Laura Reyes creció entre los escenarios y los sets de televisión. A los 5 años grabó su primer comercial y a 10 se convirtió en ‘Carito’, la niña más querida de Natacha. Afirma que la novela le cambió la vida, dejó la actuación por la piscología y va cumplir 25 años de casada con Homero Cristalli.

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Yo empecé haciendo comerciales. A los 5 años protagonicé toda una campaña de Motta de panetones, caramelos, chocolates y no pude hacer la del turrón porque se me cayeron los dientes. Ese fue mi debut”, recuerda Laura entre risas.

TROME - Laura Reyes: Su esposo Homero Cristalli, la actuación, el éxito de Natacha, la psicología y más
Laura Reyes cuenta que, a pesar, de que hace mucho tiempo no está en pantallas el cariño de la gente sigue intacto. Video: Milagros Casas | Trome

Desde chibola empezaste en la actuación.

Así es. Lo primero que hice fue la serie ‘Cero en conducta y fue casi como un casting para ‘Natacha’. Me entrevistaron en dos oportunidades y fue seleccionada para la novela.

Tu mamá fue la destacada actriz Noemí del Castillo, que llegó a Perú gracias a la telenovela ‘Nino’. Entonces, se podría decir que creciste en los escenarios.

Sí, por supuesto. Mi mamá hacía novelas y teatro. Mi mamá actuó conmigo en Annie, la obra del Marsano, ella era Miss Hannigan, la mala. Guardo muchos recuerdos de ese entonces.

¿Cómo cuáles?

Mi abuela, mi bisabuela y mi madre eran profesoras de piano. Pero mi madre decía que esa no era su vocación y solamente lo hacía cuando escaseaba el trabajo. Entonces, ella me preparó una canción de Topo Gigio, ella tocaba y yo cantaba y con esa canción hice mi audición para Annie.

¿Cuántos años tenías?

Siete años. Te imaginas yo solita parada en el escenario del Marsano cantando frente a Osvaldo (Cattone) y Chalo (Gambino). Cuando me seleccionan mi mamá me dice: “Quiero que sepas que, si te duele el estómago, si tienes un cumpleaños, tú tienes que estar parada en el escenario”. Y me dijo que cuando murió su papá, no pudo viajar a Buenos Aires, al velorio, a despedirlo porque tenía que subirse a un escenario.

La novela ‘Natacha’ marcó tu vida.

Totalmente. Pienso que mi vida nunca volvió a ser igual, por más que he tratado, ya de adulta, digamos que mi vida de alguna manera le pertenece a la gente. Yo soy psicóloga y elegí una carrera en la cual tu parte íntima es muy guardada, yo ya no tenía esa opción porque mi vida ya era muy pública.

Es que la gente te conocía por la novela, para ellos eras una persona cercana.

Así es. Siento que era parte de la gente. Entonces tú te acostumbras, obviamente ya no tengo la popularidad que tenía en ese momento que estaba en las pantallas.

Y cómo manejabas la fama...

Para una niña era fuerte también porque no había lugar donde yo llegara y era observada, la gente me abordaba, me pedían autógrafos. Era difícil poder manejar la multitud y he pasado varias cosas de esas.

Eran unas superestrellas.

Recuerdo llegar a Radio Panamericana. Había un evento y fuimos varios actores de la novela como Diego Bertie, Maricarmen Regueiro, Danae Sacovertiz.

¿Qué paso?

Yo llegué con mi papá y Danae, que vivía cerca de mi casa. Mi papá no podía avanzar con el carro, había un mar de gente en la calle y me dice: “Bájate con Danae y yo veo donde me estaciono”. Yo tenía mi peinado con dos flores rosadas al costado. Mi papá dice que me veía avanzando entre la multitud, pero no me veía a mí, veía las flores. Era como si fuéramos ídolos en un concierto, una cosa alucinante.

Recuerdo el matrimonio de ‘Natacha’, había miles de personas.

Sabes que se hicieron partes de verdad y Gisela, en ‘Aló Gisela’, recibe el parte y anunció en vivo el matrimonio. Yo creo que eso fue el detonante para que fueran miles de personas. Fue increíble.

¿Qué te llevó a dejar la actuación?

En realidad, no fue una decisión de un momento, fue un proceso. También me convertí un poco recelosa, para cuidar mi carrera como psicóloga.

Mientras estudiabas, seguías actuando...

Estudiaba y hacía ‘Taxista ra ra’, que fue lo último que hice en la televisión. Entonces, tenía mucho miedo a la exposición y por otro lado me pasaba que me perseguían en las clínicas, era una cosa intimidante

¿Por qué te perseguían

Porque sabían quién era. Los pacientes me perseguían, las familias. Entonces, tenía ahí una dificultad y por otro lado tenía miedo .

¿De qué?

Por ejemplo, siempre decía ‘tantos años de buena imagen y por una tontería puede perjudicarme la imagen en mi carrera como psicóloga’. Empecé a ser más cuidadosa de mi exposición, de elegir donde ir y donde no ir. Luego, pienso que pasé de moda porque ya no me han convocado para nada importante.

Te gustaría volver a actuar...

A veces tengo ganas, me da nostalgia, pero también me da miedo la exposición. Yo disfruto mucho también mi intimidad, mi privacidad.

Cómo fue el flechazo con Homero

La primera vez que nos vimos fue en el teatro Marsano como asistentes de una obra. Yo estaba con mi mamá y dos amigas. Él estaba con Alex Otiniano y otro señor guapísimo. Cuando terminó la obra nos saludamos todos. Avanzamos unos pasos y yo comenté ‘había sido guapo el Homero Cristalli’

Te impresionó..

Eran el Ken rubio y el Ken morocho. Luego nos encontramos en el programa de Mónica Cevallos. Cuando Homero me ve llegar le dijo a Jimmy Arteaga (productor) ' Oye porque invitas a esa chica, que no me cae’. Él decía que era una chibola antipática, malcriada, una chibola pituca. Lo que sí era cierto es que era chibola ja, ja, ja .

¿Cuántos años tenías?

Yo tenía 19 y él acababa de cumplir 26.

El clic fue en el programa.

No, fue después. Él me dice que me lleva a mi casa y que también iba Gloria (Klein), pero Gloria vivía cerca del canal, por San Isidro, y de ahí a mi casa quedaba un gran trecho. Camino a mi casa, me dice para tomarnos un café y fuimos a Larcomar.

Ya tenía todo planeado.

La verdad que sí era un vivazo, después me fui dando cuenta. Llamé a mi mamá y le dije ‘mamá voy a tomar un café con Homero Cristalli’.

¿Qué dijo tu mamá?

Mi mamá bien, ahí ja, ja, ja . Pero como es la vida, mi mamá va la clínica para que la operen de una hernia, no la pudieron operar porque estaba muy inflamada y la reprogramaron. Pero le ponen una inyección y le da un shock anafiláctico con un paro cardiaco y estuvo 24 horas en UCI.

Fue duro para ti.

Yo siento que de alguna manera la vida nos despidió. Mi mamá era muy cariñosa y yo también, entonces recuerdo haberme echado con ella en la cama abrazadas. Me decía ‘ten cuidado’, ‘cuídate’, ‘mira que él es grande’.

Te lo decía por Homero.

Así es. Yo tenía 6 meses con Homero saliendo como enamorados y siento que esa conversación fue para guiarme y yo darle la tranquilidad de que todo iba a estar bien. Mira Homero y yo estamos próximos a cumplir 25 años juntos, hemos construido una familia y mucha gente no apostaba por nosotros. Homero se había casado joven, tenía un hijo y obviamente trataron de persuadirme. Pero ahora yo le digo a mi mamá ‘te hemos cumplido’ porque obviamente este logro no es solamente mío, es de los dos.

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