Nancy Cavagnari es una convencida de que la vida siempre te da sorpresas. Cuenta que estaba prácticamente retirada y la llamaron para formar parte de la película ‘¿Ahora somos tres? Sí, mi amor’. Con orgullo dice que es la primera vedette cómica e imitadora, tiene más de mil caracterizaciones, Celia Cruz quiso llevársela a Nueva York y no ve los programas cómicos porque ‘son hechos al champazo’.
“Yo estaba en mi casa, retirada del teatro y la televisión, ni salgo, así me ha dado la vejez. Pero me invitaron a participar en la película y mi personaje se llama Cachita, es una señora palomilla, coquetona, que le gustan los chibolos y vive en Estados Unidos y regresa a Perú para ver a sus hijas”, dice.
Te sacaron de tu retiro...
Sí, con Cachita, la mamá de Bea (Yiddá Eslava). Además, estoy bien pagada, no me puedo quejar, ja, ja, ja.
¿Se parecen en algo Nancy y Cachita?
Bastante, por lo palomilla y también en lo compulsiva de botar las cosas. Yo soy así en mi casa.
Regresas después de 10 años a la actuación ¿Por qué una pausa tan larga?
Porque entré en un estado depresivo de la vida, de todo lo que me había pasado, mis hijos que a veces preguntaban por su papá, todos esos sentimientos encontrados. Entonces, me dediqué a mi casa, a disfrutar de mis hijos.
Te dedicaste a tu familia...
Sí, pero a veces hacía comerciales, doblajes. De repente los alumnos de las universidades me llamaban para los cortometrajes y vendía ropa, era mercachifle, ja, ja, ja.
¿Y no extrañabas la televisión?
En cierta forma. Ha cambiado mucho la televisión, demasiado.
¿Ves los programas cómicos?
No. No me gustan, son un mamarracho. La televisión ha cambiado mucho y teniendo buenos artistas como Carlos Álvarez y JB.
¿Qué es lo que no te gusta?
Que están hechos al champazo. Cuentan chistes de ellos mismos y hablan con la persona que está detrás de la cámara. Cambio de canal y ahí nomás. Veo Magaly, me desestresa. También a Beto Ortiz, Gisela, la flaquita que sale en el 9...
Juliana Oxenford...
Ella es... y este chico que sale con Gigi Mitre...
‘Peluchín’, Rodrigo González...
Me gusta porque es bien directo.
Nancy, tú has sido la primera vedette y actriz cómica...
Y también imitadora de la mano de los hermanos Guille (Guillermo y Fernando), de Efraín Aguilar, ‘Pinocho’, y el coreógrafo Armando Barrientos. Yo he trabajado en las épocas doradas de la televisión.
Era un humor sano ...
Eso es verdad, teníamos un humor muy sano, después las cosas han ido cambiando, ya mucha lisura. La lisura para tu casa, no en la televisión. Yo soy lisa, pero en mi casa.
¿Cuántas imitaciones habrás hecho?
En ‘Risas y salsa’, sin mentirte, habré hecho más de mil imitaciones diferentes. Los imitadores ahora hacen los mismos personajes.
¿Alguna te ocasionó más de un problema?
Todo el mundo sabe que Yola siempre se ha quejado. También, pero con mucha clase, la señora Chabuca Granda.
En tu época ¿eras una de las mejor pagadas?
Sí, y también venía mi familia todos los meses por su sobrecito, ja, ja, ja... pero así es, todo por la familia.
Viste iniciar a toda una generación de vedettes como Gisela (Valcárcel), Analí (Cabrera), Amparo Brambilla)...
Cuando ya estaba para salirme entra Gisela a ‘Risas y salsa’, ya estaba Amparo, Analí también. Ellas para mí no han sido vedettes. Vedette en este país ha sido Teresa Dávila, Bertha Rosen. Ahora paran a cualquiera en el escenario le ponen una pluma y dicen que es vedette .
¿Y cómo nació ‘Elsa Pito’?
Yo trabajaba en ‘La gran revista’ de Panamericana y ‘Pinocho’ (Efraín Aguilar) me dice ‘vas a hacer imitaciones, te vamos a crear un personaje’. Vamos a ponerle Elsa y Guille agrega ‘Pito’, tu nombre es ‘Elsa Pito’ porque eres señorita y no has tenido nada de nada, ja, ja, ja. El personaje es una chica palomilla, de barrio, atrevida.
Revolucionaste la pantalla con ese personaje...
Es que en esa época no había un personaje así. Yo tenía como 20 años. Estaba delgadita, tenía mi cuerpito. Debuté con Tulio Loza en ‘Telecholo’.
¿Fue tu padrino?
Sí, me acuerdo que me mandó un ramo de rosas como bienvenida y me dio mi pisquito, más guarapero el cholo. Cuando salgo, ya estaba embalada, ja, ja, ja.
De ahí ya no paraste con las imitaciones...
A la siguiente semana me dicen: ‘Tienes que imitar a Yola’. Yo no quería porque era mi amiga de años y me iba a agarrar cólera. Entonces, voy al programa de Yola con mi cuadernito y apuntaba todo. Le digo a Guille ' ya la tengo’. Fue un éxito, prácticamente Yola me bautizó.
¿En serio?
Sí y la tercera fue Celia Cruz. La conocí en el 75 en Panamericana, estaba emocionada y le compré hasta dulces. Ella me agarró cariño y luego hicimos un sketch y cantamos juntas cuando yo estaba con Carlos Álvarez. Me invitó a Nueva York. ’Yo te bautizo, hay bastante trabajo para los peruanos’, me decía, pero lo dejé ahí nomás. Yo no tenía hijos todavía, pero estaba por casarme.