Jaime Bayly sorprende al contar cómo abrió la posibilidad de que su esposa Silvia Núñez estaba embarazada.
Jaime Bayly sorprende al contar cómo abrió la posibilidad de que su esposa Silvia Núñez estaba embarazada.

La última columna del escritor peruano nos ha sorprendido, pues nos cuenta sobre su angustia, luego de sospechar de que su esposa estaba embarazada.

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Según su relato, tuvieron intimidad sin protección porque ella estaba en su periodo. Sin embargo, luego de ese encuentro íntimo, rondó por su cabeza la posibilidad de volver a convertirse en padre, pese a la negativa de su mujer.

Amarnos sin protección fue culpa mía. Hace pocas semanas, de visita en Nueva York, en vísperas de una fiesta familiar, mi esposa y yo, que habíamos tenido una pelea feroz por unas licencias suyas que me parecieron excesivas y desataron en mí la fiebre de los celos, nos reconciliamos como suelen ser las reconciliaciones, de un modo súbito y apasionado, ya de madrugada, y a pesar de que ella me previno de que estaba con la regla y procuró refrenarme, hicimos el amor sin protección. La noche siguiente asistimos a la boda de mi hija, mientras yo pensaba que, por calentón, por bobo y sentimental, por amar temerariamente a mi esposa, tal vez ella estaba ya en su primer día de embarazo, escribió para El Comercio.

De acuerdo al periodista, estando aún en Nueva York, su mujer abrió la posibilidad de volver a tener intimidad, pero esta vez con el anillo protector. “Pero yo estaba seguro de que estaba embarazada. Así se lo dije: te aseguro que cuando te saques el anillo en unas semanas, no te vendrá la regla”, añadió.

Según Bayly, los días siguientes estuvieron plagados de ansiedad por su parte, al punto que estuvo dispuesto a comprar la pastilla del día siguiente, aunque no lo hizo porque el farmacéutico le señaló que sería innecesario.

Jaime Bayly junto a su esposa Silvia Núñez del Arco.
Jaime Bayly junto a su esposa Silvia Núñez del Arco.

Ya resignado y seguro de que Silvia estaba en la dulce espera, empezó a pensar en el nombre de su criatura. Como habíamos hecho el amor en el hotel Carlyle de Nueva York, les dije a mi esposa y a nuestra hija adolescente que el bebé, fuese mujer o fuese hombre, se llamaría Carlyle, pero la idea no les hizo gracia y fue desestimada por ellas. Enseguida mi esposa dijo que no estaba embarazada, mi hija dijo que no quería tener un hermano ni una hermana más y yo dije que la otra noche había soñado que mi esposa daría a luz en nueve meses a una niña”, añadió en su columna.

ESPOSA DE BAYLY NO QUIERE VOLVER A SER MADRE

En la última columna del escritor peruano, reveló que su esposa Silvia Núñez no quiere volver a estar embarazada, pese a que él estaba convencido de que ella estaba en la dulce espera.

Mi esposa me dijo que no quería volver a ser madre, que estar nueve meses embarazada le parecía una pésima idea, que volver a parir le daba mucha flojera, que tener un bebé en la casa recortando nuestras libertades era lo último que hubiera deseado. No obstante, aclaró, si estaba embarazada, de ninguna manera podría abortar, por amor al bebé y por amor a mí”, añadió.

Jaime Bayly revela la angustia que pasó pensando que su esposa estaba embarazada.
Jaime Bayly revela la angustia que pasó pensando que su esposa estaba embarazada.

¿SILVIA ESTÁ EMBARAZADA?

Bayly nos cuenta en la última publicación hecha para El Comercio que estuvo esperando varios días la llegada de la menstruación de su esposa y que cada vez que le preguntaba si había novedades, ella le decía que no.

El periodista no ha confirmado en esta columna para El Comercio si su mujer está en la dulce espera y concluyó, escribiendo:

Resignados a que volveríamos a ser padres, llegó el viernes y la esperada regla tardona tampoco se presentó para salvarnos de tantas angustias, preocupaciones y desasosiegos. Yo no tenía dudas, lo supe desde aquella noche en Nueva York, mi mujer estaba embarazada. El viernes a medianoche le di una mala noticia, antes de irnos a dormir: el canal me pagará la mitad el próximo año, creo que en unos meses voy a renunciar. Luego sumé otra desventura: nuestros ingresos han bajado bastante”.

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