ahora se hace llamar John Kelvin, el resiliente, porque luego de estar casi dos años privado de su libertad sumando sus dos ingresos al penal de Lurigancho, cuenta que Dios tocó su vida y reconoce que fue detenido por agredir a la madre de sus hijos, Dalia Durán. Por eso, en esta entrevista pide, llorando, perdón a todas las mujeres del Perú por su falta.

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¿Qué reflexión haces después de estos dos eventos que has vivido por tus acciones?

En primer lugar, gracias por la entrevista y como lo comentas, parece increíble pero estuve año y medio privado de mi libertad. La primera vez salí y estuve fuera cuatro meses disfrutando de mis amores que son mis hijos y luego regresé. Esta vez estuve cinco meses y si te pones a ver casi son dos años privado de mi libertad.

John Kelvin en entrevista con Trome (Video: Britanie Arroyo)
John Kelvin en entrevista con Trome (Video: Britanie Arroyo)

Dos años que supongo te hicieron pensar...

Sí, porque una cosa es ir de visita a una prisión y otra es ser un interno, eso no se lo deseo a nadie. Nunca imaginé pasar por una experiencia así tan dura y digo dura porque arrastró a mi familia, a mis hijos, a mi madre. Mi familia lloró mucho, créeme que no paraba de llorar ni de lamentarme.

Imagino que un artista que estuvo acostumbrado a pisar grandes escenarios, hospedarse en buenos hoteles y luego compartir una celda con 200 personas debe ser fuerte...

En primera instancia estuve con 200 internos del pabellón industrial y conviví con 16 internos en un área un poco más grande de 4 x 4 que fue duro, pero aprovecho para mandar un saludo a todos los compañeros que conocí.

La primera vez que te entrevisté comentaste que no salías de tu celda...

Te comento algo que nadie sabe, una de las cosas más duras que pasé fue cuando llamé a mi mamá y me dijo que mi abuela Margarita había fallecido (respira hondo).

¿A consecuencia de lo que pasó?

Le había dicho a mi abuela que estaba en Europa, porque me reclamaba que no iba a verla. Imagínate, mi mamá ya sufría por mí y ahora lloraba por su mamá, y no podía abrazarla porque estaba privado de mi libertad. Colgué el teléfono y me derrumbé, fui a mi celda, le reclamé a Dios y le dije: ¿Por qué me haces esto? Ya es suficiente con lo que está pasando mi familia por mí. Lloré toda la noche y al día siguiente de rodillas le oré pidiéndole perdón por todos mis pecados y una nueva oportunidad.

John Kelvin lloró y pidió perdón a todas las mujeres del Perú. (Foto: GEG /Britanie Arroyo)
John Kelvin lloró y pidió perdón a todas las mujeres del Perú. (Foto: GEG /Britanie Arroyo)

La primera vez que sales del penal lo haces con la imagen de la Virgen de Guadalupe y la segunda con San Judas Tadeo, y muchos piensan que es ‘pose’.

Te digo por qué. Toda mi familia es católica, cree en Dios. Mi madrina Doris viajó a México para pedirle a la Virgen de Guadalupe por mi libertad, se trajo con mi padrino estampitas y un manto de la Virgen. Una de esas estampitas llegó a mi celda y le dije a mi madrina que, si salía, le iba a hacer una Virgen de cerámica.

¿La hiciste tú?

Un amigo interno me ayudó a hacerla porque adentro hice muchas cosas, me metí a talleres de cerámica, pintura, de biocuero, confección de polos, canto, y fue mi amigo JC quien las hizo y obsequió, lo quiero mucho. Ahorita tengo paz en el corazón, paz mental y estoy enfocado, por eso es que tengo dos colores en el cabello.

Eso iba a preguntarte, por el look. Llamó mucho la atención el color blanco y negro, ¿qué es el ying yang?

Así es, porque todos tenemos algo de bueno y malo. Conocí los dos mundos, en un momento estuve en el lado oscuro y en otro momento en el más claro. Por eso decidí tatuar mi cuerpo, tengo el lado izquierdo lleno de tatuajes y el derecho limpio. Me arrepentí de corazón, Dios tocó mi corazón y le dije: Padre, me equivoqué, perdóname, si crees que estar privado de mi libertad es lo correcto, lo asumo y cuando creas conveniente que vuelva a regresar para ver mis hijos, a mi madre y subir a los escenarios, será en tu momento y, mientras espero, no me desampares. Creo que también debemos ser más empáticos. ¿Por qué te cuesta tanto darle la mano al caído, abrazarlo y levantarlo?

Sabes por qué cuesta, porque lo que hiciste fue malo...

Definitivamente, pero también aparecieron opinólogos que se convirtieron en jueces, abogados y me dolió todo lo que decían porque afectaba a mi familia, pero entendí que era parte de y solo tenía que enfocarme en sanar para salir adelante, porque después de la oscuridad siempre está la luz. Cuando mi mamá vino a verme al penal estaba delgada, la abracé y al irse lloré tirado en la loza. Me preguntaba cómo la pude dañar así, también a mis hijos, a las personas que creyeron en mí y ahora se sienten decepcionadas (respira hondo)... Permíteme usar tus cámaras para dirigirme (llora) a las mujeres que se decepcionaron de mí, perdónenme, discúlpenme si en un momento cometí esta falta muy grave, pero tengo derecho de volver a empezar... Disculpas a todas las mujeres del Perú que se sintieron afectadas por lo que hice, errar es de humanos, asumo y asumí lo que hice, les pido por favor, así como Dios me da esta oportunidad, que también me la den. Como ser humano me equivoqué, sufrí y lloré, pero de ahora en adelante solo hablaré con música. Tengo 36 años, quiero estar en los quince años de mi hija, en la graduación de mis hijos, quiero jugar con ellos, verlos crecer.

¿Qué pasa adentro en la vida de un reo?

Si te gana la pensadora, sí te gana el corazón, hay dos caminos, ¿cuál quieres? El camino oscuro o el camino claro, uno decide. El hecho de que estés privado de tu libertad no quiere decir que te vas a hundir más, hay que salir adelante, todavía hay familia que te espera. Hay muchas personas que entran y hacen cosas que no pensaron que podían hacer, tienen un don que afuera no desarrollaron, pero adentro lo descubrieron.

John Kelvin vende sus billeteras de biocuero, que confecciona con los internos del Lurigancho. (Foto: GEG / Britanie Arroyo)
John Kelvin vende sus billeteras de biocuero, que confecciona con los internos del Lurigancho. (Foto: GEG / Britanie Arroyo)

A propósito de la música, vi en TikTok un video donde estás con Lucho Cuéllar, ¿van a hacer algún show juntos?

Sí, estoy promoviendo el reencuentro con mis compañeros y Lucho Cuéllar, para que la gente escuche las canciones con las que se enamoró. También estoy convocando al maestro Kike Farro, Marco Antonio Guerrero, Leonard León, Mathías Colmenares, Dantes Cardosa, eso se viene pronto. A su vez, voy a grabar dos temas que le compuse a Dios que son ‘Perdí la fe’ y ‘Amor en prisión’, que habla de un ángel que llega a la vida de un interno y se enamora a pesar de estar privado de su libertad. Ahora soy John Kelvin, el resiliente, porque a partir de ahora soy un nuevo ser. Y a ti que estás pasando por lo mismo que viví (vuelve a llorar), levántate, toma mi mano, te la doy como lo hicieron conmigo y vamos a caminar juntos porque créeme que el reino de Dios es hermoso.

¿Estás con pareja?

Estoy enamorado de la música, hago el amor con la música (tiene un hilo rojo en la muñeca de su mano).

Ah, esa respuesta es más vieja...

(Ríe)

DICCIONARIO CANERO

John, tuve la oportunidad, cuando fui a Lurigancho de visita, de probar un lomo saltado que preparó uno de los internos en un restaurancito que está pasando el famoso ‘Jirón de la Unión’. ¿También comiste allí?

Sí, claro. Un saludo para todos los ‘paylovers’ de Lurigancho. Además, allí pruebas la famosa ‘achomada’.

¿Qué es la ‘achomada’?

La ‘achomada’ es cuando ya comiste y te ofrecen algo más, algo premium, como un arroz con pollo y su cebiche. Yo tengo un polo con todas las frases caneras. Cuando compras nuestros productos, billeteras, polos, estás ayudando a mi familia y a las familias de los internos con los que sigo trabajando, nos pueden encontrar en Facebook o Instagram.

¿Qué otras frases ‘caneras’ hay?

Estás ‘ñofi’ quiere decir que tienes una venda en los ojos.

Otra...

Estás con sed, eso pasa cuando vendes todo lo que tienes porque necesitas dinero.

¿Qué más?

El achoramiento es cuando le pones un extra a tu táper, como una hamburguesa, un choricito, y al táper se le llama ‘cacharro’.

¿Algunas más?

Comando: Es la persona que mandas para que te traiga cosas, un emisario.

Esa chamba: Quiere decir que me está floreando.

Habla, ¿un chuzo?

Un corte, se van a cortar las venas!

¡No! Es cuando vas a un restaurante y dices un chuzo para comerlo mitad y mitad,

John Kelvin escribió tres libros en prisión, también compuso 20 canciones e hizo un musical con 50 internos del penal de Luirgancho. (Fotos: Britanie Arroyo)
John Kelvin escribió tres libros en prisión, también compuso 20 canciones e hizo un musical con 50 internos del penal de Luirgancho. (Fotos: Britanie Arroyo)

Okey, ¿otra?

Alaraco: Cuando estás bien vestidito.

Taita: Es el jefe del pabellón.

La pálida: Cuando alguien está mal.

Gilazo: Es el sapo que mejor ni se te acerque porque habla todo.

A floro: Te vendo algo, pero no tienes para pagar en el momento y luego se lo cancelas.

La cuenta: Es lo que pasamos mañana, tarde y noche.

Eres frío : Muy directo.

Doblete: Comes tu paila y quieres más.

La garra: La frazada de tigres.

La lata: Es el lugar donde te reciben y donde nadie quiere estar cuando te sancionan.

No me fumes: Devuélveme lo que te presté.

La raqueta: Es cuando inspeccionan tu pabellón.

El batacazo: Cuando alguien quiere apoderarse de tu cargo.

El azulito: No es la pastilla, es el teléfono.

A los amigos y familiares de los internos les digo que pueden entrar a la página web del Inpe, buscan el azulito, colocan el DNI del interno y ya tiene recarga para poder comunicarse con ustedes

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