé".

¡DOCE! Si te digo "no me pasa nada", es elemental que lo preguntes cien veces más. Y te aguantarás mi cara y mis intentos de ignorarte. Debes quedarte ahí, porque, si te vas, te irá mucho peor.

¡TRECE! Un tema muy común entre parejas, pero del que casi no se habla. Aparte de la impotencia sexual o la frigidez, claro. Si se me escapa un pedito, debes hacerte el tonto. Si fue muy ruidoso y evidente, debes decir "mmmmmmmm, qué rico". En cambio vos no podés tener esos accidentes, jamás, deberás matar tu emisión en ciernes por ahogamiento hasta que tengas sudor frío recorriendo por la eslpalda.

¡CATORCE! Debe ser entregada la clave de tu celular y la revisión sorpresiva de tus cosas está permitida.

¡QUINCE! Está terminantemente prohibido decir "mi amor", "linda", "corazón", etc. a otra mujer que no sea yo .

¡DIECISÉIS! Es tu obligación dejarte sacar los granitos, aunque sea una vez cada 15 días. Punto. Y punto negros, también.

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