La recordada actriz cómica, Rosa Cabrera, quien imitaba en ‘Risas y salsa’ a Verónica Castro, Rocío Durcal, Susy Díaz y otras figuras, desde Queens, (Estados Unidos) donde radica hace veinte años, contó que fue duro salir adelante en tierras gringas y más al perder su esposo, pero está empezando de nuevo para hacer reír al público y espera pronto regresar al Perú.
La imitadora también contó que se dio tiempo, con mucho sacrificio, para estudiar y hoy es Medical Clinical Assistant, y que pronto su hija se graduará como abogada.
“Me casé y vine con mi esposo a Estados Unidos, formamos una empresa con la que nos fue bien, pero él enfermó, le dieron cuatro meses de vida y me duró diez. Así que cerramos la compañía para cuidarlo. Me tocó cuidarlo durante casi 10 años corriendo a las emergencias de un hospital a otro, levantándome a las 4 de la mañana para llevarlo a su diálisis y de ahí a trabajar. Tenía diabetes y se le fue complicando, al final le cortaron su piernita y a la tercera cirugía su corazón no resistió, se fue en paz escuchando palabra, tomado de mi mano. Si no tuviera a Cristo en mi corazón, creo que no hubiera sacado fuerzas. Luchando con el idioma pude estudiar y hoy soy Medical Clinical Assistant”, precisó.
¿Dejaste la comicidad?
Siempre nos reunimos con ‘Machucao’ (Elmer Alfaro) y montamos dos obras al año.
Siempre para la colonia peruana...
Sí, hice varias intervenciones con dominicanos y colombianos, pero me alejé de todo para cuidar a mi esposo hasta el final como se lo prometí, ahora estoy empezando una nueva etapa, como él me lo pidió, con lo que llevo en la sangre que es el arte. No le tengo miedo a los retos.
¿Tus dos hijos viven allá?
Mi hijo vive en Lurín, en las islas de San Pedro, tiene tres niños y mi hija está terminando sus estudios de derecho internacional en Australia el otro año, si Dios lo permite, se recibe de abogado.
Muchos recuerdan tu paso en ‘Risas y salsa’, tus imitaciones de Verónica Castro...
(ríe) Agradezco ese cariño, fueron grandes momentos los que viví en el programa, tantos recuerdos de mis compañeros, con mi hermana Analí, (se pone nostálgica). Es muy duro estar lejos de tu familia, sobre todo en New York una gran ciudad. Muchas veces tuve que llevar a mi hija a mi trabajo, pero tienes que comerte tus lágrimas y tu nostalgia para seguir caminando en la lucha, gracias a la tecnología ahora puedes ver a tu familia, ver cómo crecen los sobrinos y nietos aunque durante la pandemia sufrí mucho pensando que no vería más a mi familia y amistades, realmente fue un tiempo muy duro, pero con mucho aprendizaje. Espero pronto volver a Perú.
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