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Valerie Vásquez de Velasco se confiesa con Trome en una amena entrevista
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Valerie Vásquez de Velasco se confiesa con Trome en una amena entrevista
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Valerie Vásquez de Velasco se confiesa con Trome en una amena entrevista


A ‘Prensita’ la calle la abrazó, ‘escueleó’ y ‘presentó’ el peligro. Caminó por barrios imposibles, pero los pudo sortear con audacia, profesionalismo y amor por lo que había elegido como medio de vida. Valerie Vásquez de Velasco es una periodista que devoró los jirones que se te cruzan en la profesión. Sabe que en este mundo hoy se visita a un político o un marginal.
Mitad prensa, mitad fresa.
Colorada.
No puedo evitar moverme cuando escucho una buena música.
Últimamente me ha sorprendido ‘Zaperoko’.
En el Callao histórico.
‘Conciencia’ de Gilberto Santa Rosa.
‘Yo no sé mañana’ de Luis Enrique.
Otro tendrá que decirlo.
Sale mi lado más Trome.
Sí lo soy, qué se puede hacer.
Tengo la lágrima fácil y la risa también.
No me molesta, tampoco logrará su objetivo.
Te refieres a la calle.

Ya te percataste de que me falta a mí.
‘Cardo o Ceniza’ de Chabuca Granda.
Ya no cometo esos errores.
El que busca encuentra y te dañas.
No sé ni me acuerdo, ja, ja.
Ojalá.
Debe ser una descontenta.
Le sobra el tiempo. Son los que no tienen proyectos personales.
No.
No eres tú, soy yo.
Lo que te gustaba, ya no más.
Sentido del humor, por favor.
La inteligencia se mide por la dimensión de su gracia.
La gente lo relaciona más con ternura.
Me suena a cualquier cosa. La Real Academia dirá si por ella cambia el término.
Creo que es el extremo.
Chilcanito en la esquina de Santa Beatriz, yuquitas en Palermo, el mejor cebiche en el mercadito del cruce de Faucett con Venezuela.
Caldo de gallina.
Ya no lo haría porque me he vuelto mayor.
Ya tengo 43. Me siento mejor que antes.
Espero hacerlo con dignidad.
En el distanciamiento social hice mis pininos y un pastel de acelga.
Vivimos tres mujeres: mi hija, una venezolana que me ayuda y yo.
Totalmente.
Cuando no puedo abrir una botella, toco la puerta al vecino.
Llamo al gasfitero.
Sabemos cambiar los focos.

Mi fuerte no es la moda.
En la maletera del carro tengo zapatos, vestidos, medias. Mi auto es un clóset.
Banana Republic Perú y me ayuda mucho.
Cuatro pares.
La invitaría a tomar un café para que me cuente de su ‘emocionante’ vida.
No.
Hemos escrito entre 4 periodistas el libro ‘Señora K’. Estamos Adriana Lira, Beatriz Llanos desde España, Mabel Huertas y yo.
Me dedico a sus años en Palacio. Sale publicado en la FIL Virtual en setiembre.
La muerte de Sandro Baylón.
Estaba descansando en una playa del sur, pero me avisaron que debía seguir la desgracia y accidente.
Entramos a Los Barracones. Pagamos 50 soles a un muchacho, que por ese dinero actuaba como dueño de la zona y les decía a todos que nadie nos iba a tocar.
Cuando fuimos a entrevistar a Carlos Sulca, lugarteniente de Gerald Oropeza.
Obviamente, en un hotel de San Juan de Lurigancho.
Nos vendaron en una parte del trayecto, nos estacionamos con el auto en la playa de un centro comercial y de allí a la nota.
@rollerpress.
A ustedes por la conversación y un gran abrazo a los lectores del diario.
Entre risas también se puede analizar la vida. Y con música de fondo asumir que ir por este mundo trae buenos y duros acontecimientos. Bien dice un proverbio sueco: ‘Aquellos que quieren cantar, siempre encuentran una canción’.
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