Utilizando un andador que le permite caminar por las calles, Alonso Gonzáles, más conocido como ‘Pompinchú’, maneja con humor su estado de salud. “Este andador es mi carro último modelo”, bromea. Entre risa y risa, el querido comediante aprovechó la entrevista que brindó a trome.com para hacer un pedido a algún hospital o clínica privada para que puedan operarlo de la cadera, sino se verá en la necesidad de trasladarse en silla de ruedas.
Pero también hubo momento para recordar su niñez cuando vendía chuño con su abuelita en Arequipa o la época que trabajó lustrando zapatos en el Centro de Lima. Nunca se ha negado al trabajo y hoy sale adelante vendiendo dulces o realizando videos personalizados para diferentes tipos de negocios. El querido Pompinchú tiene mucho qué contar, aquí su historia.
¿Por qué lo llaman Pompinchú?
Yo era Pompin, y cuando estuve en el Canal 2 salió de moda el dibujo Pokémon, y uno de los personajes era Pikachu. Y cómo a mí me decían Pompin, quedé cómo Pompinchú. Pero yo me llamo Alonso Gonzáles Mendoza, pero pueden decirme Pompin, Pompinchú o cómo quieran.
Don Alonso, ¿dónde nació usted?
Nací en la misma ciudad de Arequipa, distrito de Selva alegre. Y cómo buen arequipeño, sé preparar pastel de papa, rocoto relleno, adobo y queso helado.
¿Qué recuerdos conserva de su niñez en Arequipa?
Tengo muchos, pero guardo en mi corazón las veces que acompañaba a mi abuela Isidora a vender platitos al paso, que llevaban chuño, cebolla con un guiso, ají, queso y papa, y lo servíamos en un plato chiquito en un parque de Selva Alegre. Mi abuelita no hablaba castellano sino quechua, y cómo yo hablaba y entendía quechua cuando la gente no comprendía lo que mi abuela decía, yo le explicaba. Por ejemplo, cuando me preguntaban: ¿cuánto cuesta el chuño? Waranka, respondía, que quiere decir mil y así otras palabras.
¿En Arequipa se dedicaba a la comicidad?
Como era pequeño y siempre caminaba balanceándome, un amigo me propuso trabajar en la calle como payaso. En ese tiempo, tenía 11 o 12 años, recuerdo que consulté a mis padres y ellos dijeron que no. Y cómo es la vida, al año siguiente, ambos fallecen y me quedé a vivir con mi abuela. Así que decido trabajar en los mercados y ferias con mi amigo, hicimos varios números y bailes.
Cuénteme ahora, ¿a qué edad viene a Lima?
Vine a los 14 años a Lima, estuve en la casa de mi tía, que vivía en el Jirón Puno. Él tenía su cuarto y yo lo ayudaba a vender cebiche. Trabajaba con él, lavaba los platos y servía los cebiches o la chicha. Nosotros preparábamos cebiche con sardinas y cuando nos preguntaban qué pescado usábamos decíamos: “Jurel” (risas). Íbamos a las 3 de la mañana al pesquero de Villa María del Triunfo y comprábamos pescado fresquito. Vendíamos en la esquina de Puno y Abancay, así estuve unos años y después trabajé vendiendo otras cosas.
¿Por ejemplo?
Vendía galletas, toffees, machacado de membrillo, plantillas para zapatos, cortaúñas, de todo un poco, en realidad. Pero también llegué a trabaja de algo más.
¿Así? ¿Exactamente qué hacía?
Me puse a lustrar zapatos entre las avenidas Emancipación y Tacna. Estuve trabajando poco más de un año. Era todo un tema, lustrar zapatos porque uno limpiaba con agua, thinner o tintes, si es que era necesario y se podía cobrar más. Trabajaba desde las 7 de la mañana hasta las 8 de la noche, no me cansaba porque estaba sentado. Lustraba en una carreta que un amigo me había prestado, la única condición era que yo le vendía el tinte y lo que ganaba lustrando me lo quedaba yo. Aunque, por ahí, hacía mi cutra con la venta del tinte que costaba S/ 1,00 y lo vendía a S/ 1,50.
¿Y cómo se da su ingreso a la comicidad?
Me encuentro nuevamente con este amigo de Arequipa y me dice: “Vamos a chambear”. Ahí vamos a trabajar al Parque Universitario, y siempre trabajábamos a dúo. Recuerdo que del dinero que sacábamos, solo me daba una parte ni la mitad; recibía un sencillo. Pero por cosas de la vida, un día él no llega al Parque Universitario y me tocaba salir, era mi turno; así que tuve que improvisar. Me puse a correr y la gente se reía, y conté chistes a mi estilo. El tema es que cuando paso mi colaboración, vi que había mucho dinero, así que decidí trabajar solo y me fui a otros parques a foguearme.
LOS CÓMICOS LLEGAN A LA TV
¿En qué otros lugares se presentó?
Me fui a trabajar en la Plaza Manco Cápac, hacía mis ruedos solo; la mayoría trabajaba en San Martín y en el Parque Universitario ahí estaban los bravos. Hasta que agarre cancha y ahí llegó un amigo: el arpista, nos juntamos para trabajar. En ese tiempo, llegó mi amigo Miguel Campos, ‘La Bibi’, que en paz descanse. También llegó el ‘Narizón’ Danny, trabajamos en conjunto. Tiempo después, me fui a trabajar a la Plaza San Martín, y tuve que guerrear con algunos.
¿Por qué?
Pasa que, si tú entrabas detrás de ‘Mondonguito’ o ‘Tripita’, la gente se iba porque nadie te conocía. Así que yo mismo armaba mi show y se quedaba con mi rutina: ese era mi meta. En la Plaza San Martín, trabajé uno o dos años, hasta que cerraron la plaza y me fui nuevamente al Parque Universitario y los propios compañeros no me dejaron trabajar, así que tuve que ponerme a vender caramelos: soy recursero. Meses después, volví al Parque Universitario, y me gané a la gente. En ese tiempo, es que empiezan a llamar a los talk show de los canales, y la primera vez que me presentó es en el programa de Jaime Lertora.
¿Ahí es que se da su ingreso a la televisión?
Para ese tiempo, en Panamericana Televisión había cómicos y los de Frecuencia Latina eran otros. Los primeros que se presentaron en el programa de Mónica Zevallos fueron los de Panamericana y luego llamaron a otro grupo al canal. Pero ahí me pasó algo chistoso.
Cuénteme
Pasé casting para el programa ‘El show de los cómicos ambulantes’ de Frecuencia Latina y fueron escogidos 13, pero no quedé. Yo no estaba en la lista, pero me llamaron para una secuencia, y es ahí que el director del programa Pepe Trillo, me dice: “Vuelves”. Me llamaron solo para un sketch y quedé. Así uno demuestra, hoy nos estamos en televisión; ahora hay cómicos de la nueva generación: hay buenos; otros, maso menos y otros que recién empiezan.
¿Tiene buenos recuerdos de ese programa?
Sí, claro. Estuvimos en el programa desde 1998 hasta el 2000. En ese tiempo, estaba el finadito Tornillo, Waferita, Cholo Peter, Frejolito, Care’ chancho y tantos otros. Era un grupo fuerte. Si en la calle, tenías que dominar el ruedo para q te paguen, aquí en el canal tenías un sueldo fijo.
A todo esto, ¿cuánto ganaban?
Nosotros pagábamos derecho de piso. En ese tiempo, ganábamos 800 soles, después subimos a 1200 y cada medio año aumentaba el sueldo. Llegamos a ganar 2600 nada más. Hay mucha gente piensan que nosotros ganábamos lo que pagan ahora a los artistas, que ganan 10 mil y nos dicen: “No has guardado pan para mayo”, y no es así.
¿Usted considera que los cómicos ambulantes despilfarraron el dinero que ganaron en la televisión?
Quizá nos hemos excedido un poco, yo gasté el dinero para divertirme con los amigos. Decía: “Voy a salir un rato, tengo un cumpleaños de un amigo. No volvía en dos días, peor si me invitaban a un quinceañero no volvía” (risas). O las veces, que salía con la familia me excedía: “Vamos a comer a la calle”. La verdad, nunca pensé que tan pronto se iba a acabar el programa. Yo hablo de mi persona, el resto no sé.
¿Cree que los programas cómicos en la época de los años 2000 fueron una cortina de humo?
Nos dijeron que éramos cortina de humo, pero nosotros solo trabajábamos. Si hubiera sido cortina de humo hubiéramos cobrado un buen sueldo.
Imagino que salir de la televisión fue un golpe durísimo para todos sus compañeros
Cuando salimos de la televisión, con el grupo de Frecuencia Latina, donde estaba Tornillo, Cotito y los demás hacíamos eventos que llamábamos especiales, que consistía en que todos los cómicos nos presentábamos y la taquilla total era para quién organizaba el evento. Así, estuvimos un tiempo y hacíamos tres especiales durante la semana y nos presentábamos en diferentes partes de Lima. En un buen especial, podías sacar hasta 1500 soles para ti solo y al resto le dabas sus 20 soles de pasajes.
En esa época de los años 2000 hubo muchos programas de talk show, ¿participó en algunos?
Nunca participé en ningún talk show. Recuerdo que del equipo de producción del programa de Laura Bozzo me llamó para un caso, donde tenía que ser marido de una chica que me engañaba con otro más grande, pero me negué. Y no era por dinero, sino qué me preguntaba cómo iba a quedar yo. Sé que algunos cómicos han salido, pero no sé los casos. Los que se han ampayado no sé si son armados o realidad.
LA MALDICIÓN DE LOS CÓMICOS
Tras su salida del programa de Frecuencia Latina ha tenido eventos pocos afortunados
La verdad, sí. Saliendo de la tele, me accidenté. Me rompí la pierna y me chanté un año. En ese tiempo, mi señora no trabaja, y yo era el sustento de mi hogar. Ya de ahí, quedé mal con la pierna, tengo ocho clavos. La plata se gasta, no es que no haya guardado pan para mayo, pero la gente tergiversa las cosas.
Usted no es de hablar mucho de su familia
Soy bien reservado, pero tengo una hija y 3 nietos. Mi hija se llama Rosa, y mis nietos: Carlos, Alonso y María.
¿Es casado?
Hace tiempo, estoy separado. Soy soltero y sin compromiso, estoy buscando enamorada a ver si por ahí (risas).
Y cuénteme, ¿cómo enamoró a su expareja?
Cuando yo trabajaba en las calles, conocí a mi pareja. Ella vendía comida con su mamá y yo iba a comer a su carreta. Ella era chibola: tenía 16 años y la conocí durante tres años. Con el tiempo, la enamoré y nos juntamos. Por si acaso, no le contaba chistes, sino la llevaba al cine o al Parque de las Leyendas, así la conquisté. Ahora no me preguntes cómo se llama porque no recuerdo su nombre (risas).
Y a todo esto, ¿usted tiene pareja?
Algo pasajero, pero sigo solo. Aunque, cuando se presentan las oportunidades (risas)
Cuénteme sobre su condición médica
Yo nací con displasia de cadera, y es por eso que no me desarrollé con normalidad. De la rodilla a la cadera tengo los huesos arqueados. Recuerdo que mi mamá iba a la Clínica San Juan de Dios para hacer consultas sobre mi estado. Mi madre me cargó sobre sus espaldas hasta los siete años porque me dolía la rodilla.
O sea, ningún tipo relacionado al enanismo
No, porque mido 1.34 metros. Para ser de talla de baja, son otro tipo de características, como: pies pequeños, medio cabezoncitos
¿Sufrió de bullying?
Sí, pero no lo tomé importancia. En el colegio me decían: “Garrincha” o “Alicate” porque andaba chueco. Ya cuando uno es adulto, a veces, parcha a la gente y responde. Pero ahora lo tomo del lado más amable, antes me sentía mal e impotente.
Explíqueme con detalles sobre su estado de salud
Después que me accidenté, me fui a trabajar al distrito de Villa María del Triunfo, el alcalde de ese tiempo me dijo: “Trabaja acá para que te operes”. Me pusieron en preoperatorio, te vamos a llamar me dijeron y hasta ahora no me llaman. Creo que el doctor que me iba a operar ya habrá muerto. En la clínica, me piden 40 mil soles para operarme, así que tengo que quedarme así aguantando el dolor: ¿Qué más puedo hacer? No hay apoyo de nadie.
¿Y cómo se encuentra ahora?
Necesito una operación en la cadera y una prótesis porque si no tendré que usar una silla de ruedas. Ahora estoy sintiendo dolores más fuertes, voy a tener que ir a chequearme en estos días. Sino me operan, tendré que usar silla de ruedas porque para ponerme de pie me duele mucho. Tomo dos pastillas diarias para el dolor, antes tomaba solo una, pero ahora aumentó la dosis. Pero no voy a vivir de puras pastillas.
Pero ahora lo vemos vendiendo sus dulces
Sí, de eso vivo y también de los saludos personalizados, spots publicitarios para cebicherías, pizzerías o muebles. Ahora estoy haciendo promoción para terrenos en Huaral. Pueden seguirme en mi cuenta de TikTok (@comico pompin página oficial).