En los pasillos de Latina es común ver a la pequeña Pipoca saltando de un lado a otro. Si ella está cerca es inevitable encontrarse con Fernando Díaz, conductor de ‘Arriba mi gente’. El periodista se ha vuelto un personaje mediático por obra y gracia de la pantalla chica, donde se ha consolidado en su nueva faceta. Pero el crecimiento y la popularidad siempre traerán enredos no buscados y elogios bien logrados...

Fernando, se va el año, ¿qué te deja el 2025?

En lo personal, mi familia está bien, mis hijas creciendo. Creo que hemos hecho buena chamba con mi esposa.

¿En lo profesional?

Soy más consciente de lo que digo y hago para no ser malinterpretado.

Son tiempos de caminar y decir las cosas con pinzas...

Vivimos en una sociedad donde nos atacamos todo el tiempo. Hay gente que te dice insultos sin que le hayas hecho algo. Eso me parece bien primitivo.

¿Estamos en la cultura del cargamontón?

Las personas se suman a lo que alguien dijo en redes y no piensan si al hacer eso se hacen daño ellos mismos.

Te relacionaron sentimentalmente con Maju Mantilla, tu compañera de trabajo. ¿Te dolió?

No, pero sí me incomodó, me estaban difamando.

¿Cuál fue tu primera reacción?

Busqué a mi abogado para tomar acciones legales contra la persona que lo dijo.

¿Qué respondió?

Este fue su comentario: Le enviamos una carta notarial y la puede leer o no, si iniciamos un proceso, eso dura años y cuesta plata.

¿Tu decisión?

En más de veinte años de carrera nunca me he metido en un problema o escándalo, jamás he difamado y me dije: ¿Para qué le voy a dar luz a alguien que no me conoce?

¿Sabes quién fue?

La chica (Daniela) Cillóniz lo dijo primero y luego rebotó.

¿Cómo reaccionó tu esposa?

Nos conocemos y nos reímos, pero empezaron a llamarla las madres del colegio de mis hijas a preguntarle cómo estaba.

¿Tus niñas se incomodaron?

Ellas ya saben cómo es este negocio, les expliqué y listo, entendieron.

Foto: Allengino Quintana
Foto: Allengino Quintana

¿Alguna opinión del problema de la ex reina de belleza?

Esa historia solo la conocen los protagonistas, creo que no se ha contado toda la verdad y hay datos que la gente ignora.

¿Conclusión?

Eso solo les pertenece a ellos, aunque su imagen pública está destruida.

¿Podrá levantarse?

Puede recuperarla si quisiera hablar del tema, pero eso no pasará porque ella siempre fue muy reservada con sus temas.

¿Dónde está tu paz?

Mi verdadero refugio y calma son mi familia y mi hogar.

Siempre has admitido que eres un hombre sumamente distraído, ¿llegaron mejoras?

He aprendido a controlar mi ansiedad y distracción.

¿Ahora?

Dejo todo en su lugar.

¿Qué cosas te pueden perturbar?

Cuando tengo muchas ideas en la cabeza me aturdo.

¿Y cómo bajas la ansiedad?

Con ejercicios o recurriendo a gotitas de melatonina.

¿Has sido buen papá?

No es por echarme flores, pero creo que sí. A pesar de lo demandante que es el periodismo, siempre me hice espacio para ellas.

¿Cómo te expresan su afecto?

Pese a que son adolescentes vienen a buscarme, se tiran encima de mí, me llenan de besos y me cuentan sus cosas.

Ya no las llevas al colegio...

Ahora me toca ser el chofer que las lleva a fiestas y las espera para recogerlas.

¿Ha crecido tu vanidad?

Si estoy en ‘tele’ es porque soy medio vanidoso. Bien dicen que la televisión es la hoguera de las vanidades.

¿Y cómo te cuidas?

Buena alimentación, hago ejercicios...

Antes no te preocupabas tanto en ropa...

Ahora me compro, no siempre, pero lo hago. También perfumes.

¿Te peleas con tu esposa por el champú?

Nunca tanto, tengo mi propio neceser, je, je.

¿Conclusión?

No hay que lucir tan ‘chancado’ en las cámaras.

Tu mascota Pipoca es parte de ti...

Es una extensión de mi físico. Es mi socia.

Arriba mi gente: Fernando Díaz lleva su mascota
Arriba mi gente: Fernando Díaz lleva su mascota

Son inseparables...

Cuando he estado tenso me mira, parece que me preguntara: ¿qué pasa?

¿Tus hijas no se ponen celosas?

Dicen que la mascota no es de ellas, sino mía.

¿Ya tienes los obsequios de Navidad?

Entre mi esposa y mis hijas no nos damos nada. Quizá por ahí algún detallito, nos regalamos todo el año.

Es una buena política de vida...

No andamos buscando regalos como locos.

Muchas gracias por tus confesiones...

Abrazo para todos los lectores. Un gusto charlar con ustedes.

Sin caretas, con sencillez y algunos cambios, pero con la misma esencia. El periodista vive su mejor momento, como hace décadas, pero más famoso. Como lo afirmó el poeta francés Anatole France: “Si no cambiamos, no crecemos. Y si no crecemos, no estamos viviendo de verdad”.

Foto: Allengino Quintana
Foto: Allengino Quintana

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