
Luego del paso de Andrea Llosa por el ‘Café con la Chevez’, Javier Santagadea, recordado actor cómico de la década de los ochentas y noventas,visitó nuestro exitoso podcast y lo contó todo sobre la época dorada de la televisión peruana.
En conversación con Carla Chevez, el humorista habló de sus inicios en la radio, su paso por Estrafalario y su llegada a Risas y Salsa, donde estuvo bajo la dirección del gran Guillermo Guille.
Javier Santagadea también se refirió a la relación de Roxana Ávalos y Alfredo Benavides, además de sus noches de ‘cacería con el líder de JB en ATV, Jorge Benavides. No te pierdas este café que llegó recontra cargadito.
Cuenta esa historia de tu mamá, para que la gente sepa…
Me va a hacer llorar. Ay es fuerte. Lo que pasa es que mi mamá abandonó a mi papá, cuando estábamos muy pequeños, mi hermanita Norita tenía mesecitos y mi mamá se fue con otra persona. Nos dejó y yo no creía eso. Mi mamá y mi papá me habían mandado donde un tío, el tío Billy. Yo estuve viviendo con ellos desde muy jovencito y me mandaba a estudiar y todo lo demás, hasta que un día mi primita me dice, Javier ven, tu mamá ha venido, mi tía Augusta ha venido con un tipo.

Yo salí pues de la quinta donde vivíamos y nos paramos atrás de un cilindro y era un moreno, iban abrazados, besándose, todo y me fui en el tranvía, en ese entonces había tranvía. Le pedí un sol a mi tío, con un sol me fui hasta Chorrillos y ella ya no estaba en la casa de mi papá, estaba en la casa de mi tía y ella estaba afuera y yo de lejos nomás le dije, a partir de ahora no me digas que soy tu hijo, tú ya no eres mi madre. Mi mamá era chata y así cogió una escoba para agarrarme a escobazos. Pero cómo sería la fuerza de lo que estaba con rabia que agarré la escoba y se la rompí. Olvídate de mí, nunca más digas que soy tu hijo y me fui a buscar a mi papá. Le dije, papá yo me quiero quedar acá, no quiero ir donde mi tío. No, con tu tío Billy tienes que ir hijito. A mi papá lo encontraba llorando. ¿Sabes lo que es ver llorar a tu padre? Y me fui donde mi tío Billy y le dije, le conté. Mi tío Billy me dijo, calma Javier, qué vamos a hacer, espera que venga tu papá para que te lleve. Mi papá vino y nos fuimos. Éramos bien pobres, hasta ahora sigo siendo pobre yo. Teníamos un camarote, abajo dormían mis hermanos, mi papá con mis hermanos y mi otro hermano y yo arriba y mi viejo en una silla de madera de paja, ahí sentado cruzaba sus piernas y cómo lloraba mi viejo, sufrió mucho porque la amo hasta que se murió…
¿Y perdonaste a tu mamá?
Sí, lógico pues, es mi madre, pero yo amo a mi padre, hasta ahorita siento que me hace falta todavía mi viejo, para saber todo lo que estoy haciendo y todo lo que he logrado hacer. Pero se me fue mi viejo. Mi mamá se quedó todavía, yo la visitaba a mi mamá, incluso fue a vivir a mi casa. Nosotros no tenemos por qué juzgar, en ese momento de chibolo tú juzgas, no miras y juzgas. Seguro a cuántos les habrá pasado esto y cuántos sufren por eso…
Hay miles de historias parecidas, incluso hasta más trágicas…
Sí, sí, mucho peores seguro. Entonces dije, a mi padre le han hecho esto, a mí no me lo van a hacer y yo empecé a hacer eso. Yo tenía en cada esquina una enamorada, acá, allá y me burlaba de ellas, no puedo mentir, porque a estas alturas mentir al de arriba, no.
Entonces yo me curé de esto, primero pidiéndole perdón a Dios por todos mis malos pensamientos de odiar a las mujeres, que nadie tiene la culpa de lo que había hecho mi mamá. Además ni siquiera sabía que había sucedido entre ellos para juzgarlos ni siquiera eso, pero mi padre, porque mi mamá tuvo dos hijos con su otro compromiso y lamentablemente sus dos hijos fallecieron, que son mis hermanitos, mi papá nunca se comprometió con nadie. Vuelvo a repetirte, mi padre amo a mi madre hasta el día que se murió. Yo tengo un poco de mi viejo, mi viejo nunca fue mujeriego, siempre fue un hombre muy tranquilo. Pero sí tengo yo lo de mi tío Billy, mi tío Billy sí fue mujeriego, él me inyectó eso…
Hoy crío a un nieto mío, mira desde los 6 meses y ya tiene 17 años, yo lo sigo criando y ya va a terminar sus estudios, quiero que ingrese a la marina y nada, ya cumplo ahí con todos
Yo me quedé con 10 hijos que tenías…
Sí, bueno, yo tengo 11…
11, ¿qué edad tiene el menor el último?
El último tiene 23 años…
23 años. ¿Ya tienes bisnietos también?
Tengo bisnietos, tengo ay Dios mío. Mira, nietos tengo veintitantos y bisnietos tengo cerca de ocho. Tengo una pandilla brava, todos son una tira de delincuentes, cada vez que vienen me asaltan, pero los quiero. Mis hijas están en España, creo que la mayoría, Nora, no, Patty, Milagros, no, que estoy hablando. Giannina, se me confunden los nombres, tengo tantos hijos, que a veces tengo que decirles hola mamita, hola mamita, hola mamita, porque no me acuerdo los nombres…

¿Tiene buena relación con las mamás?
Mi señora no odia a nadie, pero tampoco las quiere ver. Sí se acuerda. Mi esposa no es que no las quiera ver, lo que pasa es que mi esposa se acuerda de todo, porque ella ha conocido a todas con las que he tenido hijos, pero ahí nomás pues, nada más. Mientras haya armonía y respeto ni vuelta que darle…
JAVIER SANTAGADEA Y LA TV
Fue ‘Estrafalario’ primero, ¿no es cierto?
Primero fue la radio. Yo llegué a la televisión, porque primero llegué a la radio. Llegué gracias al flaco Mayo, que trabajaba en Radiomar junto con el Ronco. Él me vio en Pisco. Yo vivía en Pisco en esa época, donde tengo mis hijas también y en Pisco la Inca Kola me pagaba, cada vez que había un espectáculo en el cine Solar. La Inca Kola me daba 10 cajas de cerveza y 40 soles…
¿Inca Kola, cajas de cerveza?
Inca Kola, cajas de Inca Kola, esas cajas de madera de antes, que había en la época…
Qué antiguos somos…
La cosa es que estos patas me llevaban y yo hacía en los intermedios, hacía mis shows, cuando llegaba Ferrando, quién llegara. Entonces yo repartía gaseosas a todos en el cine Solar, el flaco Mayo en una de esas tantas idas, él me vio el show y me voy en el descanso.
Estaba sentado ahí y se me acerca el flaco Mayo y estaba acompañado por Ramón Avilés, Sagitario y el que cantaba ‘La plañidera’. Ellos se acercaron, me preguntaron cómo te apellidas Santagadea, oye imitas bonito, ¿por qué no te vas a Lima? Yo soy de Lima le dije, pero anda Lima, anda donde el Ronco. El Ronco te puede ayudar en el programa y me da su tarjeta y firma. Gracias le dije y la guardé. Me fui a seguir con mi chamba, porque yo me salía a chiviar con un pata. Yo animaba y el pata cantaba, todos los días. Era una cosa de locos este, cómo sabía todos los santos.
La cosa es que así me la pasaba. Yo en Pisco también me dediqué a pelar conchas de abanico. Se vendían por cantidades y era negocio, pero entonces veíamos ‘Estrafalario’ en un televisor que teníamos, de tubos y en blanco y negro. Les decía ahí voy a estar yo un día y seguía trabajando. Ahí voy a estar en ese programa y todos se mataban de risa, hombres, mujeres, niños, jovencitas, todos se reían. Ahí voy a estar, calla loco me decían, me gritaban, ahí voy a estar después me van a pedir autógrafos, les decía yo, van a ver y la gente decía este está loco.
Me vine a Lima. Me fui a Chorrillos donde mi mamá primero y de ahí lo visité al flaco Mayo, que sabía dónde vivía y de ahí me fui donde el Ronco. Toque la puerta, salió un huachimán. ¿Sí? Vengo a hablar con el señor Román Gámez. Ya, ya, espéralo ahí. Más de una hora y naranja huando sin pepa. Me senté en la vereda, hasta que ya me hizo subir al tercer piso. Una cobachita era la cabina y el chato estaba en otro lado. Salió con bibidi. ¿Qué sabes hacer? Se creía Ferrando y yo le dije hago a Chingolo, al abuelito Aurelio. Pero toda esa basura la hago yo. Bueno, voy a hacer una, hice a Tulio Loza. Queda me dijo y ahí me quedé, todos los jueves en ´La peña de los jueves’.
JAVIER SANTAGADEA Y LA IMITACIÓN A TULIO LOZA
Tu imitación de Tulio era genial, hasta el timbre de voz le sacabas perfecto…
Sí, lo único que tuve que hacer fue tomar Coca-cola para que se me hinche la panza, porque Tulio era barrigón. A mí me gustaba hacer las cosas bien hechas. Usaba camisa, me ponían una almohadita y me veía muy gordo. Yo quería natural, pero era una cosa de locos. La cosa es que hice hasta la caminada. Yo tenía un televisorcito chiquito, blanco y negro y ahí lo veíamos al Cholo y cuando caminaba se arqueaba, era un pavo real. Entonces todo eso lo imité, lo trabajé tanto y lo hice hasta que, cómo es la vida, nos fuimos a trabajar hacía ‘Tulito y Tatiana’ que me habían puesto a Teddy Guzmán para hacer con ella…
¿Y de ahí vas a ‘Estrafalario’?
Sí, estábamos en ‘Estrafalario’. El que me lleva es el Ronco. Yo tengo que agradecerle al Ronco que me llevó a la televisión, no lo que yo hice en televisión. El Ronco sabe que a él le tengo el cariño, el respeto total por esa acción, como al flaco Mayo que me llevó a la radio. El resto era mío…
¿Te pagaban bien o no te pagaban bien?
Era una porquería. A ver si hablamos de la radio, era una explotación total. El Ronco me explotaba. Te lo digo Román, me explotabas. Yo me acuerdo mucho que el Ronco, igualito lo quiero, él es así loco. A mí me gustaba esto y lo que me daba no me interesaba, pero sí nos daba una propinita. Incluso él me mandaba a chivear a los tonos que hacía, a sus bailes. Yo iba en un baile a animar y al primo Coco lo mandaba a animar a otro baile. Hay otro también que trabajó en la municipalidad de San Juan de Lurigancho también iba a animar, porque él hacía varios bailes y él iba a otro. Plata como cancha y en su volkswagen basura nos llevaba y nos daba 20 soles. Nos explotaba. Un día me pagó 50 soles, la única vez que me pagó bien. Me llevó a San Andrés, pero eso fue una cosa para mí, ya ni me hubiese pagado, no me interesaba, porque llegué al sitio donde quería estar. Quería que la gente de Pisco me vea…

Te acuerdas, ¿después de ‘Estrafalario’ viene ya ‘Risas’?
No, después de ‘Estrafalario’ nos chotearon a todos y yo salí a vender cerámicas y ahí me voy a Radio Inca y gracias a Radio Inca entró a ‘Risas’…
¿Quién te da la mano ahí en ‘Risas’?
En Radio Inca me da la mano Jorge Chávez malaver, del Grupo Maravilla. Yo hice su programa, con Rosa Vázquez Cuadrado, hice el programa ‘Maravilla musical’. Entonces él me habla a mí, porque yo ganaba mi plata ahí haciendo spots, imitando Tulio Loza también, gane mucha plata, y él me dice Javier quiero que seas animador con Rosa Vázquez Cuadrado y te voy a pagar. Pero me vas a pagar, porque Rosa se queja que tú no le pagas. Sí, sí, sí. Fui, comencé a trabajar un mes y medio, dos meses, Rosa renuncia, porque no le pagaban. Me dejaron solo y dos meses me debían.
JAVIER SANTAGADEA EN RISAS Y SALSA
Entonces ya no fui, me quedé en mi casa. Yo vivía en La Victoria con mi actual esposa y me fue a buscar la esposa de él y me llevó el billete. Javiercito acá te vengo a pagar, los dos meses, por favor queremos que vayas ahora al programa. Así sí y me fui pues. Un loco era mi pata Jorge, que ya no está, que en paz descanse. Te voy a llevar a la televisión me dijo, tú mereces estar en televisión. Tengo amigos en ‘Risas y salsa’ y yo dije uy gracias y nos fuimos.
Yo pensé que me iba a meter al canal, en la esquina parados, ahí donde había una cabina de teléfonos en un poste. Yo le digo qué hacemos acá, esperando que alguien salga. Tú no conoces a nadie, no me vas a perder el tiempo y en eso sale Muchachón y le dice Muchachón. Hola Jorge le dice y se acerca le dice, voltéate y yo imito a Tulio Loza. Muchachón voltea me dice ven y me metió al toque al sótano. ¿Quién estaba en el sótano? Primero sale Moisés Choi (Moisés Chiok), director de cámara, también ya falleció, ahí nos vamos a encontrar compadre. Le dice voltea, imita, Moisés volteó. A ver otra vez. Me mete. ¿Quién estaba dentro? Carlos Velázquez, maestro.
Así, de fresa entré y salí con quién, con Chicho Mendoza. Chicho era mi brother y salí por primera vez en ‘Risas’. La segunda volví a salir, pero decía quién me va a pagar, nadie, contrato nada. Entonces yo le dije a Moisés, señor Moisés una pregunta, Moisés también pata, pero era bien sobrado, este dónde voy a cobrar. ¿Qué, no te han hecho tu contrato? No. Espérate, voy a decirle a Carlos. No me decían nada, me hicieron grabar la segunda con Chuiman, con Adolfo...
JAVIER SANTAGADEA Y GUILLE
Y Guille se convirtió en tu papá…
Pero primero me flagelo Guille. Llegó, yo cuando lo vi, colorado, se sentó. Escúchenme a mí, por culpa de ustedes no me van a votar. Primero los botan a ustedes, el que no viene a los ensayos no graba. Entregaba los libretos, Adolfo no contestaba, Elmer no contestaba, fulano. No contestaban. Señor Guille, disculpe usted el día de ayer dijo que los que no venían los iba a sacar, no grababan y los está separando. Me quedó mirando. ¿Tú cómo te llamas? Santagadea. ¿Y qué quieres, que bote a Chuiman y te ponga a ti? ¿Qué quieres? Cállate la boca me dijo y me asustó.
Ahí me dijo uno, que ya también no está con nosotros, Álvaro González, Guayabera, me dijo con su pipa, ¿por qué te metes a hablar cojudeces? Mañana ya no vienes. En serio me asustó. ¿No sabes que el gringo tiene la sartén por el mango? Uy Dios dije, bueno, qué voy a hacer. Al día siguiente fui a grabar tempranito, llegué, entré, él ya estaba parado ahí con los libretos. Señor Guille discúlpeme por lo de ayer. Yo tenía que pedir disculpas por mi comportamiento. No, ya calla la boca. Tu libreto está por allá, esto vas a hacer y me dio esto de los soldados.
¿Con el Chino tuviste tu distancia?
Sí. Yo he tenido distancia con muchos…
¿Pero por qué con el Chino?
A mí me menospreciaba siempre, me trataba como si fuese cualquier cosa, solo porque él había sido policía, había sido tombo. Pero después, ¿por qué lo botaron de la policía? ¿Y cuando trabajaba en la morgue, por qué lo votaron de ahí? ¿Por qué lo botaron de Panamericana? Mira eso, a mí nunca me han votado por ratero, nunca, te lo juro. Me botaban, porque era sindicalista, porque apoyaba a mis compañeros…
¿Verdad que una vez querías pegarle a Guille, porque llegaste borracho y querías pegarle?
Primero yo a Guille, te lo juro que yo lo quería mucho, pero yo tenía, me dolía cuando trataba mal a mis compañeros. A Willy Hurtado, que ya también se nos fue, lo trataba muy mal. Tenía un carácter, es que Guille era muy disciplinado, lo trataba, pero ay Dios mío y un día llegué borracho, manejando mi carro. ¿Dónde está ese? Pero con lisuras y me meto y Guille ya estaba dentro. Estaba Julio Zevallos y otro más. Javier no y me sacaron en peso entre ellos y Guille se corrió entre los backings, a esconderse.
Me metieron al baño y ahí me tuvieron secuestrado, que no vaya para adentro. No lo dejes pasar y a cada rato miraba la puerta, a ver si entraba y me daban café para que me pase, pero todas las veces que quería volver a entrar se corría. Todo el mundo lo miraba, cómo se corría y se mataban de risa, sobre todo Roxana, todos ellos, Paty, todos ellos se mataban de risa…

JAVIER SANTAGADEA Y SU SUELDO EN RISAS Y SALSA
¿Y ganabas bien?
En esa época cuando llegué a ‘Risas y salsa’, yo comencé ganando quincenal 300 soles, quincenal. Cuando ha sucedido eso, estábamos en el Amauta grabando. Guille siempre me tuvo un poco de recelo en ese aspecto, pero después dijo me junto con este o este me destruye todo. Entonces prefirió juntarse conmigo, me llamaba a cada rato…
Fue como tu papá…
Sí y que me disculpe mi padre, pero fue mi segundo padre. Él me enseñó mucho, él me dio el lugar que necesitaba. Tú tienes que hacer esto, esto y esto. Él me decía Santagadea has de un oficinista, un jefe, pero fuerte de carácter. Ya sabía lo que tenía que hacer, me ponía bigote, me maquillaba, me sombreaba esto.
JAVIER SANTAGADEA, ROXANA ÁVALOS Y ALFREDO BENAVIDES
Tú fuiste el celestino de Roxana, ¿no? Tú le presentaste a Alfredo Benavides, ¿no?
Sí. Alfredo Benavides, cuando llega al canal Jorge me llama…
Tú eras amigo de Jorge…
Claro, hemos trabajado juntos. Era mi pata. Con Jorge teníamos unas anécdotas bonitas, pero bueno, la cosa es que él me llama y me dice Javier, va a ir mi hermano, va a trabajar lo han contratado, quiero que lo cuides. Entonces llega Alfredo. Quédate conmigo le dije, cuando Guille te diga algo al toque nomás hazlo. No digas no. Ya, ya me dice, chibolito llegó, flaquito era, pero ya tenía la cara de sinvergüenza. Él sabe que yo lo he estimado mucho, lo he cuidado bastante, pero a mí no me gusta… No me hagas hablar.
Entonces le gustaba a la flaca. Mira, la flaca lo que se movía y le gustaba quería devorárselo, es cierto. Se metió primero con un pata que era auxiliar de producción, así le dije no pasa nada con eso, tiene una pinta que se está aprovechando. Pero a mí me gusta pues. Tú sabes cómo era, hasta para caminar sobre actuaba. Ah bueno, eso es tu mundo y me dice quién es este. El hermano de Jorge. Preséntamelo. Yo le dije, no te vayas a mandar es chibolo y se lo presente, fuimos a tomar un jugo y ahí comenzaron a salir…
JAVIER SANTAGADEA Y JORGE BENAVIDES
¿Y las movidas con Jorge?
Pero Jorge lo sabe, que su mujer no sepa es otra cosa. Estaba solo, bueno, no solo, porque andaba con otros romances, que no vale la pena mencionarlos, porque para mí son cosas enterradas ya para él. Pero lo que vivimos nosotros, Jorge y yo, fueron unas cosas de locos. Mira, su papá, una bella persona lo conocí a su papá, a su mamá también, extraordinaria, sus hermanos, todos eran lindísimas personas, su hermana, y Jorge con su carro me iba a buscar a mi casa. Yo vivía en La Victoria y nos íbamos de cacería. Yo ya tenía mujer, te estoy siendo sincero. Tú me estás haciendo hablar. Ya no digo nada. No, no, no…
Nos íbamos y ahí en la parada, en una zona bien brava y ahí nos metíamos, porque ahí habíamos hecho shows, entonces ya me conocían y conocía unas hembras así… Dios mío, cómo no se puede regresar a esa época…
Mira este sinvergüenza…
No, pero esas épocas eran lindas y con Jorge nos perdíamos. Tú lo veías a Jorge con una chata y él grandazo y él que tiene una bocaza y tenía su pelo largo y Jorge era pepón, peponzazo. Su hermano que falleció también, caballerito. Alfredo también, pero andar con mala gente es también complicado a veces…
¿El tío Ronco?
Pucha es una porquería. No, no, no. Él tío Ronco es el primero que me abrió las puertas de la televisión, me llevó a ‘Estrafalario’ al canal 7, pero como conducta, cero a la izquierda. Todo el mundo lo recuerda. No sé por qué le dicen tío, yo soy mayor que él. Él me tiene que decir tío a mí. Sin embargo, era faltoso, muy confianzudo, cara de olla y la 4 40…
Me acuerdo que también hubo un conflicto con Kathy (Romero). Estuviste un tiempo con ella…
Sí, tuve un conflicto con ella. También tengo una hija, Cristal, lo más hermoso que tuve en mi vida. Yo la respeto a la señora. Tuvimos un conflicto, claro, cómo no vamos a tener un conflicto si ella hoy… mejor no hablo…
Pero explica, porque la gente se va a quedar en el aire…
Es que mira, cuando tú vives un momento feliz con una persona o lo vives feliz o lo vives desdichado. Yo lamentablemente, sus salidas, irse al tragamonedas y volverse ludópata, que me dejaba solo y después se desaparecía. Hubo muchas cosas que toda la prensa sabe qué puedo hablar de ella, pero no puedo hablar nada, es la madre de mi hija. Yo la respeto, pero cometió errores. Ella puede decir que yo he cometido errores tal vez, también he cometió un montón de errores…

¿Nunca le sacaste la vuelta (a Kathy Romero)?
Nunca le saqué la vuelta a ella y eso te lo puedo, tenemos aquí a mi padre celestial y por Él te juro que nunca le saqué la vuelta. Lo nuestro duró muy poco. Ella desde que se comprometió conmigo me engañó, desde que se comprometió conmigo. Yo nunca digo eso, ¿sabes por qué? Porque a veces dicen, el hombre qué estúpido, cómo puede hablar así. Pasó, para mí es tierra pasada. Yo ahora a la señora la respeto, tiene su hijo, tiene su familia, pero en el momento en que vivimos, cuando tuvimos nuestra hija, hasta ahí llegó mi amor.
Ya a mi hija la he visto después. Ella no me quería dejar ver a mi hija, porque dice que yo no le pasaba plata, pero cuando se comprometió dijo, yo no necesito nada de ti. Bueno, hubo cosas que para qué…
¿Tulio Loza?
Tulio Loza fue el personaje que a mí me hizo conocido a nivel nacional. Yo gracias a este personaje, a quien yo también respeto mucho, al mismo señor Tulio Loza, para imitar a una persona tienes que respetarla, yo lo admiré. Yo veía a Pan Chorizo, lo veía al Ronco cómo lo imitaban y yo dije, lo voy a hacer mejor que ellos
SANTAGADEA ECHA A MANOLO ROJAS Y FERNANDO ARMAS
Si tú le dices a una persona hola, cómo estás, basta y sobra, te estás acordando de ella. Hay mucha gente que está en la televisión, que han visto todo lo que sé y he hecho por ellos, sin embargo esa gente ni siquiera te manda un saludo…
¿Quiénes no te agradecen?
Voy a nombrarlos, después se van a molestar, van a decir que cómo hablo, cómo hablas de mí, pero tengo que decir las cosas. Manolo Rojas, Fernando Armas y los dos son mis compadres
¿Compadres de cariño o espirituales?
No, espirituales. Fernando Armas es padrino de uno de mis hijos. Manolo Rojas de mi hija. Entonces de ellos no pido nada, no necesito nada, jamás voy a necesitar nada de ellos, pero hemos sido compañeros, hemos sido una sola familia. Hemos parado juntos, hemos tomado juntos, nos hemos divertido juntos. Entonces qué te cuesta, oye cómo estás. Ellos creen que, porque no estoy en televisión, estoy olvidado. No, yo tengo mi taller de teatro, hago teatro y hago taller de teatro gratis para los jóvenes, dejando algo a la juventud. Lo que no me gusta es eso, yo siempre me molesto por la ingratitud…
¿Pero tú no has tomado la iniciativa de llamar, hola?
Yo siempre me he comunicado con todos ellos, hola, cómo estás, chao. Se olvidaron. Yo llamo una, dos, tres veces. Ya te estoy enseñando a que me saludes. Si yo en la calle hola y yo si por A o B no te pasó la voz, ¿por qué tú no me pasas la voz? A eso me refiero no te hace más grande ni menos que estés en televisión o que seas artista, que todo el mundo te esté aplaudiendo o salgas en el teatro, si no saludas a un amigo que lo conoces por años, que él te llevó a trabajar muchas veces. Eso es lo que hacen, no es que me duela eso, sino que me molesta, porque hay ingratitud.
JAVIER SANTAGADEA ECHA A PERCY DIESTRA
Hace poco nomás este chico Percy Diestra, que está trabajando si no me equivoco con Jorge Benavides, él trabajó conmigo, cuántas veces le di la mano y hoy, porque está en televisión se olvidan de nosotros los veteranos. A los veteranos no los olvides nunca, cuando tú piensas que esa persona ha sido como tu padre, ¿o a tu padre no lo saludas? Cuando llegamos a ser viejos nos arrinconan como a cualquier cosa. Yo no voy a morir como el señor, y que Dios no lo permita, como el señor Álvaro González, olvidado; no voy a morir como Guillermo Campos. Yo te aseguro que las personas que vayan a mi tumba, a mi cajón a despedirse de mí, lo van a hacer con alegría, porque no quiero que nadie vaya a llorar. Pero que vayan los que siempre me han recordado, mis alumnos, los alumnos que tengo en Pisco, gente maravillosa esos chicos, mis alumnos de acá de Lima…

SANTAGADEA DESMIENTE A LUCY CABRERA
Te quiero preguntar algo que dijo acá Lucy Cabrera, que Analí te dio un par de cachetadas, porque le debías plata a ella…
A ver a Lucy Cabrera la conozco bastante tiempo, pero Analí nunca me dio una cachetada. Sabes lo que significaba que ella me meta a una cachetada a mí, yo me voy y me quejo arriba y la suspenden, como la suspendieron, porque ella me gritó. Lo que hizo fue gritarme.
Sí le debía yo a Lucy Cabrera, de unas medias que me vendía, me las vendía carísimas. Yo le compraba medias de cocos para las chicas que trabajaban conmigo. Siempre me he caracterizado por eso, por ver todo su vestuario. Lucy va, yo estaba como una chica que era mi hija, recién la había conocido. Estaba en un chifa, va y delante de la chica, oye cuándo me vas a pagar lo que me debes. Yo le dije, Lucy hablamos en el canal. Era en el chifa a la vuelta, en la avenida Arenales, me gritó. Llamé al chino e hice que la botaran y claro tuvo que sacarla, porque yo era un cliente que está consumiendo y ella fue a gritarme.
No, yo puedo respetar a todas las personas y si no le pagaba era porque todavía no nos habían pagado por eso y ella exigía que yo le pague. Yo tenía bastantes giras, pero también tenía muchas responsabilidades. Primero eran mis responsabilidades y de la plata que yo cobraba era para… Bueno, la cosa es que le dijo a Analí y Analí en la calle me agarra. Oye tú, por qué no le quieres pagar, por qué eres tan sinvergüenza me dijo. Primero no me digas sin vergüenza, porque contigo no es el pleito, el problema es con tu hermana. Lo que pasa es que tu hermana me ha ido a gritar en el chifa, a ella llámale la atención. No, que es mi hermana, me fui a quejar arriba y a ella la suspendieron. Suspendieron a Analí. Cuando hables di toda la verdad, no digas las cosas a medias, hay que decir las cosas por su nombre. No se trata de decir yo le debía. Sí yo le debía, tampoco le pagué, porque lo que hizo fue hacerme quedar mal…
SANTAGADEA Y ROXANA ÁVALOS
¿Pero le debías a más gente del canal o solo a ella?
No, con ella nada más. A más gente le he debido también, pero ese es otro tema. Con Roxana Ávalos, me vendía juguetes, porque ella traía juguetes de Estados Unidos y yo le compraba para mis hijos.
Un día estábamos en el canal, ibamos a grabar y ella me dice, oye sal de ahí, así botándome, como si yo fuese cualquier idiota, un tarado. Yo le dije a quién le dices, ya, ya, ubícate por allá le dije. Fue y se quejó que yo la había insultado y estaba Ricky Tosso a mi costado. Se fue y le dijo al jefe de personal. Me suspendió una semana, sin goce de haber. Yo le dije, pero no ha sido así, ahí está Ricky Tosso, llámalo a Ricky Tosso.
Me fui y me dice qué pasó, ella se quejó le han hecho caso. Me voy, regresé, y yo le debí una plata, estaba justo con todos los camarógrafos, el director de cámaras, estábamos conversando y ella viene así. Si en la calle hubiese sucedido no tendría por qué quejarme, pero entró al estudio, fue su Waterloo. Ella me dice oye sinvergüenza, así con lisuras y todo, cuando me vas a pagar lo que me debes, sinvergüenza. Están escuchando todos ustedes, ¿no? Sí, sí. Le pedí permiso a Guille y fui a poner a mi queja, porque cometieron un abuso. No tiene nada que hacer la deuda, porque este no es un sitio de negocios, ahora ustedes van a tener que hacer lo mismo. Y la suspendieron también a ella y no nos hablábamos.
Un día ella estaba saliendo de su farmacia y yo venía caminando por la avenida México y escucho la voz Javier. Volteo y veo una flaquita al fondo, me fui acercando cuando la vi con su gorrito, me va a cobrar, pues la verdad uno piensa en eso. Me acerco, me dice, Javier quiero que me perdones por todo lo que te hice. A mí se me cayeron las lágrimas, me chocó. Tuve que también pedirle perdón y le dije si gustas te pago en estos días, pero déjame que busque un poco de plata. No te preocupes, me dijo, Javiercito yo te quiero mucho, yo te hice mucho daño a ti, porque fui con mentiras, no te preocupes y la abracé. Cuando la abracé, sientes cuando tienes una paz por dentro y la Flaca se estaba despidiendo. A los dos días me entero de su fallecimiento. A mí me dolió, yo lloré en mi casa.
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