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Amparo Brambilla: El fin de su amistad con Gisela, cachetada a Petipan, Risas y salsa y más

Amparo Brambilla llega a Café con la Chevez para contar detalles de su amistad con Gisela Valcárcel, su paso por Risas y Salsa y mucho más de su etapa como vedette.
Amparo Brambilla en Café con la Chevez (Fotos: Trome - Martín Herrera)

Amparo Brambilla llegó a para contar sus más divertidas anécdotas de su paso por la TV y recordar cuando se vistió de plumas y lentejuelas. ¡Harto chimi chimi!

En la charla, contó que era muy amiga de Gisela Valcárcel, pero todo cambió conforme la ‘Señito’ se iba haciendo más famosa.

Además, Amparo revela que dejó la TV por los ataques y críticas que sufrió por estar ‘subidita de peso’ y que por un tema de salud tuvo que someterse a la operación de ‘manga gástrica’. El café está servido.

Amparito, la última vez que te vi ha sido como hace tres semanas atrás, en la obra ‘Brujas’

Con Ivonne Fraysinet, Mónica Domínguez, somos cinco ‘Brujas’. Yo estoy feliz de formar parte de ese gran elenco, además es una obra que ya he admirado en el ‘Marsano’, en puestas tanto de Osvaldo como esta última de Maki.

Y tú has mencionado a Osvaldo, ¿él es el que te da pie para que tú ingreses al teatro?

Sí. Gracias a él pisé el escenario. Yo recuerdo que en la época de ‘La gata caliente’, él iba a ver mis revistas y, el día que me lo presentaron, le pedía que me de un papel aunque sea para pasar con la fuentecita, así como relleno, no importa. Mi sueño era pisar ese escenario del ‘Marsano’.

Amparo Brambilla en Café con la Chevez (Fotos: Trome - Martín Herrera)

¿Siempre fue tu sueño?

Sí, nunca soñando con ser una actriz, digamos, con un papel tan importante. Entonces él me decía que sí, que ya habrá oportunidad y pasaron los años, pasaron los años y nunca se dio.

Y de repente, cuando por una decisión propia opté por retirarme del ambiente, que fue por un año, sonó mi teléfono y era Osvaldo y me propuso estar en una obra que se llamó ‘Venecia’. Una obra preciosa con Bruno Odar, Vanessa Saba y su ex esposa Amelia Bence. Fue maravilloso pisar por primera vez el ‘Marsano’. Fue una linda experiencia gracias a él.

Amparo Brambilla destacó por ser una de las vedettes más conocidas del país en los años 80 y, posteriormente, formó parte del elenco de “Al fondo hay sitio”. Amparo Brambilla nació en 1963 en el distrito de Lince. Desde muy joven comenzó a formar parte de diferentes programas de televisión. En la década de los 80, se hizo conocida por actuar en programas cómicos como “Risas y Salsa” donde realizaba sketchs picarescos. Recordada también por su participación en la película de Los Shapis "El mundo de los pobres". Permaneció en un largo silencio de años, con algunos problemas de sobrepeso y depresión pero logró superarlos. Se dedica a la carrera de actriz, participando hasta hace poco en la sintonizada serie "Al fondo hay sitio", como Vanessa Camacho. Amparo Brambilla, la monumental vedette de los 80 fue, sin duda, la fantasía sexual de todo un país.

¿Estabas nerviosa ese día que debutaste en ‘Venecia’?

Yo creo que mucha gente a veces no lo podría entender, pero cuando tú tienes tanta pasión por tu trabajo y se te presenta esa oportunidad de realizar un sueño, que tenías durante tantísimo tiempo, que yo ya dije ya no. Imagínate cuántas obras hizo Osvaldo.

¿Qué edad tenías ahí?

Cuando hicimos ‘Venecia’ esto ha sido en el 2000, 2002. Por ahí más o menos.

SU OPERACIÓN DE MANGA GÁSTRICA

¿Y por qué decides alejarte de la televisión? Porque tú eras la figura, la vedette Amparo Brambilla...

La decisión en realidad fue porque ya tenía muchos ataques, con respecto a mí cambio físico. Yo entiendo que de repente mucha parte del público, y mucha parte de la prensa también; no me perdonaban el hecho de que ya no fuera el lomo que era en esa época. Pero eso no fue voluntario, fue un tema de salud. Entonces, por más dietas y por más cosas que yo hacía siempre había el rebote y siempre había retroceso.

Llegó un momento en que el ataque era tan, pero tan fuerte que me afectó mucho psicológicamente. Entonces puse en una balanza todo lo maravilloso que me daba este trabajo y tanto que lo amo, pero también el otro lado era mi tranquilidad, mi paz…

Tu paz emocional…

Y sobre todo porque nosotros, hay un momento en que tú te haces una coraza y buscas protegerte y a veces hay cosas que no te afectan tanto, pero tu entorno, tu familia no lo entiende así. Creo que es lo que más te hace sufrir.

¿Ahí es que decides, después de este año, hacerte la operación de la manga?

No. Ahí recién, bueno ahí estaba medio gordita, pero cayó a pelo con el personaje que me dio Osvaldo. Después de eso me hice lipos y toda la cosa, pero igual volví al mismo tema hasta que se descubre en realidad cuál era mi problema, que era la tiroides.

Empecé a hacer otro tipo de dietas específicamente para eso, pero igual seguía el mismo tema, hasta que ya empecé con unas migrañas insoportables, muchas molestias de salud y sobre todo las rodillas. Como te digo, llegó un momento en que estábamos grabando una novela, estaba en el camerino y tenía ya que salir a grabar y no me pude parar. Me asusté tanto que dije Dios mío qué me pasa. Trataba de pararme y no me daba, me flaqueaban las piernas, como que me iba al suelo. Me daban alcohol pensando que era un mareo, que me estaba mareando, pero no, les decía mis piernas no me aguantan.

Elmer Alfaro llegó a la capital cuando aun era muy pequeño y automáticamente tuvo un vínculo particular con el arte. Sin embargo, su madre siempre se opuso a que su hijo se embarcase en este mundo del espectáculo. Contra todo pronóstico pudo ingresar a la Marina Mercante, e increíblemente fue aquí donde comenzó su trayectoria actoral, porque formó parte de un grupo de teatro. Y aunque solo estuvo unos años, en la Marina consolidó su interés por el arte.

Hasta que tomé la decisión de empezar a averiguar y me iba a hacer no la manga sino la banda que es esa que te ajusta el estómago y eso ya está digamos obsoleto. A punto de hacerme eso apareció un ángel en mi vida, que fue el médico que me operó, el doctor Poggi y que me recomendó que esa operación no iba a tener ningún resultado en mi caso y que me recomendaba la manga. Efectivamente, para mí fue adiós migrañas, adiós dolores de rodillas, aunque claro no se llegan a recuperar del todo las pobres, después de haber aguantado tantos kilos.

Qué bueno que estés contando esta experiencia, porque tú ves ahora que hay muchos jóvenes, muchos artistas, que se han hecho la manga, la banda y están con otro

s métodos alternativos. Qué bien que siempre tengas el deseo de averiguar.

Lo que pasa es que esa operación es tediosa en el sentido del postoperatorio. Yo estaba al día siguiente de la operación como si no me hubiera pasado nada. Es más, yo estaba tirada en mi cama de la clínica y entra el doctor y me dice: ¿No te has levantado? Y yo, ‘¿qué, tenía que levantarme?’ Y me dice que me vaya a bañar. Llamó a la enfermera,para que yo salga a caminar, no puede estar echada en la cama. Me dijo que tenía que levantarme y empezar a caminar.

Te ponen como cinco grapas…

Sí, tú alucinas que están ahí con el engrapador y que eso se puede reventar en cualquier momento. Después cuando ya tienes que empezar con la comida es como un bebito, empiezas con tu reloj y tu caldito de pollo, solo calditos, solo cinco cucharaditas nada más, cada 5 minutos. Una cucharadita, 5 minutos, otra cucharadita, 5 minutos y así luego pasa todo un proceso como de un mes. Pero a las personas que tienen este problema de ansiedad, sí les recomiendo que primero piensen bien si de verdad van a poder soportar, porque es complicado.

Amparo Brambilla destacó por ser una de las vedettes más conocidas del país en los años 80 y, posteriormente, formó parte del elenco de “Al fondo hay sitio”. Amparo Brambilla nació en 1963 en el distrito de Lince. Desde muy joven comenzó a formar parte de diferentes programas de televisión. En la década de los 80, se hizo conocida por actuar en programas cómicos como “Risas y Salsa” donde realizaba sketchs picarescos. Recordada también por su participación en la película de Los Shapis "El mundo de los pobres". Permaneció en un largo silencio de años, con algunos problemas de sobrepeso y depresión pero logró superarlos. Se dedica a la carrera de actriz, participando hasta hace poco en la sintonizada serie "Al fondo hay sitio", como Vanessa Camacho. Amparo Brambilla, la monumental vedette de los 80 fue, sin duda, la fantasía sexual de todo un país.

Tú llegaste a bajar hasta 70 kg, ¿es lo máximo que bajaste?

Yo me llegué a operar con 123 kg y lo mínimo que llegué a bajar, estuve en 67 y medio más o menos, casi 68. Es un montón, porque yo, digamos en mis mejores épocas, cuando estaba muy bien y todo, mi peso oscilaba entre 80, 82.

¿Tú cuánto mides?

1.80 m. Mis huesos son grandes. Pero digamos, fuera de todo eso, mi peso era, como que se me veía bien. Nunca en mi vida había pensado pesar 60 y tantos, el peso digamos de una persona que es la mitad de mi tamaño. Se me veía muy desmejorada porque no era para mi contextura, pero era lo que era el trámite de la operación, hasta que ya después te empiezas a recuperar.

SUS INICIOS EN LA TV

¿Y en la época en que ya estás, porque tú entras a la televisión si mal no recuerdo a los 19 años o antes…?

No, la primera vez entré de 17 años.

Porque tú has estado en España, ¿no es cierto? Te habías ido a vivir a España con tu mamá y de ahí regresas…

Regreso a cumplir mis 15 a Perú y luego de eso me mete mi mamá a estudiar secretariado, horrible. Pero bueno. Yo era muy fanática de escuchar la radio, me gustaba mucho la música. Entonces hubo un concurso en el que te ganabas entradas para ir a ver a ‘Village People’ y yo moría en esa época, había un furor y nunca conseguí entrada porque yo habían volado. Era tanto mi fanatismo que me escapé de mi casa, porque mi mamá era muy estricta conmigo, y me fui al teatro a esperar a ver algún revendedor o algo, para conseguir una entrada, porque yo había juntado mis propinas.

Amparo Brambilla destacó por ser una de las vedettes más conocidas del país en los años 80 y, posteriormente, formó parte del elenco de “Al fondo hay sitio”. Amparo Brambilla nació en 1963 en el distrito de Lince. Desde muy joven comenzó a formar parte de diferentes programas de televisión. En la década de los 80, se hizo conocida por actuar en programas cómicos como “Risas y Salsa” donde realizaba sketchs picarescos. Recordada también por su participación en la película de Los Shapis "El mundo de los pobres". Permaneció en un largo silencio de años, con algunos problemas de sobrepeso y depresión pero logró superarlos. Se dedica a la carrera de actriz, participando hasta hace poco en la sintonizada serie "Al fondo hay sitio", como Vanessa Camacho. Amparo Brambilla, la monumental vedette de los 80 fue, sin duda, la fantasía sexual de todo un país.

¿Dónde se presentaron?

No en el ‘Colina’, en Miraflores. Junté mis propinas y todo, tenía para mi entrada. Me voy, no había un solo revendedor, el teatro estaba reventando. En eso veo a un señor que salía y entraba con gente y así. Entonces dije algo será de acá, me aviento dije yo y le digo señor, disculpe, yo estoy buscando para comprar una entrada, he querido concursar, le conté todo mi drama. Me hizo entrar.

Yo no podía creer que estaba ingresando a ver a ‘Village People’ y en ese interino, que Íbamos caminando, me dice ¿y tú qué haces? Ah yo estudio secretariado. Ah me dice Me gustaría conversar contigo, toma mi tarjeta, búscame. En ese momento guardé la tarjeta, me puse a bailar todo lindo. Llegué a mi casa, me cayó mi catana, pero feliz.

Al día siguiente me voy a la academia y le digo a mi amiga y me dice, mañana nos tiramos la pera y vamos a ver al señor de la tarjeta. Nos tiramos la pera y nos fuimos al Canal, estuvimos esperando y de repente me hacen subir a una oficina, el señor Eduardo Solari. Estaba Tulio en la oficina, me mira y empieza a preguntarme. Yo nunca había trabajado en televisión o sea sí había bailado en el Tío Johnny, cuando yo era chiquita, pero hasta ahí nada más.

Me mandaron a maquillaje, me arreglaron, me dieron un papelito para la pruebva de cámara. Ya ellos me imagino que habían estado en el switcher y me habían visto. Subo a la oficina y me dicen: ‘Ok, quiero que trabajes conmigo’.

¿Así de la nada?

Sí. Era menor de edad, tenía 17 años, tenían que hablar con mi mamá.

Otra catana más…

Se reunieron mi mamá, atracó, no me sacó la michi, pero sí me resondró. Le prometí que no iba a faltar a mi academia y todo eso. Ya la tenías a mi mamá todos los días de grabación, desde las 9 de la mañana hasta que terminaba. Ella era mi guachimán, no me dejaba. Así empecé con Tulio. Esa fue mi primera experiencia.

¿Y cuánto tiempo estuviste con él así trabajando?

Con Tulio no duré mucho. Yo creo que como 6 meses más o menos y de ahí pasé al 5, allí empiezo a hacer pequeñas apariciones en café teatro, como extrita, poquito, poquito. Inclusive trabajé con Hugo Loza, con él empezamos. Y así hasta que pase al ‘Jonel’s’ ya con Chuiman, Machucado, Betina, Clarita Castaña, Gisela, Ricardo Fernández. De ahí es cuando ya me convocan para ser la vedette en ‘La gata caliente’.

Y ahí en ‘La gata’ es donde ya empieza la vedette Amparo Brambilla, titulares por todos lados me acuerdo, estabas en todas las portadas.

Gracias a Dios sí. Empecé con buen pie.

¿En ese momento, quién hace la obra en la que tú debutas así como vedette, quién fue el que te dice tú vas a ser la vedette?

¿La primera? Bueno, en esa época el dueño de ‘La gata caliente’ era el señor Jorge Jiménez. Él era digamos el visionario, pero según lo que me contaron, el que le dijo o le habló de mí fue Juan Carlos Próspero, el coreógrafo. Él fue quien le habló de mí, que yo estaba en el ‘Jonel’s’, que me había visto, que no sé qué. Ahí es donde me convocan y yo ya ahí empiezo.

¿Y te dio así, cómo que medio pudor salir en plumas y lentejuelas, o normal dijiste ahí voy?

Y la clásica en esa época de las modistas era que llegaba 5 minutos antes del estreno y venía corriendo, con todo el vestuario, con todas las cosas para que te pongas. Entonces llega el día del estreno y viene la modista y empieza a sacar el brasier, el bikini y yo veo el bikini, volteo y no había parte de atrás. Dije no me voy a poner eso. Me moría de vergüenza, entonces de repente veo una cosa de plumas ahí. Era un gorro de plumas, hice como una especie de pompón, para tapar aunque sea un pedazo atrás o algo y salí así, porque en verdad qué roche.

¿Y en esa época hubo alguno que te afanó en algún momento?

No, yo creo que me tenían como adoptada. Es que era chibola y era, aunque no me lo crean, muy inocente, ya cambié felizmente.

El ambiente también te enseña…

Obviamente, pobre de ti que no aprendas, si no imagínate te agarran de lorna.

¿Te agarraron alguna vez del horna?

Alguna vez por ahí, pero yo siempre he sentido mucho cariño, mucho respeto de parte de todos. Cuando empecé con Tulio, por ejemplo, tuve la suerte de tener a esos maravillosos actores a mi lado, que me enseñaban todo. Yo no sabía cómo pararme ante una cámara, como hablar, nada y a pesar que mi papel no era tan grande ni nada, se preocupaban por ayudarte y creo que esas cosas quedan y cuando ya te toca a ti también dar la mano, apoyar a alguien, algún compañero. En cambio otras, si te pueden meter cabe para que te caigas, uy olvídate lo hacen.

¿Y qué es lo máximo que has visto en las peleas, envidia, cositas así, a que llegaban como máximo?

Las más fuertes han sido, a ver discutir Betina. Cuando todavía yo estaba en el ‘Jonel’s’, me acuerdo mucho, a la loca en esa época le gustaba fumar y yo no fumaba ni tomaba nada, más sana.

De repente un día agarra y me cierra todo el camerino, porque no estaba permitido dentro del teatro fumar y se empieza a meter una fumada, que salí con todo el olor de la nicotina del cigarro, horrible y fui y me quejé con el señor Jonel. “No te preocupes hijita, yo mañana mismo te voy a hacer tu camerino”, me dijo. Me hicieron un camerino aparte y la loca para qué, puso el grito en el cielo. Entonces ya como que medio discutimos. Ahora, ya que nos hemos vuelto a ver de viejitas, nos matamos de risa.

En aquélla participación Adolfo Chuiman interpretaba a 'Manolo', mientras que él no tenía un nombre cómico. Fue en ese momento que recordó sus orígenes y se le ocurrió el apelativo de 'Machucao', en honor a un raspado de hielo trujillano. Elmer Alfaro se convirtió entonces, como el entrañable, fiel amigo y secuaz de Adolfo Chuiman.

LA AMISTAD PERDIDA CON GISELA VALCÁRCEL

¿Y es mito que tú y Gisela tenían rivalidad en ese tiempo? Porque eran las dos más destacadas.

Yo era muy amiga con Gisela. Éramos uña y cochinadita. Es más, la señora Teresita a la única persona que le daba permiso a Gisela para que se quedara a dormir en su casa, era conmigo. Tenía mucha confianza conmigo y parábamos de arriba para abajo, nos íbamos a todos lados juntas, compartíamos mucho y luego ya, cuando empezó a cambiar el tema, yo salgo del ‘Jonel’s’ y me voy a ‘La gata’. Algo pasó en el ‘Jonel’s’, no me acuerdo que hubo, una discusión fuerte y yo bueno, al final me abrí y dejé simplemente de lado el tema. Ahí nomás me llaman a ‘La gata’ y ya debuto como vedette.

Entonces, al poco tiempo ella tuvo un tema de salud bien delicado, que casi estuvo a punto de morirse y -obviamente- como yo al menos que la quería a ella, dije fuera peleas, y fui a verla a la clínica. Conversamos y todo. Yo dejé pasar el tema y presentí que todavía podíamos rescatar la amistad que habíamos tenido.

Esa complicidad que tenían ustedes…

Sí, era una amistad de verdad, casi hermanas, una amistad muy fuerte. Pero bueno pasó el tema, gracias a Dios se sanó y todo y yo ya tenía una temporada como de 7 meses en ‘La gata’. Era un trabajo bien fuerte y llegó un momento en que deje ‘La gata’ y me fui a hacer provincias. Cuando pasan unos meses y me llama nuevamente el señor Jiménez y él ya estaba haciendo otra revista con Gisela y justamente le habían hecho unos musicales bien bonitos. Me llama el señor Jiménez y le digo para qué me llamas si Gisela es la que va a encabezar. Entonces me dice, ‘pero yo quiero que estés para que seas como la invitada especial’. Acepté, pero no contaba con que esta parte le iba a incomodar a Gisela.

¿Qué pasó después?

Aguanté un mes y le dije al señor Jiménez que muchas gracias y me fui de ahí. Yo no la he vuelto a ver hasta que salió en su programa. Me dio tanto gusto, porque sentí que había encontrado lo que era para ella y me dio tanto gusto verla que no me aguanté y la llamé y la felicité y me dice, pero tienes que venir, tienes que venir. Fuimos al programa. Yo en realidad nunca tuve esa onda mala con ella, al contrario, me alegraban las cosas que le pasaban pero, ya después, cálculo que el trabajo, ya cada una iba por su lado. Ya no se pudo rescatar, eso que me había gustado y ella también como que fue cambiando, ya su entorno era otro. Pero yo siempre resaltaré que siempre me ha dado gusto lo que hace, lo que logró con mucho esfuerzo además, porque se preparó también, no es que le cayó del cielo.

Sí, ella se ha culturizado también...

Y feliz por eso, porque al final nuestros desencuentros no han sido tampoco graves, como para decir no te quiero ver más en mi vida. Definitivamente siento que de hecho ya no vamos a recuperar esa amistad, pero yo guardo un cariño especial, recuerdos bonitos y que le vaya bien en todo lo que emprenda.

En la imagen, junto a Amparo Brambilla en uno de los sketches más populares de "Risas y salsa". Foto: Panamericana.

LAS CACHETADAS A ‘PETIPAN’

Cuando ya tú estabas en ‘Risas’, me acuerdo mucho de un sketch con el señor Justo Espinoza…

Con ‘Petipan’

¿Te decía chiquita o bebita?

Chiquita. Ese sketch fue una locura. Tú sabes que Guille nunca nos acostumbró a usar libretos. Él atendía a sus canarios en su casa y llegaba inspirado. Tú tenías más o menos que desarrollar de acuerdo a la idea que él te había dado. Pero, que en paz descanse ‘Peti’, él tenía algunos problemas con el desarrollo del tema. Cuando ya íbamos grabando, de repente se equivocaba. Decían ‘Corten’ y los cortes de Guille venían con todo su adicional.

En una de las cachetadas, una vez se le salió el cassette. Como era bien compactito, gordito, se paraba y su cuerpito no le daba para impulsarse y caerse, atrás había un colchón. Ricky era el que se echaba y lo jalaba de la correa. Yo un día le meto la cachetada y el gordo lo jala, ya no sé si fue la jalada de Ricky o mi cachetada, cayó la mitad en el colchón y la mitad afuera y se le sale el cassette. Ricky se mataba de risa y yo decía conmigo se la va a agarrar. Gracias a Dios que no me decía nada, le decía que se me había pasado un poquito la mano.

¿Con el Chato Barraza también hiciste muchos sketches?

Con el chato hice ‘La trampa’, que era con Betina. Era muy gracioso ese sketch, que antiguamente lo hacía, no me acuerdo si era en ‘Estrafalario’, Teddy Guzmán.

¿Estuviste cuánto tiempo, como 13 años?

En ‘Risas’ no tuve la suerte de tantos años, pero digamos que igual fue la mejor etapa de este programa, tanto como de ‘La gran revista’, ‘Teatro desde el teatro’ después.

Y ‘Risas’ fue uno de los programas de esa época que creo que llegó a 60 puntos…

Sí, claro. Así, era increíble.

Imagínate ahora los ratings son de un dígito…

Sí tienes cinco ya estás agradeciéndole a Dios y a todos los santos.

Amparo Brambilla en Café con la Chevez (Fotos: Trome - Martín Herrera)

LOS AMORES DE AMPARO BRAMBILLA

En la época de ustedes, de las vedettes, mucho se hablaba del romance entre la vedette y el futbolista.

Ciriar sí, pero que haya pasado a mayores no. Sí soy muy amiga por ejemplo del Conejo Rebossio, del Coyote Rivera, de Julio César Antón. Tengo amistad, pero amistad bonita. Incluso he sabido compartir con sus familias, pero de ahí a que haya pasado más allá, no.

¿No te conquistó alguno?

No. Hay uno que me hubiera gustado que me conquiste, pero lamentablemente no, nunca lo logré.

¿Quién?

No puedo decir, porque el señor está casado. Bueno en esa época no estaba casado, ojo. Era soltero.

¿De la U o Alianza?

Ah qué buena pregunta, creo que de la U. Creo, pero en esa época no me acuerdo si estaba jugando acá. Creo que no. No me acuerdo. Pero bueno, nunca lo conocí lamentablemente.

¿Amparo tú no llegaste a casarte?

No… gracias a Dios.

¿Por qué no diste ese paso?

Por circunstancias de la vida. Sí me lo pidieron, en tres oportunidades, dos con anillito.

¿Dónde están las roquitas, qué hiciste con ellas?

Me las robaron. Pero bueno. Hubo una con la que sí estaba absolutamente convencida, de que sí quería, porque creo que ha sido una de las personas que más me ha marcado en mi vida, pero lamentablemente no llegó a buen puerto. Creo que tanto porque él tenía una carga familiar muy grande, era como que la figura paternal en su casa, no estaba el papá ahí y yo no tuve la madurez suficiente como para sobrellevar el tema. Depende mucho de la astucia de la mujer, para ver por dónde encaminar el tema, no manejarlo si no ser la persona que tome las cosas con más calma. Yo no lo supe hacer, al contrario me puse como que entre la espada y la pared y creo que ahí fue que metí la pata.

¿No era Manolo Rojas?

No, con Manolo no hemos tenido nada.

Te pregunto porque había ese rumor. ¿Te acuerdas?

Sí, claro. Él siempre habla así, mi amparito. Yo lo amo con el corazón, pero como amigo. Es una de las personas del ambiente, digamos, así como Ricky, que quiero muchísimo. Ese gordito para mí es lo máximo.

Yo me acuerdo que ahí arriba en los camerinos de ‘Risas y salsa’, en el segundo piso, decían que se jalaban los pelos…

Bueno, que pasaban los cuchillos y los dardos eso sí. Mucho, pero dependía de cada uno. Por ejemplo, muchas personas tenían una imagen mía, como que yo era muy sobrada, pero por lo mismo que soy seria y no soy tan extrovertida como la gente puede pensar que puedo ser.

Y el sketch de Analí con ‘Avelino’ y con ‘El jefecito’ creo que también eran de los sketches puntales, ¿no?

Claro, sí. ‘El jefecito’ olvídate, uf marcó una etapa. Los cachetadones que le pegaba Mabel, Dios mío

Mabel le daba en serio, ¿no?

Sí, también con ‘Felpu’…

Sí está un poquito delicado de salud, pero él se va a recuperar…

Sí, es un hombre fuerte…

Y con la tele llega también la etapa del cine. Tú haces una película con ‘Los Shapis’

Sí, también

Esa fue la película…

Puedes creer que ni siquiera la vi. Yo recién llegué a ver imágenes cuando han sacado algún reportaje mío, que se yo, que han sacado imágenes. Recién ahí la he podido ver. No la pude ver porque yo en esa época hacía muchas giras y cuando la sacaron en Lima, yo estaba viajando y cuando regresé a Lima ya no estaba. No duró mucho, tampoco creo que no fue una película muy exitosa a nivel taquillero.

¿Y cuántas veces grabaron esa escena tuya en la playa y llega Julio y te queda mirando?

No me acuerdo, pero no creo que repetimos mucho. Dos, tres veces habrán sido, pero porque no fue tampoco una gran producción, así no qué bárbaro. Lo que sí digamos me dejó un poco de sinsabor el tema que se empezaron a crear un montón de historias con respecto al tema.

Sí, se empezó a decir que había un romance con él, que tú eras su novia…

Nada que ver, para nada. Yo ni siquiera conversaba con él, casi nada. Con el que hablaba algunas cosas era con Moreira, con él. El otro era más parco, serio, así a un costado. Entonces como que uno también, ahí nomás. Y yo este, pero de dónde han sacado toda esa vaina y es que era para poder vender la bendita película. No pasó nada.

Pero esa escena es clásica de la película…

Sí, porque después lo de la pepeada ni se han enterado que pasó. Yo lo pepeo en la película y había otras escenas, pero no les dieron tanta bola como a la de la playa.

Bueno pero es que era Amparo Brambila que estaba en la playa. Imagínate la fantasía de cuántos…

De algunos, no todos, porque tú sabes que había para todos los gustos en esa época.

¿Y Alguna vez has tenido que meterle uno a algún atrevido de esos que se haya pasado en la calle?

Sí, gracias a Dios que no han sido muchas, pero me ha pasado. Más que todo cuando llegábamos a provincias, que llegábamos por ejemplo a algún local que se yo y a pesar que había mucho resguardo policial y todo el rollo. Por ahí no faltaba en las aglomeraciones que ya no se podían controlar, porque de verdad eran unas épocas bien así de multitudes. Y sí en una oportunidad llegaron a tocarme, pero en las otras he visto la intención. Igualito les cayó por si acaso, para que en la próxima no les quede ni la intención.

Amparo Brambilla en Café con la Chevez (Fotos: Trome - Martín Herrera)

SU ETAPA EN AL FONDO HAY SITIO

Has hecho telenovelas, has hecho la serie ‘Al fondo’ que fue el papel de la tía de Vanessa, coquetaza…

Bueno, es que también de algún lado tenía que justificarse de dónde había salido este torbellino de la Teresita. Fue un personaje lindo, me permitió divertirme muchísimo y que también la nueva generación me conozca, porque ni idea tenían de quién era Amparo.

Sí, fue un papel muy bonito y supongo que también con Irma hicieron una bonita amistad…

Sí, con Irma hasta ahorita nos vimos. Acabo de estar en el circo de la chola y estaba Irmita y la vuelvo a ver. Siempre nos comunicamos en WhatsApp. De verdad que fue tan emocionante verla nuevamente, nos hemos metido un abrazo y siempre nos hablamos de hermanitas, hermanita cómo estás, que no sé qué, siempre como hermanitas.

¿Quedó el vínculo?

Sí, en realidad creo que con todos, pero particularmente con ella más que con el grupo.

¿Tú ves la serie ‘Al fondo hay sitio’ te gusta?

Sí, me gusta y me gusta mucho. Tú sabes que yo era una de las fanáticas que también pensaba, como muchos me imagino, que cuando se fue Irma, se fueron muchos de los actores, ya no iba a ser lo mismo. Tengo que ser sincera y esta nueva hornada de actores jóvenes qué bien, o sea cómo han llegado no a cubrir, porque creo que al final cada uno ha tenido su espacio, su momento, su historia, y que han dejado un grato recuerdo en todos los fanáticos de la serie.

¿Vuelves con la Teresita?

Yo no sé, muchas personas me preguntan eso. Me decían ay va a volver ‘Al fondo hay sitio’, seguro va a regresar Vanessa. Yo decía ojalá, a mí me encantaría, pero ya eso está en manos de los genios que escriben el libreto de la historia. Si se diera en algún momento yo estaría feliz.

Desde 2009 hasta 2016 fue el director de “Al fondo hay sitio”, considerado uno de los programas más exitosos de la televisión peruana. En el año 2020 fue productor de “La rosa de Guadalupe: Perú”, serie de televisión adaptación de la serie homónima mexicana. Este proyecto duró tan solo 20 capítulos.


EN POCAS PALABRAS

¿Qué opinas de Tulio Loza?

Un gran compañero.

¿Analí Cabrera?

Admirable, en todo sentido admirable.

¿El teatro ‘La gata caliente’?

Mis inicios, el inicio de mi sueño, de una hermosa etapa de mi vida.

¿'El Palace Atenea’?

En ‘El Palace’ solo trabajé una sola vez, pero disfrutar de toda la creatividad y el Ingenio de Mario Carossi fue una gran experiencia.

¿Alguna experiencia, anécdota, en alguna de estas salas?

En el ascensor casi me saco el ancho, porque pisé entre el ascensor y el piso, cuando el ascensor empezó a bajar y yo estaba que me iba así como de costadito, porque estaba todo oscuro. Gracias a Dios que no pasó nada, me logré recuperar y pise bien.

¿Efraín Aguilar?

Un gran amigo, un gran compañero, un gran profesional.

¿Risas y salsa?

Mi mejor etapa

¿Adolfo Chuiman?

Picarón

¿Osvaldo Cattone?

Un maestro que hizo realidad también uno de mis sueños, de hacer teatro, y que me abrió las puertas, porque permitió que la gente me aceptará también en otra faceta de mi carrera. Gracias, agradecerle infinitamente.

¿Ricky Tosso?

Mi gordo, además de ser un gran artista, un gran papá, un gran hijo, porque he vivido todas esas etapas con él. Era un gran amigo, de esos amigos que si yo estaba en una situación mala, desmoralizada, él venía y me decía ven, ya vamos a tomar un café, acá ven, cuéntame. Hemos pasado momentos así, muchos.

¿Manolo Rojas?

Mi otro gordo lindo. Ese no es tanto como Ricky, es medio ingratón, pero igual lo quiero. Igual lo admiro, igual disfruto cada cosa linda que le pasa en su vida, en su carrera y él sabe perfectamente que siempre va a contar conmigo.

¿Gisela Valcárcel?

Gisela fue una gran amiga, vivimos etapas muy bonitas juntas. Una mujer admirable, que ha sido un ejemplo para muchas personas, que a pesar de todos los problemas, que le puedes poner, ha salido adelante. Se ha sabido preparar. Siempre ha sido muy astuta, a pesar que no era la gran bailarina, la que no cantaba, pero ella siempre ha tratado de hacer su chamba bien. Toda mi buena onda y mis mejores vibras para ella.

Amparo Brambilla en Café con la Chevez (Fotos: Trome - Martín Herrera)

CAFÉS CARGADOS

¿Hay amigos en la farándula, en el mundo del espectáculo?

Digamos que con una mano los podríamos contar. En realidad nuestros trabajos son tan esporádicos que, con excepciones, digamos que de ‘Al fondo hay sitio’, que prácticamente viven ahí, pero después lo que significa obras de teatro, programas de televisión, solo son horas que compartes. Entonces no hay mucha oportunidad de poder hacer una amistad, a no ser que lleves eso fuera. Por eso te digo que para contarlos realmente.

¿Has hecho alguna locura de amor o te han hecho alguna locura de amor?

Yo he hecho varias. Cuando era chibola estaba tan templada, no vivíamos juntos, pero me iba en la madrugada y le pintaba el carro, le hacía corazones con lápiz labial. Una loca era, muy así de detalles, de cosas.

¿Televisión cine o teatro?

Teatro definitivamente, teatro. La energía y la vibra del público es alucinante. La televisión es linda, el cine también, pero estar en contacto con el público ahí, in situ, es maravilloso.

¿Si tuvieras la oportunidad de hacer una escena de amor con quién lo harías?

George Clooney. Después hay otro que no me acuerdo su nombre ahorita, uno de barbita, no me acuerdo, actúa en esta serie The Walking Dead.

Tú me has dicho que este ambiente a veces hay puñales, ¿cómo hacías para evitar esas cosas o se guarda silencio, no la miras o qué haces?

Simplemente guardar silencio y por ahí asientes con la cabeza. O sea evitar dar pie a que esa bola siga creciendo o evitar algún comentario que también a veces empiezan los teléfonos malogrados y ya no era lo que yo dije.

¿Qué es lo más fuerte que dijeron de ti en esa época que dijiste, oye no soy yo qué pasa?

¿Algún comentario acerca mío? Uy que no se ha dicho de mí, desde que era de la vida alegre, que estuve involucrada con narcotraficante. ¿Qué más han dicho de mí? Que le quité supuestamente el esposo a una persona y eso creo que es bastante fuerte. Cosas que al final ninguna fue cierta.

¿Y llegaron a tus oídos algún comentario o llegó algún intermediario que te dijera que tal persona quería estar contigo, que quería ofrecerte un carro un departamento?

Sí, claro. Nunca directo, pero si me han llegado varias cosas, hasta para escoger inclusive, lo que yo quería, una casa, carro del año. Yo prefiero mis detallitos, que sean de corazón.

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