Miguel Vergara no pasa desapercibo cuando se ríe y dice que su risa la heredó de su madre y le abrió las puertas de ‘Asu mare’. Recuerdas sus inicios como cómico ambulante, sus primeros castings y las chapas que le han puesto.
“Yo soy de Chiclayo y comencé como cómico ambulante a los 16, 17 años. Luego me vine a Lima a estudiar artes escénicas con el maestro Ramón García”, recuerda el actor.
¿Chambeabas de chibolo?
Era esporádicamente, no siempre, pero me ganaba los frejoles. También he sido ambulante vendía huevos, de todo. Agradezco a mi familia, sobre todo a mi padre que desde muy niño me enseñó a trabajar.
Como se dice, te recurseabas...
Nosotros somos seis hermanos, dos hombres y cuatro mujeres, y de alguna manera teníamos que colaborar, nos veíamos en la necesidad de apoyar a mamá y a papá.
Lo tuyo siempre ha sido hacer reír a la gente
Sí, aunque es difícil. Pero de una u otra forma me ganaba las risas del público porque como soy tan hermoso ja, ja, ja... Más nada, por eso digo que soy el actor más hermoso del Perú y del mundo.
¿Cómo eras de niño?
Recontra travieso. En el colegio que siempre me llamaban para caracterizar las canciones de Pimpinela, yo mismo era, no tenía vergüenza de nada y así levantaba mis notas porque mi conducta era ¡Dios mío! ja, ja, ja. En primero de secundaria como era el más chaparro siempre me gustaba juntarme con altos. Me agarraban, me cargaban entre todos, me llevaban aun montículo de arena y me hacían polvo ahí.
Y que hacías
Como yo vendía huevos agarraba los que estaban podridos y los llevaba en un taper. Yo calladito agarraba huevazos en la cabeza a todos los que me había tirado a la arena, pero igual perdía ja, ja, ja.
¿A qué edad llegaste a Lima?
A los 18 y lo primero que hice fue estudiar artes escénicas con Ramón García, mi padre del teatro. Luego estudié con Aristóteles Picho, Aldo Miyashiro y Leonardo Torres.
¿Y cómo pasaste de la calle, de cómico ambulante, a la televisión y el cine?
Te cuento que yo trabajaba en una imprenta como obrero, de 8 a.m. a 5 de la tarde y a esa hora corría al teatro donde se presentaban los grupos de teatro. Yo me sentaba en la banca y esperaba que algún director de teatro pase y me dé chamba.
Calentabas la banca.
Ja, ja, ja... y así comencé a ganarme la amistad de los directores de teatro y me llamaban, aunque sea para hacer bolos chiquitos. Hasta que llego la oportunidad de estar en Asu mare ...
Pero antes ya habías hecho otros personajes…
Mi primera aparición fue en ‘Misterio una pasión’, la serie que hizo el chino Miyashiro. Yo estaba estudiando con el chino y quería decirle que me dé un personaje ahí, pero no me atrevía. Creí que el chino pensaba “este chico está aquí porque quiere colgarse de mi serie”, no le dije nada.
¿Y cómo entraste?
Termino la clase, cuando ya me estaba yendo a mi casa me llama el chino y me dice: “’Miguel tendrás tiempo para grabar mañana’, yo le dije que sí. Al día siguiente tenía que trabajar en la imprenta, me enfermé, le dije a mi jefe que estaba mal y me fui a grabar.
Ahí comenzaste a despegar
Sí, luego me llamaron para La Gran Sangre, Asu mare 2, Asu mare 3, Magallanes, Asu Mare: Los amigos. Hasta tuve la oportunidad de ingresar a ‘Al fondo hay sitio’, ‘Ven baila, quinceañera’-
En Magallanes hiciste drama
En Magallanes compartí escenas con Damián Alcázar, un maestro del cine. El secreto está en que un director tiene que darle confianza al actor y no bloquearlo. Salvador del Solar me dirigió en Magallanes y yo me confundía, estaba nervioso, me trababa entonces veo que baja y dije ‘Dios mío, ahora viene a gritarme’. No me gritó, me dijo ‘Miguel está muy bien lo que estás haciendo’. Yo sabía que lo estaba haciendo mal, pero me estaba dando confianza. Volvimos a grabar y me equivoque nuevamente, Salvador baja de nuevo y dice Miguel ‘espectacular’. Tanta confianza me dio Salvador del Solar, que salió hermoso de verdad.
Pero, Asu mare te abrió las puertas.
Sí y casi no voy al casting. Yo estaba trabajando de amanecida en la imprenta y al día siguiente tenía el casting, no quería ir y un angelito me dijo ‘anda’. Me fui en mi micro apretado como una sardina. Hice mi risa característica y me llamaron…
¿Te llamaron por tu risa?
Ja, ja, ja… creo que sí, esta risa la heredé de mi madre.
La gente recuerda mucho la escena en que te tiran arena en la boca, ¿estaba pauteado?
La verdad es que nuestra escena estaba un poco aburrida ja, ja, ja …y Franco me tira arena en la boca. Repetimos esa escena como cinco veces y se volvió tendencia en las redes. Y luego vienen Asu mare 2, Asu mare 3 y Asu mare: Los amigos. Te cuento que cuando me enteré que iba a grabar Asu mare 2, me pongo mi chacha nuevo, el dominguero y fue a pedir chamba a Tondero, un bolito. Cuando estaba a una cuadra me llaman de la productora y me dicen: “Miguel has ido seleccionado para Asu mare 2 con personaje.
Como actor cual fue la época más difícil
Fue la época de la pandemia, yo perdí como 6 u 8 familiares. Lo que más me daba miedo, era por mi mamá porque la pasó solita en Chiclayo, no quería venir a Lima. Mi madre es lo más hermoso que existe, mi viejita es lo más buena del mundo.
¿Qué hiciste para subsistir?
Los tres primeros meses me fue a vivir a la casa de mi hermana, luego me retiré por voluntad propia y me fui vivir a la casa de mi hermano. Un día caminando por el Hospital del Niño vi que un joven vendía botellitas de alcohol y salía como pan caliente, dije aquí este el negocio. Fui a Mesa Redonda y compre el alcohol, como soy entrador la gente me colaboraba. También me puse a ayudar a mi primo que es mecánico, no sé nada de mecánica, y cuidaba perros.
¿Te han puesto chapas?
Muchas, me dicen ‘ratielago’, mitad rata, mitad murciélago; troll, Gollum de ‘El señor de los anillos’ ja, ja, ja. Yo feliz de que el público se divierta conmigo, yo feliz de verdad.
Después de Asu mare te sentiste famoso...
No, mira famoso es papá Dios, nosotros solo somos colaboradores.
Y regresaste a ‘El gran chef: La revancha’, que se estrena este lunes.
Llego por mi revancha, voy con todo porque la verdadera cocina esta acá, mas nada.
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