Carlos Vílchez se reencontró con Natalie Vértiz este sábado y la llevó al barrio de su infancia, en el Cercado de Lima, para mostrarle la austera pero acogedora casita donde vivía con sus papás y hermanos, en una quinta.
El conductor de ‘Mande quien mande’ aseguró que solo tenían dos habitaciones, en una dormían sus padres y en otra él con sus seis hermanos. Sin embargo y pese a la pobreza, aseguró que allí vivió los mejores carnavales de su vida.
“Mi infancia fue feliz porque andábamos juntos, porque estábamos papá, mamá y los hermanos, pero sí era triste porque tenía momentos de hambre, yo sí he pasado mucha hambre con mi familia”, confesó el también actor cómico.
En ese sentido, Carlos Vílchez habló de su primer trabajo, cuando tan solo tenía siete añitos. “Ayudaba a la señora que vendía mazamorra a empujar su carreta hasta la avenida Emancipación y un día me dijo ‘no quieres vender’... yo vendía mazamorra bailando, la gente me veía y me compraba”, relató.
Asimismo, contó que también trabajó en una iglesia de monaguillo. “Era la necesidad, en ese entonces pagaban un sol por misa, el sol de llama, con ese sol también te reventaban la cabeza. Me hacía siete misas diarias, misas de difunto, siete horas parado. Salía el padrino a aventar las monedas, nunca me resistí y me aventaba”, comentó entre risas.
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