En los 90, en pleno gobierno de Alberto Fujimori, hablaba con ternura, sobre urgencias de la vida, de un hombre abandonado o una mujer heroína que criaba a sus hijos, pese a que el padre los había abandonado. En otro canal, un peruano lamía las axilas y ella seguía con temas familiares. Se fue como se marchan tantos y se le extrañó como a pocos. Mónica Zevallos está de regreso por obra y gracia del programa ‘El gran chef: Famosos’ y aquí su historia resumida en una entrevista.
Hay jirones de la vida que uno debe transitar y calles que es mejor evitar. Mónica Zevallos en su mejor momento apostó por la honestidad y dejó todo aquello que contamine su ética. De vuelta al país está tranquila, sabe que hizo lo correcto y hoy que nuevamente está en la pantalla chica, entiende que mientras vaya de la mano de la verdad, siempre podrá decir que le va bien.
Mónica, ¿te retiraste de la televisión por presiones políticas?
Para mí el contenido era importante y eso ya no lo era para los otros.
¿Entonces?
Sentí que no encajaba.
Pensé que el gobierno te pidió ayuda y no hiciste caso.
Varias veces se acercaron. Nos aclararon: ‘Ya hemos hablado con otros canales’. Pero nos negamos.
¿Los boicotearon?
Hubo presiones fuertes. Nuestro rating empezó a bajar, la publicidad se retiraba.
¿Casi desaparecen tu programa?
Pero como era un producto bueno, siempre terminábamos saliendo adelante.
¿Nunca fijaste tu posición?
No, era mucha responsabilidad.
¿Dejaste de ganar bastante dinero?
No sé si perdí poco o mucho, pero gracias a Dios nunca me faltó.
¿Hablar de un supuesto romance con ‘Chemo’ del Solar era un plan para desprestigiarte?
No lo analicé de esa manera, podría ser.
¿Cómo surgió?
Apareció en un par de periódicos de ese tiempo.
¿Existió una historia entre ustedes?
No hay ninguna. Lo conocí en la universidad, pero solo estudió un ciclo o dos y luego se dedicó al fútbol.
¿Y cuando soltaron el rumor?
En casa nos reímos. Bromeamos: ‘Parece que le estoy sacando la vuelta a mi marido, ja, ja’.
Tocaste un asunto escabroso, la infidelidad. ¿Se perdona?
Huummm, no sé.
Explica, por favor.
Es fácil decir no, pero hay que saber cómo reaccionan las parejas.
¿Qué te puede llevar a caer en esa tentación?
Es que ambos cometieron el error.
¿Lo has sentido en carne propia?
Gracias a Dios nunca.
¿Son buenos los celos?
En una dosis pequeña es bonito.
¿Cuándo se convierten en un problema?
Al dejar de ser racionales.
¿Temes la vejez?
Da miedo.
¿En serio?
Hay un cambio que afecta y es cuando empiezan a aparecer las canas, arrugas y la menopausia.
¿Cómo se asume?
Primero choca y después dices: ‘Hay que envejecer con dignidad’.
Te paras frente al espejo y ¿ves una mujer bella?
Noto que envejecí.
¿Te harías retoques?
En la cara tengo mucho miedo.
¿Alguna vez te animaste a hacerte algo?
Después de dar a luz a mi hija, me hice una liposucción.
¿Qué más?
Un poquito de bótox.
¿Seguirás recurriendo a esos ‘arreglitos’?
A los tratamientos faciales o naturales.
¿Ya dominas el TikTok?
Estoy aprendiendo a usar redes sociales.
¿Allí se puede ganar dinero?
Por supuesto, ya mi sobrina me explicó.
¿Cómo es tu militancia con Dios?
No tengo que estar en una iglesia para hablar con él.
¿Dialogas?
Es una conversación con un amigo muy Superior.
Ahora vas a demostrar tu sazón en ‘El gran chef: Famosos’.
Es otro nivel, puedes pensar que cocinas rico porque te lo dice tu familia, pero estás ante un jurado de paladar más duro y exigente.
¿Tu plato que te sale de chuparse los dedos?
El seco.
¿Qué te altera?
Odio las mentiras.
Difícil erradicarlas.
La gente miente por costumbre o para protegerse.
Han inventado la piadosa o ‘blanca’.
Siempre charlo con mis hijos: ‘Una mentira te hace perder confianza y cuando eso sucede, cierro puertas y ventanas’.
Un gran abrazo y gracias por tus respuestas.
Otro para ustedes y los lectores.
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