Un hombre es lo que vivió y desea vivir. Fernando Díaz sigue siendo ese reportero que supo contar historias, pero también es el conductor de un programa que se instala en el interior de los hogares. Lejos de fingir una apariencia, entiende que ser honesto es mirar su corazón y ser franco al momento de describirse.
Más de medio siglo transitando por este mundo, el hombre de perfil quijotesco lleva casi la mitad de sus 52 años buscando justicia desde la información y la denuncia. Fernando Díaz es un soldado del periodismo, pero también un militante de la vida. Y como se sabe, ella tiene momentos buenos y malos, justos y de los otros. Instalado en el interior de Latina con su mascota ‘Pipoca’, el comunicador y conductor de ‘Arriba mi gente’ deja a un lado su traje habitual y en jean y zapatillas se siente cómodo y responde distendido.
Fernando, ¿desde cuándo no te afeitas esa barba?
Hace más o menos 25 años.
¿Nunca la desapareciste?
La he rebajado o recorto, nada más.
¿Por qué?
Me da seguridad y tranquilidad.
¿Te vas a teñir las canas?
Jamás. Es algo natural, además se ve chévere.
¿Usarías pantalones rasgados?
Me pongo mis polos de superhéroes. El jean y las zapatillas.
¿Pero?
No usaría esos que son con huecos.
¿En serio?
Uno debe envejecer con dignidad.
¿O ya te sientes ‘tío’?
Cuando llegué a los 50 no me hice drama.
¿Entonces?
La edad es un estado mental.
¿Y en cuál estás tú?
Soy de 40.
¿Eso te ayuda como padre de familia?
Tengo hijas adolescentes y trato de no ser un señor mayor.
Ellas están en la generación del reguetón.
Me gusta Bad Bunny, pese a que dicen que no canta. Todo esto me ayuda a conversarles.
Eres famoso, ¿aceptas fotos?
Todas las que quieran.
Con la popularidad llegan los ofrecimientos de muchas casas comerciales para que las promociones en tus redes.
Casinos o juegos de azar no acepto.
¿Y cuáles sí?
Cosas que tienen que ver conmigo o algún emprendedor de dulces, empanadas. Pero tampoco abuso.
Muchos pueden creer que vas a un restaurante y a cambio de un video no pagas la cuenta.
Imposible. Si apoyo es a alguien que me lo pide, pero casi nunca voy cuando me invitan a algún local.
¿Sacas ventaja por ser mediático?
Hago mi cola y odio pasar sobre los demás si llego tarde a un lugar.
Tú siempre buscando justicia, ¿a qué superhéroe admirabas de niño?
Al ‘Hombre araña’. Era justiciero y a la vez muy divertido. De niño me provocaba asombro que podía saltar los grandes edificios de Nueva York.
¿Qué más?
Cuando capturaba un criminal dejaba su mensaje: ‘Un presente de su amigo, el sorprendente ‘Hombre araña’.
¿Y algo final?
A todos los colegas nos ha tocado tener un jefe como J. J. Jameson.
En tiempos donde la información la tienen todos y la sueltan en segundos al ciberespacio, ¿crees que el periodismo está muriendo?
Mientras haya uno que una el rompecabezas buscando la verdad, estará vigente.
¿Por qué todos hacen su podcast?
Nuestro medio es tan reducido que en todos lados dicen lo mismo.
En esos programas hablar lisuras parece una ‘obligación’.
Pienso que como nos hemos regulado tanto en la televisión abierta, de bajarle rayitas a los chistes con connotación racial, discapacidad o diversidad sexual, sueltan todo en las redes porque ahí se permite todo.
Me sorprende tantas malas palabras y vulgaridad...
Ser auténtico no es decir lisuras todo el tiempo.
Gracias, por el gusto de una nueva charla.
Siempre es un placer hablar con ustedes.
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