Vivir es disfrutar cada segundo que podemos respirar. Es aceptarse, pero sobre todo quererse. Y sentir que cada día, al despertar, es resucitar y volver a empezar. Melania Urbina, con todos los premios ganados como actriz y consagrada en el séptimo arte, confirma que la vida está hecha para los ‘jóvenes’ de cualquier edad.
Ella y el mar. Se miran, parecen saludarse y entiendo que tienen algo en común: Están más vivos que nunca. La actriz Melania Urbina, quien el 30 de setiembre cumplió 46 años, está orgullosa de su edad, feliz de su presente, de la experiencia y de lo que puede llegar. Se observa al espejo de su historia y hace un repaso. En su travesía por este planeta siente que hizo lo que la llevó a disfrutar y va por mucho más.
Melania, ¿quién eres?
Complicada pregunta.
¿Por qué?
Ninguna existencia se puede definir tan rápido.
Inténtalo.
Soy una mujer que hace lo que puede.
Que ya está en la base cuatro.
El tiempo es un aliado. La juventud está sobrevalorada como una virtud, cuando solo es una etapa que todos la vamos a dejar atrás.
Muchas, la mayoría creo, se negarían a decir su edad.
Me siento cada vez mejor interiormente. Celebro quien soy, porque es una manera de honrar mi vida.
No te veo canas.
Es genético. Mi mamá tiene 80 y no las tiene.
Algunos dirían: ‘Tan exitosa, pero no encuentra el amor’.
No me cierro, pero no es un elemento que me falte para ser feliz y plena.
¿Entonces?
Estoy en neutro. Si viene, lindo, y sino, también.
¿Más joven?
No creo.
¿Y eso?
Busco a alguien que esté trabajado interiormente, que haya hecho su chamba como yo.
¿Un madurito?
No lo garantiza, pero aumenta un poquito las posibilidades.
¿Te hace bien tu soledad?
Encontré mi tranquilidad.
¿Qué es ser feliz?
Tener paz.
¿Y cómo se le da pelea a las cosas duras?
La única manera que se vaya la tristeza es sentirla.
¿Qué te tiene apenada?
Mi mamá se está muriendo, está en la última etapa.
Muy fuerte lo que revelas.
Siento dolor y mucho amor.
¿Qué cosas te incomodan?
Odio ir a hacer compras de ropa.
Todas lo hacen.
Hacer shopping no es lo mío, me muero de aburrimiento.
¡Increíble!
No soy trapera, ni mucho menos gastadera. Me aburre ir a pasear a tiendas.
¿En la cocina?
Soy buena haciendo algunos postres, también tengo idea para la sazón.
¿No te gusta ser famosa?
No me considero serlo como para que se vuelva un problema.
¿Te reconocen por ‘La chica dinamita’ o ‘La monsefuana’?
Por la segunda. El poder de ‘Al fondo hay sitio’ es increíble.
¿Un acto de rebeldía?
Ser de 46, sin querer ni aparentar menos edad. Cuando no quiero tener arrugas o que el tiempo no pase, me aplico los productos de línea antiedad de Avéne, porque deseo estar cómoda.
¿Otro?
Ser soltera y no sentirse incompleta también lo es.
¿Te sientes bella?
Hay días que sí y otros que no.
¿Renegona o risueña?
Ambas cosas, pero soy más lo segundo.
¿Fanática del orden?
Me entrego al caos de la vida, pero en el día a día soy ordenada.
Hablar como chalaca o norteña, ¿qué cuesta más?
Como achorada del Callao.
¿A quién te pareces?
Mucho a mi madre. Tengo varias de sus cualidades y manías.
Dile a los peruanos cómo haces para tener, eternamente, pinta de chibola...
Sí envejezco, solo que no hay manera correcta para decir cómo debe verse una señora de 46.
¿Hincha de la ‘U’ o Alianza?
La selección.
¿Debe seguir Juan Reynoso?
Vamos a ver qué pasa, sé que andamos medio complicados. ¡Con fe!
¿El Trome?
Un clásico del periodismo peruano.
Como una ola que vino, así se fue. Llegó, reveló sus principios, un resumen de su interior y se marchó la actriz que, pese al tiempo, sigue teniendo figura de adolescente. No pude preguntarle si ha leído a mi admirado José Saramago, pero sí puedo asegurar que coincide con él cuando afirmó: “Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento”.
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