Shirley Arica sale corriendo de su departamento para hacer las fotos que acompañan esta entrevista. La ‘Chica realidad’ no es precisamente sinónimo de ‘dulzura’, porque siempre dice las cosas sin filtro, pero aclara que no es mala porque tiene su corazoncito. Ahora está bailando en ‘El gran show’ para demostrar que tiene ‘talento’ y, en paralelo, va a terapia de pareja con su esposo Pío para salvar su matrimonio, porque ‘todavía hay amor’.
¿Te está costando acostumbrarte al ritmo de ‘El gran show’?
La verdad, sí, porque nunca antes había estado en un reality de baile. No soy de ir al gimnasio, mi vida es más sedentaria y me cuesta porque me duele todo el cuerpo al día siguiente. Pero no me gusta perder, así que ahí vamos.
¿Eres picona?
Bastante...
Cuando te hicieron la propuesta, ¿lo pensaste?
No, apenas me llamaron dije que sí. Siempre he querido estar en ‘El gran show’ y ahora que la producción y Gisela me dieron la oportunidad, no lo pensé.
Con tu ingreso a ‘El gran show’ le estás tapando la boca a tus detractoras.
Sí, porque nadie se imaginaba que iba a estar ahí. Entré con el pie derecho sabiendo que habría varias ‘muertas’. Quiero demostrar que sé bailar, hay que hacer sacrificios e igual sabía que tenía que dejar un montón de cosas...
¿Como las noches de ‘juerga’?
No, yo no ‘juergueo’ hace tiempo. Trabajo jueves y viernes para una discoteca, pero la semana pasada no he podido ir porque no me da el cuerpo, llego destruida a mi casa.
Entonces, ¿por qué tienes fama de juerguera y borracha?
No sé, yo me río de lo que dicen. Ya estoy acostumbrada a que me critiquen si hago algo bueno, malo o nada.
¿Será porque tu nombre siempre está vinculado al escándalo?
Creo que el escándalo no puede estar sin mí (risas). Lo que me molesta es que siento que soy una persona que tiene talento y no lo saben, por eso ‘El gran show’ es una buen ventana para demostrarlo. Si la gente dejase de criticar o hablar mal de mí, sí me molestaría porque es como que ya nadie sepa que estoy viva. Entonces, mientras más rajen, mejor... tengo más chamba.
Pero te hiciste una imagen de ‘chica mala’.
Sí, pero tampoco voy a pretender ser de un momento a otro la Virgen María. Siempre me he caracterizado por decir lo que pienso y no voy a cambiar... creo que quiero aparentar que soy mala, pero por dentro tengo corazón de pollo. Como me han hecho tantas cosas prefiero hacerme la fuerte a que me vean débil, pero ojo que si me buscan, me encuentran.
En el medio te tienen miedo, prefieren no pelearse contigo.
Imagino que es por lo que hablo, pero no soy mala.
Pero cuando sueltas la lengua, lanzas tu ‘veneno’.
Te juro que me brota, es mi manera de ser. No pienso cuando me preguntan, simplemente respondo y punto. No es que esté maquinando qué voy a decir para que rebote.
¿Quién es tu peor enemiga: Aída Martínez o Tilsa Lozano?
No tengo enemigas... Creo que la única enemiga es mi suegra (risas). En este medio no se puede tener amigas, hay mucha envidia, no puedo estar confiando en gente que al final me va a traicionar.
¿Acostumbrada a los puñales?
Sí, ya me he caído tantas veces y de todas me he levantado, más ahora que tengo una hija.
Ella es la única que derrumba tu muro de ‘chica mala’.
No saben que soy una mujer sensible, que llora con facilidad. Soy superdedicada a mi hija, todo lo que hago es por ella. La bebé me ha cambiado bastante, antes no tenía responsabilidades y podía irme de juerga tres días, pero ahora, si tengo un evento que dura hasta las 6 de la mañana, a las 8 estoy levantada para hacer la lonchera, vestir y llevar a mi hija al nido. Ella es lo mejor que me ha pasado.
¿De dónde nace tu bronca con Tilsa?
La conozco desde que yo tenía 18 años, modelaba para su línea de jeans. Y antes no hablaba mal de ella, pero después di mi opinión de que estaba un poquito vieja (para ser modelo), que tenía celulitis, que debía dar un paso al costado porque había una nueva generación de chicas... Si hablo de ella no es por ‘colgarme’, creo que cada una se ha ganado su nombre en la farándula. Con escándalos o sin escándalos, la gente sabe quién soy y quién es ella.
Pero después te compraste ‘pleito ajeno’ cuando sacaste cara por Blanca y el ‘Loco’ Vargas...
Sí. Definitivamente yo creo que no solamente ella se equivocó, él también, pero es un tema cerrado, ya fue y ella cada vez que tiene oportunidad, cuando no está vigente, lanza una indirecta. Sentarse en el sillón (rojo) fue para ‘limpiarse’ de ‘polvo y paja’ porque quedó como la sufrida del año y no como la amante. Ella sabe bien qué hizo y en qué momento se metió.
Tilsa ha dicho que tiene pruebas de su relación con Vargas, pero no las mostrará porque es feliz con ‘Miguelón’.
Si fuera feliz con la pareja que tiene, no seguiría mandando indirectas a otra familia. Qué se puede hacer, Blanca lo perdonó y es tema de ellos. Si continuaron con su relación y han decidido seguir juntos como familia, con los 5 hijos que tienen, pues que continúen y que la otra lo supere. Debería concentrarse en su hija y su marido, si es que aún no la ha dejado. Que no pinte su mundo como un ‘cuento de hadas’ porque no lo tiene.
Hablando de cuentos de hadas, ¿cómo va tu relación con Pío?
Bueno, ahora estoy más tranquila. Como dije en algún momento, éramos chibolos, nos casamos rápido y de la nada salí embarazada. De no tener responsabilidades y vivir una vida agitada, pasamos a ser padres, nos afectó bastante. Creímos que íbamos a poder con todo y no se pudo. Él se demoró más en madurar y entender las cosas, así que le dije: ‘Mejor sigue tu camino porque para criar dos hijos, mejor me quedo con Skylar’.
¿Están separados?
No, vamos a terapia de pareja, más por la bebé porque es lo más importante para ambos. También hay amor, entonces creo que se puede salvar el matrimonio. Lo estamos intentando, viendo cómo va la cosa. Creo que hasta ahorita está bien, si funciona, chévere, sino cada uno dará un paso al costado y terminaremos de la mejor manera, porque nos vamos a ver la cara toda la vida por nuestra hija.
(Milagros Casas)
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