Por: Miguel Alegre
Sus hermosos ojos celestes son la luz que nos despierta cada mañana. Pero no se deje engañar por su carita de niña buena. Sigrid Bazán irrumpió en la escena nacional como un torbellino, con el rostro visible de un movimiento estudiantil, y es capaz de encandilar tanto con la mirada como con las palabras.
Con esa fuerza ingresa en nuestras pantallas, desde donde defiende sus ideas, aunque ya no con el puño en alto, sino con la elegancia de una periodista de otros tiempos.
¿Algunas personas se preguntan qué hace una revolucionaria en la televisión?
Lo que hago es llegar a más personas y mantener mis valores, principios y objetivos intactos. Trato de darle un enfoque diferente a las noticias. Es muy importante que cada vez más mujeres empoderadas, que han empezado desde abajo escuchando a las personas, estén en la TV.
Sobre todo en estos tiempos...
Ahora que se vive una ola de violencia contra la mujer, es importante que no se hable de crímenes pasionales, sino de feminicidio, que es un delito y está penado.
¿Te has sentido censurada?
He aprendido a salir de esas situaciones y he sido suelta para decir que el tratamiento de alguna noticia me incomoda.
¿Te molesta que te digan ‘roja’ o ‘caviar’?
No me afecta. He tenido muchos comentarios, no sobre quién era antes y quién soy ahora, sino de que anteriormente era la gordita de rulos y ahora, la planchada sin lentes
¿Sientes necesidad de cuidarte más físicamente?
Más que eso, he sentido placer y gusto de llevar una mejor vida. En la universidad no desayunaba, pero almorzaba y cenaba en el sanguchero o en la comida rápida, y ese tipo de vida también te desgasta, hasta tuve problemas de hemoglobina.
¿Haces ejercicios?
En la televisión se me despertó el ‘bichito’ por hacer deporte, he descubierto un gran desfogue de energía.
¿Qué te pierdes por el horario que llevas?
De repente no voy al cine todas las semanas, pero encuentro tiempo para estar con mis padres, con las personas que quiero, mis mascotas, hacer ejercicios, también divertirme, ir a la playa, estudiar, prepararme.
¿Discotecas?
También, pero no tanto. En verano quizá más. No es que sea mi vacilón tampoco salir.
¿Bailas?
No sé mucho. A veces, bailo sola en mi casa. En pareja no sé hacerlo, soy terrible.
¿Qué te gusta escuchar?
Reguetón, la salsa también, el rock. Me encanta ir a conciertos porque ahí salto y bailo como loca.
¿Vas al estadio?
Me encanta, pero no voy tanto. Me agrada estar en grupo, ser parte de un solo sentimiento. Por ejemplo, en un concierto donde a toda la gente le gusta un grupo o en un estadio donde todos apoyan a un equipo. Yo soy muy hincha de la ‘U’.
¿Fuiste a ver a Perú el jueves?
Sí. Jugaba la selección y es tan bonito ver que somos la mejor hinchada del mundo, además celebramos un año de la clasificación, a pesar del mal resultado.
Subiste a las redes una foto con tu enamorado en el estadio y tus fans enloquecieron...
No tanto. No es la primera vez que lo hago, pero cada vez que cuelgo una foto con él, la gente comenta barbaridad y media, y a nosotros nos da mucha risa, nos reímos juntos.
¿Cuánto tiempo de relación?
Tres años.
¿Es más o menos de tu edad?
Un poquito mayor, por un par de años, estamos por ahí.
¿No es que te gusten mayores como la canción?
Me agradan las personas interesantes en general. La edad es un tema secundario.
¿Y cómo lleva él tu trabajo?
Bien. Para cualquier persona con horarios cambiantes, hay que tener mucha paciencia, perseverancia y es bacán cuando encuentras alguien que te comprende.
¿Cómo manejas el machismo y feminismo en tu relación?
Trato de cumplir un rol con mis papás, no tanto con mi pareja, que ya está concientizado, sino con personas mayores que tienen ciertas costumbres que son más difíciles de cambiar.
¿Qué cosa no perdonarías?
La deslealtad, por ende no me gusta la mentira y todo lo que eso conlleva. Me considero una persona muy leal y transparente, y creo que la persona con la que estoy o estaré debe ser también fiel a la verdad.
¿Te han sido infiel?
No que yo sepa. He aprendido mucho de las relaciones. Antes era muy celosa y ahora con mi trabajo, la independencia y vivir sola, ha llegado también la necesidad de un espacio personal que también le doy a la persona con la que estoy. Me parece bacán haber crecido emocionalmente.
¿Tú lo has sido?
No, nunca. Quien sea que haya sido mi pareja y lea esto, puede dar fe de mi palabra.
¿El ‘ex’ de una amiga es invisible?
Son códigos. Ni siquiera se tiene que establecer como regla. Es un poco como la frase de Cher: Los hombres son como los postres, me gustan, pero no los necesito. No son indispensables. Estoy muy feliz con alguien, pero si no lo estuviera, no necesito estar buscando a otra persona y menos a alguien que haya estado vinculada con una amiga mía.
¿Te enamorarías de un hombre casado?
No está dentro de mi código de ética sentimental. No lo he hecho y no lo haría.
¿Te reconocen en la calle?
Últimamente más, porque estoy en un horario muy importante. La gente se levanta y comienza a verme. Algunos me dicen ‘Siri’ o ‘Singri’, pero es bacán que la gente te reconozca.
¿Qué no harías en la televisión?
Hablar de mi vida personal al detalle, convertirla en un espectáculo, jamás. No me gusta juzgar y tampoco que me juzguen.
¿Algún político no ha querido hablar contigo?
Varios. Luis Castañeda Pardo, por ejemplo, no me quería dar entrevista, pero ya hicimos las paces, también Alan García o la mayoría que tienen algo que ocultar. Para mí es un halago.
¿De qué barrio eres?
De una calle que se llama Los Agrólogos, en La Molina, así que no te voy a decir que soy ‘superbarrio’.
O sea, sí eres ‘caviar’...
Sí. Soy la cuarta de cuatro hermanos y mis papás han vivido en la selva, mi padre ha sido una persona muy trabajadora y cuando nací, me ha podido dar felizmente de todo.
Pero, ¿salías a la calle?
Claro. Conocía a mis vecinos de la cuadra, salía a jugar carnavales. Ya después nos mudamos a otra zona más grande donde ahí sí ya no era lo mismo, porque nadie se conocía con nadie.
¿Te mueves en transporte público?
Antes, ahora poco. He tomado combi, Metropolitano, tren eléctrico, todo, parada o sentada. Pero ahora que salgo de madrugada, normalmente tomo taxi y de confianza. Cuando voy caminando al canal hay gente extraña que se te acerca, te habla, te quiere dar un beso en la mejilla, puede ser con la mejor de las intenciones, pero te asusta un poco.
¿Comes en carretilla?
Con el tiempo me he vuelto intolerante a algunas cosas. La carne de res me cae un poco pesada, aunque no soy vegana o vegetariana.
¿Piensas casarte pronto o encargar familia?
No. Estoy disfrutando mi vida profesional. Recién voy a cumplir tres años en el canal y soy parte de esa generación que se toma su tiempo. Además, tengo dos perros, que son una gran responsabilidad: Jackson y Orco.
¿Serás congresista?
No le tengo fe a los políticos y no le puedo pedir a la gente que les tenga fe. No es algo en lo que me proyecte.
O es porque ganan poco y están ‘chihuán’...
No, ja, ja, ja. Si fuera por plata, haría espectáculos.
Muchas gracias por dejarnos invadir tu tranquilidad.
Gracias a ti. Pensé que me ibas a sacar la mugre, pero está bien. No me pierdo nunca Trome y recuerdo que hasta ‘El Búho’ me dedicó una columna hace muchos años.
AGRADECIMIENTO: RESTAURANTE KAÑETE