Por: Fernando ‘Vocha’ Dávila
El escritor nació con él, pero aprendió a gatear en una sala de redacción, para dar sus primeros pasos en un blog titulado ‘Busco Novia’ y terminó corriendo cuando publicó otras novelas. Renato Cisneros ya no necesita una enamorada, está casado, pero esas primeras líneas le dieron el espíritu de literato, lo encumbraron como un novelista, pero también sirven para descubrir al hombre detrás de las letras.
Renato, ¿las chicas llegan cuando se maneja bien la ‘pluma’?
Hasta cierto punto.
¿Por qué?
En un bar de Barranco conocí algunas que se acercaban y luego se desencantaban por dos motivos.
¿Cuáles?
Cuando se iban, me decían: ‘Pensaba que eras más alto y gracioso’.
¿Conquistador?
Lo mío es la distancia corta. Donde se puede conversar y escuchar.
¿Y eso?
Nunca he creído que mi físico es un buen recurso para seducir.
En tus escritos, ¿te vengaste de una chica?
Sí, exnovias y las que no me dieron bola. También de tipos que se llevaron a una que me gustaba.
¿Ninguna te reclamó?
Una se sintió representada por su descripción y los escenarios.
¿Qué te dijo?
Me pidió cambiar el color de ojos y los sitios para que su actual novio no sospechara.
¿De verdad?
Es que el enamorado era un seguidor del blog.
¿Otra venganza?
Salí con una que siempre me interesó.
¿Te hizo caso?
Íbamos muy bien y fuimos a bailar.
Mejor, imposible.
En la discoteca se encontró con su ex.
¿Perdiste?
Con el pretexto de que iba a fumar afuera, ella salió y él atrás.
¿Y tú?
Terminé como extra de una película que yo mismo había producido, pretendiendo ser protagonista.
¿Qué medida tomaste?
Publiqué la historia y me enteré que ella al día siguiente no había ido a trabajar reportándose enferma, y su jefe, que seguía mis publicaciones, se dio cuenta de la mentira que le había hecho creer.
¿Tus ‘causas’ te piden que redactes algo para sus amadas?
Poemas en el colegio.
¿Eras el ‘poeta’ del salón?
Era conocido por pedir sanguchitos a cambio de las cartas.
Eso te debió dar categoría en el aula.
Aparte que jugaba fútbol.
¿Estilo?
Pericotero.
¿Bailarín?
Lo hago bien. Lo dicen mi esposa y exnovias. La distancia corta me favorece.
¿Lugares donde te has desarrollado?
He ido al ‘Cohíba’ y fiestas descargas en el Rímac.
¿La rompías?
Me di cuenta de que podía pegarla de salsero en Miraflores, pero allí no.
¿Dónde te pusieron la chapa de ‘Cantoro’?
En la universidad. Pensaba que era por cómo jugaba, pero no.
¿Has ‘partido’?
Alguna vez he coqueteado con alguien con pareja, pero nada más.
¿La flaca de tu amigo?
No, tengo códigos.
¿Te han engañado?
Me han puesto los cuernos y los he descubierto.
Saliste de RPP y te enfrascas en un nuevo proyecto.
Ahora estaremos por todas las redes junto a Josefina Townsend en el programa ‘Sálvese quien pueda’. Es un programa por internet. Vamos a comentar noticias, entrevistar a candidatos, también a médicos por la continuidad de la pandemia. Es un año importante por el Bicentenario de nuestra vida republicana.
Gracias, por estos momentos.
A ustedes, porque la he pasado muy bien y por este espacio.
Un buen hasta luego, en estos tiempos, vale más que un apretón de manos. El escritor sin tapabocas ni alcohol en gel, solo con su franqueza para declarar. Calmado, sabiendo que vienen nuevas historias por contar. El genial José Saramago afirmó una gran verdad: ‘Yo no decido sobre lo que voy a escribir. No, yo espero a que algo ocurra’.