La actriz Laly Goyzueta no esconde sus 54 años porque son el reflejo del camino recorrido y aprendido. No la enamoran con una joya y tampoco se muere por tener el iPhone de última generación. Tiene 18 años de casada y cuenta que lo mejor para mantener ‘encendida la llama del amor’ es que cada uno tenga su espacio.
Laly, ¿tú no eres de las mujeres que se baja u ocultan su edad?
Ay no, qué flojera. Me siento feliz con mi edad, es el reflejo de un camino que me ha hecho mejor persona.
Y tienes una relación sólida con Mariano, ¿cuántos años de casados?
Hemos cumplido 18 años de casados en mayo, pero de estar juntos más o menos son 20.
Como todas las relaciones, ¿han pasado por sus altibajos?
Sí, pero siempre hubo un ánimo de compromiso. Nunca hemos pensado en ‘tirar la toalla’, siempre hemos dicho ‘vamos para adelante’. Somos compañeros de camino.
Ahora hay muchas parejas que se casan y dicen que si no funcionan para eso está el divorcio…
Exacto. Nosotros creemos en la relación y en todo lo que hemos construido juntos. No todo es bacán y hay momentos en los que hay que resolver.
¿Cómo hacen para mantener encendida la llama del amor?
Nos damos nuestro espacio. Mariano tiene su espacio, yo también tengo mis amigas con quienes salgo aunque sea a tomar un café o a reírnos. No estamos todo el día pegados.
¿Te gustan los detalles?
Somos más prácticos que románticos. Pero dentro de nuestra practicidad tenemos nuestros códigos. Hay cosas que disfrutamos haciendo juntos como una cenita, ir al cine. Nos gustan las cosas simples.
¿No estás esperando de regalo la cartera de Louis Vuitton?
No hay forma, a mí no me conquistas con eso, no en esta vida, ja, ja, ja…
¿Prefieres que te regalen peluches y rosas?
Prefiero que me regalen una margarita arrancada de un jardín a que me regalen una joya. No me llama la atención.
No te creo…
No me mueve ni un pelo. O sea, agradezco que si me regalan algo que sea con amor. Pero no me muero si no me regalan el anillo con tantos quilates o la cartera de tal marca. No me siento mal por no tener el iPhone de última generación.
¿Te siguen llamando como ‘las piernas más bonitas de la televisión’?
Ja, ja, ja… sí, imagínate, tantos años. Cuando le cuento a mi hijo, que tiene 16, me dice ‘ay mamá’ y se mata de la risa porque le digo que salía con la minifaldita y tenía mi jale con los galanes.
Pero todavía tienes tu jale...
La verdad que sí, pero será que porque soy casada la gente me respeta, no vienen faltosos a decirme nada. Además, mi esposo es un poco grandote, creo que eso los intimida, ja, ja, ja.
¿Permitirías que alguien te diga qué puedes o no ponerte?
No hay forma. Me pongo esos vestiditos cortitos, tampoco enanos como lo hacía antes. Ahora me pongo lo que siento que me queda bien.
¿Has pasado por una relación toxica?
De chibola, claro que he tenido relaciones tóxicas. En el sentido de no valorarme, de no darme mi lugar. Con los años he ido construyendo mi seguridad, a valorarme.
¿Ha sido un largo camino?
Sí, claro. En mi caso sí tengo que dar gracias a Dios que Mariano llegó a mi vida y me sumó muchísimo en ese aspecto.
¿Perdonarías una infidelidad?
Yo creo que tendría que ver el ¿qué pasó?, ¿cómo fue?, ¿cuál es la situación en general? No te podría decir ni sí ni no.
¿Eres celosa?
Para nada. Imagínate que Mariano para en los gimnasios con un montón de chicas hermosas, no podría vivir, me muero.
¿Entonces no te molestaría si Mariano le da ‘like’ a las fotos de las chicas de la farándula?
Para nada. Aparte él es él y yo soy yo, no me molestaría en lo absoluto. Nunca me fijo si ‘likea’ a alguien, alucina.
¿Tiene las claves del teléfono o las redes sociales de tu esposo?
No tengo ni idea, no sé la clave ni siquiera de su teléfono, ni me interesa. Creo que hay que mantener siempre los espacios de cada uno.
¿Has comido en ‘los agachaditos’?
Mil veces. En mi mercado de Magdalena me siento en mi salsa y cada vez que puedo y tengo tiempo me como un cebichito, mi calditto de choros, algo rico que haya por ahí.
‘Luz de Luna 3′ ya está en la recta final, ¿cómo te has sentido en esta temporada?
Contenta, agradecida con el personaje (Patricia) que me permitió conectarme nuevamente con todas esas emociones. Patricia que es una mujer que la vida no se lo puso fácil. Trata de recuperar a su hijo y no solo recuperarlo para ella, sino recuperarlo como persona. Me parece bastante conmovedor, es un personaje que llega de una forma y sale de otra.
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