Llegar a Juliaca (Puno) y luego viajar por tierra durante tres horas hasta Desaguadero, distrito ubicado a 3 mil 827 metros sobre el nivel del mar donde la temperatura era de 2 grados, fue una travesía grata, pues allí fuimos testigos del éxito y el cariño que el público le tiene a Yarita Lizeth, la ‘Chinita del amor’. En esta ciudad, que celebraba su 169 aniversario de creación, la joven artista puso a cantar, con su vaso de cerveza en mano, a un mar de personas que sin importarles la ‘helada’ no dejaron de danzar, saltar y llorar cuando escuchaban temas como ‘Corta venas’, ‘Mis cuernos’, ‘Solo tú’ en la voz de quien, sin duda, es la nueva ‘Reina del folclore’.
Durante dos horas, en las que jamás dejó de agradecerle a su público juntando sus manos en forma de corazón, Yarita sonreía y se emocionaba, intuyo recordando su infancia donde soñaba con viajar por muchos lugares con su arte.
Yarita, ¿cuándo nace tu pasión por la música?
Desde que tenía seis años en mi pueblo Moho, donde vuelan los cóndores, que está a tres horas de Juliaca. Allí subía hasta el cerro más alto para ver los lugares a donde iba a viajar cuando fuese grande, y como pastoreba las ovejas de mi abuela cantaba para espantar al zorro, pues así no me robaba a los animalitos.
¿Desde pequeña laborabas?
Sí, en la agriculutra, ganadería, también al lado de mi mamá que venía hasta Juliaca a vender sus hierbas medicinales y yo me ponía a su costado para hacer lo mismo con mis cajitas de fósforos y velitas.
Desde chiquita tenías visión empresarial, pues hoy eres dueña de un hotel de tres estrellas, una discoteca de siete niveles, un restaurante y solo tienes 33 años...
De hecho todo ha sido trabajando, pero no sola, también es el esfuerzo de mi familia, mis hermanos. Ellos me han ayudado a salir adelante y también gracias al cariño de mi público peruano y de Bolivia donde me reciben con los brazos abiertos (se quiebra).
Te has emocionado...
Es que no ha sido fácil, empecé desde cero para alcanzar mi sueño, no tenía a nadie que me diga ‘toma estos 100 soles para que te compres un traje, grabes tu disco’. Encima había perdido a mi mamá y mis hermanos estaban estudiando, así que me tocó, con 17 años, salir a trabajar. Me fui a Puerto Maldonado para laborar y fue el trabajo más duro que tuve en mi vida, nos despertábamos a las 3 de la mañana y dormíamos a las 11 de la noche, porque era ayudante de cocina.
¿Quiénes han sido tus referentes en el mundo del folclore?
Yo admiro muchísimo a ‘La Muñequita Sally’, siempre la quise conocer, también soy hincha de Gisela Lavado, me encantan sus temas. Soy bien chichera. Igual admiro a Dina Páucar y Sonia Morales, las considero como las grandes exponentes de nuestro folclore.
LLORÓ POR AMOR
Nuestra charla se interrumpe porque sus fans ya la reconocieron pese a que no luce sus vistosas polleras, valorizadas en cuatro mil soles, sino un jean, casaca morada y una gorrita blanca. Ella se da tiempo para tomarse selfies, abrazarlos y agradecerles por su cariño.
Sí que tienes energía, el show en Desaguadero terminó en la madrugada, has dormido unas horas y estás de pie. ¿Con tanto training hay tiempo para el amor?
Mira, justo estamos frente a la Catedral de Juliaca donde quiero casarme, pero me falta el novio.
¿Te han amado bien o mal?
Las dos cosas. Mi enamorado de Juliaca me pagó mal. El segundo también, la persona que tanto quería se fue con otra chica. Así que estuve mal, cuando cantaba, lloraba, cuando grababa, lloraba, pero sequé mis lágrimas y dije ‘me merezco alguien que me respete’. De hecho también tuve errores, no me voy a santificar, pero es mejor cortar. Hace cuatro años conocí a una persona que no vive aquí y puedo decir que es una persona que sí me quiso, respetó, pero no podemos estar juntos porque estoy trabajando y él vive lejos. Creo que se cansó de esperarme y me dijo ‘sigue nomás tu camino’, así que me quedé sola.
Pero pese a lo vivido no desechas la idea de casarte y tener tu familia...
¡Claro! Me gustaría tener mi familia, tener mis hijos, diez.
¡Diez!...
No, es una broma, seis nomás, pero vamos a empezar con uno.
Te dicen la ‘Chinita del amor’, ¿eres romántica, apasionada?
Sí, soy romántica, apasionada, soñadora y renegona también.
¿Físicamente tienes un prototipo de hombre?
Gorditos, me encantan, pero el físico es lo de menos. Lo que observo en un hombre es su alma y sus deseos de superación, no me gustan aquellos hombres que se creen y te dicen ‘sin mí no lo vas a lograr’, por eso les digo a las chicas que luchendo por sus sueños siempre.
Gracias Yarita por la entrevista para Trome.
Gracias por venir hasta aquí, mi corazón está abierto para ti siempre.
Luego de esta conversación, Yarita volvió a su hotel para ponerse su pollera roja, subir a su bus, donde seguramente ‘recuperó’ el sueño, y viajar hasta Capachica, localidad más alta que Desaguadero, donde la temperatura, ese día, llegó a 0 grados... sin duda toda una guerrera aymara.
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