"Me saqué las ganas" es el equivalente argentino de "me saqué la espina, "ya lo hice, no me lo contaron". Y vaya que Xoana González conoce mucho en carne propia, no por terceros. De esto trata la 'XOANA LOVE' de esta semana. ¡Empecemos, Xoana!
Me saqué las ganas de escribir una columna (esta, 'XOANA LOVE') y, encima, por la puerta grande, en el diario en español más leído del mundo (este).
Me saqué las ganas de ir por varios países, trabajar en 'realitys' en Buenos Aires ( siempre fue mi curiosidad entrar en 'realitys' de encierro). También trabajé en realitys en Brasil, viajé con desfiles a Uruguay y el Perú ( Perú me enamoró y lo que eran 15 días de desfiles terminaron por cambiar mis planes para siempre). Retomemos, ¡que esto de irse por las ramas ya lo estoy controlando!
Me saqué las ganas de ser el patito feo de mi promoción en el colegio y terminar desfilando para Playboy.
Me saqué las ganas de estudiar Iniciación a la Mecánica y trabajar de vendedora de autos Honda, y lucirme como la mejor vendedora y la más joven (éramos tres mujeres de 15 del grupo de vendedores... 12 hombres que nos miraban como inútiles). ¡Hasta hicieron una nota al respecto en La Nación de Argentina!
Me saqué las ganas de conducir mi propio programa de autos. Lo cuento: fui a un casting en Buenos Aires. Como había vendido autos durante tres años creí que era la indicada. El productor del programa me dijo que todas las chicas que se presentaron eran lindas y la que le ponía el cuerpo al asunto se quedaba con el puesto. Como su propuesta indecente fue demasiado sutil tuvo que subir la apuesta y explicarme explícitamente que si tenía sexo con él, yo sería sería la conductora; si no, que vaya y me lo produzca yo misma.
Salí llorando del casting, pero lejos de ser una experiencia negativa, el pobre infeliz me dio la buena idea de producir un programa yo misma: averigüé, saqué cita con el dueño del canal, presenté un programa piloto , me hice monotributista (trabajadora independiente), compré con mis ahorros una cámara, trípode, micrófono, hasta la computadora y el programa de edición.
Yo misma iba con el programa piloto por los locales, buscando auspiciadores, armaba las preguntas que le haría a las personas y averiguaba dónde eran las exposiciones de autos tuneados.
En un mes mi programa estaba al aire y aún anda por YouTube: "Tuning pro 10". Iba por toda la Argentina con mi carro, buscando las exposiciones de autos más locos del país. Así fui viajando por todos lados, como mochilera parando en hostels, como los hippies viajeros, en busca de buenas notas. Con ese programa me compré mi primer departamento y se lo regalé a la mujer que me dio la vida.
Me saqué las ganas de hacerme rastas, estar de rubia, morena, pelirroja, castaña... pelo fucsia y hasta verde.
Me saqué las ganas de actuar en cine, dos películas. Aunque siempre haga de puta y no tenga mucho diálogo más que un par de gemidos, siempre quise hacer cine.
Me saqué las ganas de hacer ‘stand up’ en Barranco. Pararme frente a muchas personas y hacerlas reír o entretenerlas, sin sacarme la ropa, ya era todo un reto.
Me saqué las ganas de jugar a Julia Roberts en ‘Novia fugitiva’. Es un capítulo que ahora causa gracia, pero que en ese momento el pánico manejó mi cuerpo y me llevó a encerrarme en el baño y apagar el celular. ¡No estaba dispuesta ni lista para abandonar mi lado salvaje ni negociar mi libertad! Con el tiempo dejé ir esos miedos absurdos al compromiso.
Me saqué las ganas de casarme con un vestido blanco. Le di mi toque: vestido de mujercita pero mi zapatillas gastadas. ¡Nunca tanto!
Me saqué las ganas de ponerme una peluca y bailar en ‘nigth clubs’, que siempre fue una de mis fantasías más morbosas. “¡Con ustedes, ‘Lucianaaaaa’! Y ahí salía a romper los ojos de los hombres que, sedientos de sexualidad, acudían a esos lugares de mala muerte. Pensar que, más allá del buen pago, lo hacía para mí, bailaba para mí, simplemente amaba sentirme poderosa, esa absurda sensación de que puedo con todos y que ninguno se me resista. ¡Cuánta inmadurez e inseguridades esconde estas últimas líneas! Menos mal que pude identificarlo y canalizarlo ahí, conozco a muchas amigas que andan por la vida con la necesidad de gustarle a todos. Yo no lo necesitaba, "Luciana" saciaba esa cuota de estupidez en los ‘night clubs’.
Me saqué las ganas de probar todos los combos sexuales habidos y por haber, solo para probar.
Me saqué las ganas de probar experiencias nuevas, sabiendo que estaba mal solo por el simple hecho de haberlas vivido.
Me saqué las ganas de prácticamente hacer todo lo que quise hacer en mi vida. En algún momento lo que deseé, siempre tarde o temprano, se cumplió... a veces somos nosotros mismos los autores de los grandes boicot a nuestros sueños. Básicamente, creo, porque no nos creemos capaces o anda a saber por qué. Soñar es gratis y no cuesta nada. Si lo soñamos con fuerza, y le ponemos ganas, yo estoy segura de que se cumple.
No obstante esta amplia lista, aún hay ganas pendientes:
Ser madre de muchos hijos, y también adoptar uno, tener mi propia ong, innumerables viajes y lugares por conocer (las fotos impresas en mi cabecera de la cama en mi recuadro de corcho), escribir un libro con todas estas columnas. Sí, se podría llamar ‘Xoana Love’, ¿qué dicen ustedes? Se aceptan sugerencias.
Y sigo. Vivir la vida como un juego, divertirse a cada momento, ser feliz sin pedir permiso y creer que todo lo que soñamos se puede lograr es lo que le da sentido a mi vida hace muchos años... en fin, animarnos a soñar. Total, nadie puede meterse en nuestras cabezas para espiar nuestra imaginación. Allá, donde somos libres de prejuicios y la mirada juzgadora "del otro". Ahí, en ese libre albedrío le doy ‘play’ a todas mis locuras, que con el tiempo son como dejavú, pues todo está primero en nuestra mente! Si puedes imaginarlo, puedes lograrlo.
El día que muera me sentiré en paz que si de algo no moriré es de ganas de todo y huevos de nada ☺