
La vida es una aventura constante y en periodismo mucho más. Pamela Vértiz, conductora de ‘Día D’, programa dominical que cumple 20 años al aire, no siempre esperó el fin de semana para dar un resumen y opinión de lo que ocurre en el país. Ella también estuvo en medio de gases, riesgos y convulsiones, como la historia de la tierra que nos vio nacer. Frente a nosotros narra lo que le tocó sentir y experimentar.
Pamela, ¿tu nombre es con acento en la primera sílaba?
No, pero no sé cuándo empezaron a pronunciarlo como tú y así quedó.
Luego de la aclaración, en estos días convulsionados por el tema político, ¿qué le dices a tus muchachos?
Sarna con gusto no pica.
Explicación...
Se lo mencioné a Lorena Ormeño y al camarógrafo Armando Chávez que han cubierto la manifestación para el programa. La adrenalina de la calle no la reemplaza nadie y les subrayé: ‘Como en los viejos tiempos’.
Reporteabas durante el gobierno de Alberto Fujimori...
Con equipos que hoy serían obsoletos. Con cámaras con cables que se rompían mientras cubrías el acontecimiento.
¿Estabas entre los colegas ‘fichados’ por el Servicio de Inteligencia?
El SIN tenía una lista y yo estaba, aunque con un apelativo.
¿Cómo te llamaban?
Pelona.
¿Y eso?
Es que cuando empecé tenía el cabello ensortijado. Me identificaban por mi pelo frondoso, je, je.
¿Te presionaban?
Directamente no, pero empezaban a decirnos que esto lo recorte o lo otro no lo tome en cuenta y varios nos rebelamos.
¿Qué acciones tomaste?
Renuncié a Panamericana Televisión y Frecuencia Latina cuando entraron los Winters, que fue la época más dura del fujimontesinismo. Uno sabía que iban a imponer una línea de información afín al gobierno.

PAMELA VÉRTIZ Y SUS AÑOS EN LA UNIVERSIDAD
¿Esa rebeldía la traías desde la universidad?
Era calmada, académica, vivía en una burbuja.
¿Te unías a las protestas?
Tampoco tenía un comité estudiantil muy activo.
A esa edad los jóvenes son rockeros y visten con el jean rasgado.
No era así.
¿Tonera?
Para nada.
¿Entonces?
La profesión me dio calle.
¿Qué encontraste?
Recuerdo mi primer viaje. Me mandaron a Ica a cubrir ‘Semana Santa’ y llegamos el chofer de la móvil, el camarógrafo, el asistente y yo.
Continúa...
Todos los hospedajes estaban llenos.
¿Qué hicieron?
Los cuatro nos acomodamos en una sola habitación.
¿Conclusión?
Primero, comentar que mis compañeros me trataron con mucho respeto, y segundo, entendí que eso era hacer periodismo.
SU EXPERIENCIA EN EL PENAL DE LURIGANCHO
¿Otra?
La primera vez que entré al penal de Lurigancho.
Cuenta esa experiencia.
Fue un evento organizado por los presos. Llegué y me conversaban de una manera muy correcta.
Qué bueno saberlo...
Pusieron música, recuerdo que era un vals y uno de los detenidos me sacó a bailar.
¿Aceptaste?
Sí.
¿Te tomó de la cintura y te habló al oído?
No, no. Guardó su distancia, con los brazos bien estirados y no me dirigió la palabra.
¿Hiciste una gran nota?
Estaba chibolita. Llegué al canal y le dije al editor: ‘también he bailado’ y fue él quien me indicó que eso debería aparecer en mi reportaje.
Una última, por favor.
Estaba en hora de irme y se anunció que el grupo de terroristas del MRTA había tomado un local en La Molina.
Sigue...
Preguntaron quién deseaba ir y me ofrecí. Con el camarógrafo de apellido Arroyo llegamos al lugar y me dice: ‘Vamos a la vuelta de la casa’ y cuando estábamos caminando, los subversivos, de adentro, lanzan algo y mi compañero me grita: ‘¡Al suelo!’ y se aventó sobre mí.
¿Qué sucedió?
Explotó y él me cubrió. Fue terrible.
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¿Has tenido al frente a un violador?
Al ‘Monstruo de Parcona’. Fuimos a buscarlo y estuvimos cuando el padre de una de las niñas violentadas llegó con la esperanza de hallarla viva y se encontró con el cuerpo de su pequeña.
Impactante...
Hice mi informe, pero cuando acabé, empecé a llorar desconsoladamente.
Entiendo el mensaje.
Tienes que ser profesional, pero no somos insensibles.
Un mensaje...
Puedes hacer las preguntas más duras sin perder la educación.
Gracias por tus historias y testimonios.
Un abrazo a todos y los esperamos siempre en ‘Día D’.
La dejamos en un set de televisión, contando lo que pasa en el Perú. Es momento de reflexionar sobre el periodismo y es preciso apoyarse en el genial colega polaco Rysard Kapuscinsky: ‘El trabajo de los periodistas no consiste en pisar las cucarachas, sino en prender la luz para que la gente vea cómo esos insectos corren a ocultarse’.
Ser periodista es una manera de ir por el mundo. Observando y contando. Defendiendo y denunciando. Pamela Vértiz suma años comunicando, desde las calles o un set de televisión. Una colega que arriesgó y le fue bien, porque decidió que su ruta de vida estaba en medio de la información.












