Entre el guitarreo imaginario y el teclado que suena de una orquesta que ya no está, pero que se quedó para siempre en el gusto popular, esta entrevista empieza con una música pegajosa y letra bien sentida, que sirve para acompañar cada respuesta. Reynaldo Pacheco es por estos días Johnny Orosco, el flamante líder del desaparecido ‘Grupo Néctar’. El actor es boliviano y uno de los protagonistas de la serie ‘Tu nombre y el mío’, que se transmite por América Televisión. Hoy, instalado en el Perú, nos muestra el alma que a veces las cámaras no nos dejan ver.
Reynaldo, defínete musicalmente...
Cumbiero, salsero, romántico.
Ese último género dice mucho de ti.
Me gustan temas con esa letra.
¿Manifestaciones de romanticismo?
Con mi pareja aplico los lenguajes del amor.
¿Cuáles son?
Escucharla. Atender lo que me dice, es decir, conversar.
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Mostrarle afecto físico.
¿Quiere decir?
Darle cariño con un beso, una caricia.
¿Qué más?
Regalos.
¿Eso es todo?
Actos de servicio como limpiar la casa.
O sea, nada machista.
Por supuesto que no, es parte de la convivencia.
¿Dedicarle una serenata?
No lo he hecho, pero sí le he cantado cuando hemos ido al karaoke.
¿Fiel?
Sí.
¿Aun si la relación es entre ‘amigos cariñosos’?
Hay que tener mucha precaución con eso.
¿Por qué?
Uno de los dos casi siempre termina encariñándose.
¿Alguna vez te pasó?
Me confundí mentalmente.
¿Te generaba una ‘espina interior’?
Creo que hemos venido al mundo a realizar cosas importantes y dejar un legado. Además, genera un malestar emocional y espiritual.
¿El arte ayuda a conquistar chicas?
Sí, pero con cuidado.
¿A qué te refieres?
No siempre llegan mujeres que quieren contactar contigo por una razón sentimental, sino buscando otras cosas como son ayuda o sacar provecho de ti.
Tu peinado te da un aire a Marco ‘Diablo’ Etcheverry, figura de la selección de tu país.
Es un ídolo en mi patria.
¿Y tu corazón es de Bolívar, Wilstermann o The Strongest?
No me gusta el fútbol, je, je.
Pero muchos de tus compañeros pelotean.
Que no me lleven a su equipo, no les conviene.
Verdad, pregunta obligada, ¿a qué edad conociste el mar?
Tenía 10 años y fue en Arica.
¿Qué sensación te produjo?
Fue muy impresionante, como ver otro planeta.
¿Tanto así?
Ver el océano tan inmenso me hizo sentir muy pequeño.
¿Hay diferencias o similitudes entre Perú y Bolivia?
Muchas cosas. Por ejemplo, la comida, sobre todo de La Paz, es muy parecida a la de acá. Por eso me siento tan cómodo.
¿Un ejemplo?
Tenemos la papa a la huancaína, aunque ustedes, de eso mismo, han hecho muchas variedades de platos.
¿Un potaje que te haya encandilado?
Como siempre mi menú criollo, también pedí un cebiche, luego pulpo y me sentí mal, porque había metido como 5 animales a mi estómago y me empezó a doler, ja, ja.
¿Es cierto que en el Alto de La Paz están las zapatillas más baratas?
También están las más caras.
¿Términos parecidos que se parezcan a los del peruano?
A los amigos los llamamos cholitos, negritos o blancón.
Tienes 40 años, ¿no tener un hijo es para no sobrepoblar el mundo?
Fui siempre muy responsable, pero ya hemos decidido tener uno.
Y bueno, que continúes ‘atrapando’ a los televidentes...
Gracias, porque me siento muy feliz acá.
Muchas veces se ha dicho que ustedes y nosotros somos un solo país.
Estamos clonados.
Un gran abrazo.
También para todos los peruanos y que sigan viendo ‘Tu nombre y el mío’, que lo estamos haciendo con todo el profesionalismo y amor del mundo.
Se fue con un apretón de manos, hasta se animó a cantar para el video obligado que colgaremos en la página web. Para resumir esta entrevista, qué mejor que utilizar una frase del gran Johnny Orosco y sintetizar cómo fue esta charla: ‘¡Con cariño!’.