Natalia Ramírez es una de las actrices más recordadas de “Yo soy Betty, la fea”. La artista le dio vida a Marcela Valencia en la ficción y, desde entonces, ha sido parte de varias producciones importantes de su país de origen.
Sin embargo, esto no sería una realidad si ella habría tomado una drástica decisión: la intérprete confesó que estuvo a punto de dejar la actuación justo antes de grabar la serie de RCN Televisión.
Pero, ¿por qué la actriz dejaría atrás su vida artística? Pues, a través de un video publicado en su canal de YouTube, la colombiana explicó a detalle las circunstancias que la empujaron a querer alejarse de las cámaras.
El 8 de mayo del 2023, Natalia Ramírez se sinceró con sus seguidores y narró un episodio no tan agradable de su trayectoria profesional. Este ocurrió mucho antes de su participación en “Yo soy Betty, la fea”, exactamente en el rodaje de la producción “Quieta, Margarita”.
Esta telenovela se emitió entre septiembre de 1988 y junio de 1989, por lo que era uno de los primeros proyectos en los que se involucraba la actriz. Ella interpretaba a Sarita Montiel, una joven con un pasado misterioso que se enamora del protagonista (el rol de Luis Eduardo Arango).
Pero, más allá de los libretos o la labor de sus colegas en la ficción, Natalia reveló que trabajar con el director David Stivel fue lo más difícil en ese momento de su carrera. Según su testimonio, él desempeñaba sus funciones como un “dictador”.
“Yo creo que era como la dictadura, era una especie de dictador que tenía el poder absoluto, en esa época el director tenía el poder absoluto y era el régimen del miedo y el terror. De esa manera, era que trataba a todo el mundo: técnicos, actores, maquillistas vestuaristas... toda la producción vivía bajo el terror de David”, manifestó.
Ramírez admitió que David Stivel se comportaba como muchos directores de esa época. Además, lo diferenció de su heredero: “Su hijo es una belleza, Mateo (Stivelberg) es otra cosa”, afirmó.
Respecto a su experiencia personal con el realizador, la actriz señaló que él no la regañaba mucho. Sin embargo, se alteraba al ver su interpretación: “Yo realmente era muy disciplinada, pero él se desesperaba conmigo muchísimo porque yo no sabía actuar. Por supuesto, estaba con Lucho (Eduardo Arango), Víctor Mallarino, María Eugenia Dávila... qué eran semejantes actores”, enunció.
Afortunadamente, tuvo el apoyo de sus compañeros: “Ellos me agarraban de la manito (...) imagínate si lloro por un comercial ahora imagínate en una escena. Lloraba todo tiempo, yo no podía dormir...”, contó.
Tras este oscuro capítulo, Natalia decidió retirarse de las telenovelas y dedicarse a la publicidad. No obstante, en el rodaje de uno de los comerciales, se encontró nuevamente con Stivel.
Frente al temor de volver a ser dirigida por él, amenazó con no grabar absolutamente nada. Sin embargo, comprendió que este no estaba involucrado en ninguno de sus siguientes proyectos y continuó adelante con su carrera.
Finalmente, la estrella afirmó que era muy joven para entender la “genialidad” del realizador: “No logré visualizar su genialidad, porque David era un genio y parte de ser genio es ser desadaptado. Estaba muy pequeña y no pude darme cuenta... entenderlo”, puntualizó.
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