La vida de Tula Rodríguez cambió de un momento a otro. Su esposo Javier Carmona sufrió un infarto, en agosto del año pasado, y aún sigue internado. Sin embargo, ella continúa adelante sonriéndole a la vida y fortalecida en su fe. Hoy la conductora de ‘En boca de todos’ cuenta que aunque a veces se ha jalado de los pelos, comprende la voluntad de Dios.
En estos momentos difíciles que estás pasando, me imagino que te apoyas en tu fe.
Sí, claro. Yo conozco de Dios hace algunos años y si bien es cierto, uno ante cualquier circunstancia difícil empieza a buscarlo, yo encontré esa paz y tranquilidad que no había encontrado en ningún momento, aún estando bien. Pero ahora con las circunstancias que ustedes conocen comprendo que la voluntad de Dios es buena, real y perfecta, aunque…
¿Es complicado aceptarlo?
Cuando estás en pleno momento difícil no lo ves así. Mi fe esta puesta en él, de todas maneras, porque, además, me ha tocado hoy ser cabeza de familia, tengo a mi hija de 10 años que me necesita más que nunca. Entonces nosotras estamos convencidas y creemos que no es casualidad, que todo tiene un por qué y un para qué.
¿Y te has llegado a cuestionar el por qué a ti?
Lo que pasa es que si nos quedamos en el por qué, no entendemos que hay un ¿para qué nos pasa esto? Por supuesto que he tenido momentos en que me jalo los pelos, soy humana. Pero la pregunta más bien sería ¿y por qué no a mí? Qué tengo de diferente que no tenga otra persona. Aún así he sido bendecida y agradezco todas las cosas. Antes estaba en otra situación.
Las cosas han cambiado en tu vida...
Mira, me casé con el hombre que hasta el día de hoy amo con la misma intensidad. Antes sufría de amor por ‘ x’ o por ‘z’. Por eso hoy agradezco, aunque suena raro para mucha gente, eso es lo que a mí me da hoy el de ‘arriba’ y no me voy a santificar porque soy una pecadora y todo el rato me equivoco, cometo errores y seguramente, todos los días, quiero ser mejor ser humano. Pero estas cosas te enseñan a valorar todo, antes estaría preocupada porque las vacaciones de mi hija son en mayo y pensaba a dónde voy a viajar. ¿Me entiendes?
¿Te replanteaste todo?
Claro, ahora Dios mío, agradezco porque voy a estar con mi hija en las vacaciones, que va estar conmigo… ya es disfrutar que estás viva.
A veces uno necesita de estos ‘sacudones’ para darse cuenta que lo más importante está a tu lado.
Así es… al inicio cuando empecé ‘En boca de todos’ estaba emocionada. Llegó el tercer, cuarto mes y decía ‘pucha’, la ‘ruta hasta Pachacámac’ y luego ‘a qué hora acaba’. Ahora voy a trabajar cantando, agradeciendo porque tengo un trabajo, porque nos respalda el público. Antes pensaba, si algo pasa, yo tengo mi esposo, total él me sostiene. Ahora agradezco porque tengo un trabajo y porque nos está yendo súper bien.
¿Y quién es tu fortaleza en este momento?
El de arriba en primer lugar porque hoy sí lo tengo en primer lugar, de verdad, y mi niña, mis papás y mis hermanas. Mira cómo es la vida, mis papás están separados y antes ni siquiera se querían hablar; ahora somos un equipo. A mi mamá la vieras organizando las cosas para ver cómo vamos esta semana, mi papá me ayuda con los perros. Si Valentina tiene tarea mi mamá viene y me ayuda con ella, todo se ha replanteado de una manera increíble.
Tenías lo que siempre soñaste.
Yo trabajo desde chica, por ende de joven las cosas también empezaron a funcionar y digamos que a los 28, 29, 30 yo ‘estaba media resuelta’ en esa parte, porque tenía mi departamento, mi negocio, mis cosas. Conozco a mi esposo y ya está. Tenía a mi familia y era lo que todo el mundo quiere: la familia, mi esposo bien, nos íbamos de viaje, todo bien… y sin querer de pronto hay cosas que uno va dejando de lado. Ahora valoro todo...
Uno siempre piensa que no le va a pasar nada...
Obvio, hoy yo crío a mi hija para la vida, ya no la crío pensando en que va a ser la niña mimada. Y de verdad es que Valentina hasta lava su ropa, y eso que yo se lo puedo hacer. Ya no tengo a la persona que estaba todos los días en mi casa en la limpieza, porque ella me va ayudando. Yo hoy la preparo para que tenga su vida porque sé que llegará el momento que va crecer y seguirá su camino. Entonces estoy haciendo de alguna forma como mi mamá me preparó a mí. Antes yo le hacía todo, que si el chofer, que si esto. Ahora no.
El cambio también fue para ella...
Lo ha tomado perfecto. Antes le sacaba las zapatillas, ahora ‘te me levantas’. Me deja hasta la cama lista, su ropa de dormir doblada, le preparo el desayuno, me ayuda, me dice ‘bendiciones mamá’. Es como se dice ‘este es el resultado’, eso es lo que siempre quise, pero estaba en otra nube, hoy estoy ubicada en lo que quiero.
Hay un versículo en la Biblia el cual te ha ayudado en estos momentos.
Sí, Juan 3-16. Dice: ‘De tal manera amó Dios al mundo que mandó a su hijo unigénito, para que todo aquel que en Él crea tenga vida eterna y no se pierda’. Y la verdad, si él nos amó tanto y mandó a su hijo para salvarnos, cómo puedo dejar pasar de tener la oportunidad de una vida eterna. Yo, de verdad, cuando Valentina me hace sus preguntas, entro en conflicto, y lo único que le puedo prometer es que ‘los tres nos vamos a encontrar arriba, acá no sé’.