
El ‘Colorado’ no es ni cruel ni malo. Ni siquiera se parece a su personaje de Bastian Navarro en la telenovela ‘Eres mi sangre’. Es sencillo, me atrevo a decir que hasta ‘palomilla’. En la sala de grabaciones es quien genera la mayoría de sonrisas. Rodrigo Sánchez Patiño tiene mirada seria, cada noche se gana el odio de los espectadores, pero frente a nosotros solo genera darle un apretón de manos y, obviamente, conocer más de su yo personal.
En la ficción eres un multimillonario y para grabar vienes en moto...
A través de la actuación puedes vivir otras vidas.
¿Tu cuenta de ahorros se acerca a la de tu personaje?
De ninguna manera.
¿La calle te trata bien?
Me dicen: ‘¡Qué malo eres!’. Después me piden una foto y me quedo conversando con la gente.
¿Entonces?
Disfruto que se me acerquen, también sé que eso es temporal.
La tienes clarita...
Trabajo desde los 14 años y sé que cuando una novela está al aire te pasan la voz, después ya no.
¿Cómo se asimila eso?
De chico me preguntaba por qué no me reconocen, ahora ya sé cómo es esto.

Siento que no eres muy amigo de las entrevistas.
Me da un poco de vergüenza.
¡No lo puedo creer!
Es que los actores nos apoyamos un poco en los personajes.
¿Qué te da roche?
Mi vida privada es como cualquier persona, no es muy interesante.
¿O eres tímido?
Para nada.
Viajas en moto, ¿qué ocurre cuando un policía te para?
Me saco el casco y, si en esos días se está trasmitiendo una telenovela, me reconocen y me piden que les cuente lo que sigue en la historia.
Haces mucho deporte, ¿es por vanidad?
De chibolo era gordito, no me animaba a sacarme el polo, pero no tiene nada que ver eso.
¿Entonces?
Lo hago por salud, para que mis hijos lo vean y porque hace 20 años tengo esta talla en ropa, ayuda para cualquier trabajo que me pidan hacer en el arte.
Pensé que era por vanidad...
Soy cero vanidoso.
Difícil de creer.
Me han ofrecido ponerme bótox y no he querido. Y eso que tengo bastantes arrugas en la cara.
¿Por qué no aceptaste?
En el espejo reconozco lo que soy, es parte de lo que he vivido.
¿Te pintas las canas?
Quieren hacerlo, les digo que no.
¿Miedo a envejecer?
No, además ya empecé antes que todos. Tengo 43 años y parezco mayor.
¿Y a la muerte?
Sí, pero vivo el presente.
¿Cómo decidiste ser actor?
La carrera me eligió a mí. Siempre es así.
Explícalo...
Es como enamorarse, no decides de quién.
Tus compañeros, cuando los he entrevistado, me dicen que unes al grupo y siempre estás lleno de alegría...
Donde estoy me gusta que la gente la pase bien.
¿Bailarín?
Me gusta, no sé si lo hago bien.

¿Juegas fútbol?
Sí.
¿Eres bueno?
Prefiero actuar.
Tu colega André Silva, que juega en ‘Once Machos’, ¿te superó alguna vez en la cancha?
En pocas oportunidades.
¿Has subido al Metropolitano?
Sí, pero ahora que la novela sale todas las noches no subiría para no generar un inconveniente en el público.
¿Y cuando no ‘estás’ al aire?
Subo al ‘Chama’ sin problemas.
¿Tu club de fans?
Es de todas las edades.
¿Tienes jale?
Hay gente fea que es atractiva, no todo hombre atractivo tiene que ser bonito.
¿Un proyecto personal?
Tengo un show llamado ‘Los hombres no lloran’ con Gabriel Calvo, Pablo Saldarriaga, Nicolás Galindo y Madeleine Fierro, que es la productora.
¿Cómo empezó?
Es una comedia musical que la creamos hace un año. Trabajar con tus ‘patas’ es un sueño.
¿Pisas a fondo el acelerador en la moto?
No le meto velocidad, tengo miedo de morir y no poder estar para mis hijos.
¿Ahorrativo?
En esta chamba siempre hay que guardar.
Te conozco y la verdad eres un tipo sencillo...
Trato de ser simple, no complicarme. A veces, uno se hace bolas en la cabeza, empiezas a preguntarte qué voy a hacer o qué va a pasar mañana.
Eres el número uno en esta producción y te portas sin privilegios...
Acá no hay números. Queremos que a todos nos vaya bien, para que la chamba salga mucho mejor.
Gracias por tus confesiones...
A ustedes por esta oportunidad.
Se fue a grabar, luego prenderá la moto y partirá a casa. Habló despacio y sin alzar el tono. Creo que su máximo orgullo es sentirse bien consigo mismo. Como diría el genial escritor y periodista estadounidense Ernest Hemingway: ‘La verdadera nobleza es ser superior a tu yo interior’.








